La oscuridad reinaba en aquella habitación, a pesar de que aún
faltaba mucho tiempo para levantarse, ella tenía los ojos abiertos, como
si fuese capaz de ver sin luz.
Sin embargo no veia nada, navegaba
entre sus pensamientos, aquellos que le decían que su vida no era la
que ella una vez de pequeña habia imaginado, ahora casi ya en los
cuarenta se sentía cansada.
Un cansancio que provenía de todos
esos frentes que tenía abiertos, su ex, alguien del que una vez estuvo
enamorada y ahora es un extraño que se había convertido en un enemigo
implacable, varios trabajos con el que apenas llegaba a fin de mes, y un hijo al que educar.
¡Qué lejos estaba aquello, de lo que una vez soñó!
A
sus años debería tener la vida resuelta, una hipoteca, alguien a quien
esperar o que la esperase a ella al final del dia, y dos hijos como
siempre había deseado.
Ahora en la oscuridad de su
habitación, le gustaría acurrucarse con esa otra persona que habia
conocido por casualidad, poder compartir su tiempo, su cama... y no era
posible.
Él le habia dicho que añoraba su presencia, que le dolían
sus ausencias, aunque las comprendiese, pero que al final se estaba
acostumbrando a ellas.
Ella no podiá hacer más, su vida se perdía entre
trabajo y trabajo, pasar todo el tiempo posible con su hijo, el mismo,
que como hace un león marcó su territorio al sentirse amenazdo por otra
presencia que pretendía llevarse el cariño y el amor de su madre, eso él no
podía permitirlo, era su madre, lo único que tenía y no quería
compartirlo.
Ella no iba a hacer nada que menoscabara la felicidad de su
hijo.
Había sido sincera desde el principio, incluso
le había dicho que estaría mejor con otra persona que pudiera darle lo
que ella no podía, y él simplemente, recordando lo que alguna vez le
decía su madre, le contestaba "son como las lentejas, si quieres las
comes y sino las dejas", yo he decidido comerlas.
Aún así ella sentía que él se estaba acostumbrando a su ausencia.
Encendió
su móvil, buscó en la carpeta de fotos y abrió aquella en la que
aparecían los dos, se quedó un rato mirándola, hasta que el sueño empezó
a cerrar las cortinas de sus ojos, "vivir dia a dia, sólo día a día..."
fue su último pensamiento antes de quedarse dormida
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