jueves, octubre 18, 2018

Silencio

Silencio.
Recorro las calles de un domingo cualquiera cuando aún las luces de las farolas no se han despedido.
Hay un silencio callado, y aunque te pudiera parecer una redundancia, no es asi, este era un silencio callado, donde los coches, pocos, no emitían ruido, donde las personas pocas, susurraban sin hablar en voz alta.

Silencio.
Abro la caja de las viejas fotografías,  tiempo atrapado en un papel, rostros mudos, sentimientos grabados en color y blanco y negro, y tras ellos un silencio, el del tiempo que pasó.

Silencio.
En el rincón de la cama, donde antes se deslizaban suspiros y jadeos, ojos cerrados envueltos en un sueño. Ahora solo queda ese lazo que los envuelve, el lazo del silencio

Silencio.
En un tarde, donde un niño deberia estar jugando,  solo hay un vacio, y del aire cuelga un silencio.

Silencio, dejad que los niños duerman

lunes, junio 04, 2018

No iré a ningún lado

No iré a ningún lado porque el enemigo está ahí fuera...
No iré a ningún lado aunque el enemigo tire la puerta y nos arranque el corazón
No iré a ningún lado porque desde el principio siempre quise estar aquí
No iré a ningún lado aunque sienta que el enemigo está dentro de mi y aún asi tu me quieras tal como soy
No iré a ningún lado porque contigo sólo puedo estar donde tú estes
No iré a ningún lado aunque quiera estar en miles de sitios a la vez, aunque a veces dude si este es mi lugar
No iré a ningún lado aunque te vayas y no  vuelvas porque aquí están mis recuerdos. por que aquí estarán tus recuerdos
No iré a ningún lado aunque sepa que te irás por si alguna vez decides regresar y yo estaré aquí
No iré a ningún lado porque ya no me quedan sitios donde ir
No iré, no, auqnue tú ya no me quieras.

viernes, abril 27, 2018

Signos de puntuación y otros

 

Nos conocimos entre dos puntos y como la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, la recorrimos, despacio, hasta llegar al centro de lo que sería nuestra cicunferencia que dibujamos con signos de exclamación.

Por aquella época, abríamos corchetes, nos besábamos entre paréntesis interminables... y de vez en cuando susurrábamos tras dos puntos y abriendo comillas "un te quiero".

Cambiamos las interrogaciones por signos de admiración y aprendimos a utilizar más las mayúsculas que las minúsculas. No rimábamos juntos pero nuestro poema era más hermoso que cualquiera de los escritos por Bécquer.

Me enamoraron tus puntos suspensivos, esos que siempre terminaban  en onomatopeyas.

Quizás usé demasiados puntos y aparte, llenos de saltos de líneas cuando a lo sumo tendrían que haber sido alguna coma suelta o un punto y seguido.

Ahora echo de menos que pongas tilde a mis palabras esas que dejaba desnudas sin acento para que tu se lo pusieras.

Al final, como en todos los finales, escribiste un punto final, no fué ni un punto y a parte ni siquiera un pequeño espacio en blanco.

Echo de menos tu ortografía ahora que hay tantas y tantas faltas de gramática.