miércoles, mayo 10, 2017

Acostumbrarme a tu ausencia

Las primeras luces del alba, atraviesan las rendijas de la persiana y bailan sobre las sábanas anunciando un nuevo día.

Él estira el brazo intentando encontrarla, aún a sabiendas de que no está. Siente un ligero pinchazo en el pecho, antes, en otros amaneceres no muy lejanos sentía como su interior se rompía un poco más, ahora, de aquel dolor sólo queda un pinchazo en el pecho.


"No quiero", se dijo, pero en el fondo sentía que se estaba acostumbrado a su ausencia.
No era una ausencia total, y sin embargo cada vez eran más espaciados los días en los que se encontraban.


Él lo sabía, no había mentiras, ni medias verdades, lo tomaba así o no, era como las lentejas , como decía su madre "hoy,  lentejas o las comes o las dejas".

Se levantó de la cama y bajó del todo la persiana, las luces del alba dejaron de bailar en sus sábanas, cerró los ojos, estiró el brazo, y se dijo "no quiero acostumbrarme a tu ausencia".

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