jueves, abril 14, 2016

Tejiendo

Suena el teléfono.

- Hola, soy yo
- Hola, te noto la voz cansada
- Sí, no te lo voy a negar, estoy cansada...
- Hay momentos que la vida cansa, no por que no siga siendo hermosa sino por que a veces se convierte en un cuadrilátero donde es imposible bajar los brazos, hay que aguantar los golpes y esperar el momento, quizás suene la campana y puedas descansar en tu esquina, quizás puedas lanzar un gancho y darle a la vida lo que se merece.
- No lo sé, hoy no tengo ganas de pensar, sólo siento que en algún momento me euivoqué de camino, o que simplemente no supe ver lo que tenía delante, lo dejé escapar y ahora ya no hay vuelta atrás.
- ¿Quieres que te cuente una historia?
- Si, por favor
- Hace tiempo caminando por un bosque perdido, de esos momentos que uno desea perderse por si acaso en algun recodo te encuentras, cosa por cierto que casi nunca sucede, me encontré a un viejo sentado sobre una roca.  Me senté junto a él, me miró y suspiró un "hola" que flotó en el aire lo suficiente para caer entre las hojas suavemente. El viejo siguió moviendo las manos, pero en sus manos no había nada.
Yo le pregunté "¿Que hace?"  y él me contestó "Estoy tejiendo palabras, llevo tejiendo mucho tiempo, saco letras de mi vieja frasca y empiezo a tejerlas a veces sale un "te quiero" junto a un "no me olvides"  tejo un "un beso" junto a "un abrazo" y un "dormir juntos, despertar juntos", cuando termino se lo doy a la persona que ne ese momento estba en mi vida, algunas veces se vestían con mis palabras, y mientras ese vestido lo llevaba la vida era... "diferente", luego se desvestían y se iban. Entonces yo volvía a recoger mis palabras las metía en mi frasca y empezaba de nuevo a tejer por si surgia volver a entregarlas. Hubo quien se no llego a desvestirse, simplemente se llevó las palabras,  quizás por que las necesitase, quizas por que las colgó de alguna pared como recuerdo."  Ahora sigo tejiendo, aunque a veces aparezca un "debería", varios "quizás" y muchos "lo siento", el hilo se convierte en lágrimas y en sonrisas, tejo  con recuerdos y con sueños, y cuando cae la noche lo recojo todo hasta el día siguiente.
¿Y que va a hacer con todo lo que teje?, le pregunté, simplemente tejo el vestido más hermoso que nunca se vió para cuando llegue, y cuando eso ocurra estaré preparado.
me quedé mirándole mientras él seguía moviendo las manos, unas manos vacías, le sonreí, me levanté y seguí mi camino.
Ese día tampoco me encontré.
Sé que a veces tenemos la sensación de que nos perdimos en algún recodo del camino, de que dejamos escapar aquello que quizas fuera nuestra estrella, nuestro tren , pero nunca lo sabremos, porque lo vemos ahora con el tiempo pasado y creemos que quizas como el viejo tejimos las palabras adecuadas aunque se desvistieran antes de lo que creiamos, o se llevaran el vestido.. eso nunca lo sabremos
- Yo sí lo sé - y su voz pareceía cargada de nostalgia
- Quizás debas buscar alguna frasca e intentar volver a tejer esas palabras que piensas se llevaron
- Quizás...
- Inténtalo.
- Gracias de nuevo, siempre hay algo en tus cuentos que se queda "colgando" como si esperase a ser recogido...
- Son solo palabras, nada más que palabras, llámame siempre que quieras
- Lo haré
- Ciao
- Ciao.

martes, abril 12, 2016

Espuma de mar

Nunca lo entendí.
Aunque siempre lo comprendí.

Puede que fuera que mi madre, en una de sus locuras, me bautizara con agua de mar, puede que fuera que aún casi sin abrir los ojos, en una noche de luna llena, sus manos me introdujeran en la mar.

La mar, en  femenino, siempre la he llamado la mar, porque ella y yo, yo y ella, vivimos en la  distancia, distancia que nos separa. pero nos une en recuerdos de arena y sal.

Espuma de mar
Tú que sabes amar
Que besas la orilla, que vienes y te vas,
Espuma de mar
Enseñame a olvidar

Mi madre nos dejo un dia calido de otoño, no dijo nada, sonrió, caminó a la playa y se perdió en la mar.
Nunca la odié por ello, nunca odié a las olas que la abrazaron y se la llevaron para no devolverla jamás.

Ella era agua, remanso y tempestad, puerto y rompeolas, tsumani y riachuelo.

 Siempre volvía  a aquella playa, donde un día tú me miraste y yo te dije "No me romperas el corazón ¿verdad?",  bajaste la mirada y miraste  la arena, yo bajé la mirada y encontre mi corazón roto en pedazos, cuando te quise volver a mirar, ya no estabas sólo quedaba la arena y la mar.

Desde aquel día soy como esos prácticos de puerto, otra vez a la mar,  que se suben a un barco enorme que no es el suyo y junto al capitán lo llevan a puerto para atracar, luego desciende del barco y ya nadie le recuerda.
He atracado grandes barcos y también pequeños, incluso alguna vez he tenido la ocasión de sacarlos del puerto y dejarlos en alta mar.
 Todos han tenido algo en común, que nunca regresaron, que nunca se acordaron.

Hoy vuelvo a la playa hoy vuelvo a mi mar, con las manos delgadas y el alma cubierta de sal.
Nunca es tarde, me dicen, pero  siempre es tarde para volver.
Tomo entre mis dedos un poco de agua y en un lienzo, para que nadie pueda leer, escribo:

"Espuma de mar
Tú que sabes amar
Que besas la orilla, que vienes y te vas,
Espuma de mar
Enseñame a olvidar"

domingo, abril 03, 2016

lavadoras de alquiler

Por petición de mi hermana Patricia, aquí os dejo un relato de esos pequeños habitáculos donde la gente va a lavar su ropa.


                                                      *********

La noche caía sobre Madrid como un manto mortecino sólo rasgado por la luz amarillenta de las farolas.
Él llegó al pequeño recinto, no más grande que una habitación, la luz del neón pestañeaba.
Baldosas verdes hacian de alfombra de aquellas lavadoras industriales, unos bloques de madera pegados a la pared hacían de mesas. Un dibujo soez en un rincón de la pared sustituía a  un cuadro que alguna vez debió estar allí colgado por las huellas que le marco había dejado.

Subió su ipod mientras Térez Montcalm cantaba rasgando su voz "A song for you".  (https://www.youtube.com/watch?v=MWEy5ep1Hdw)
Vació su bolsa, unas cuantas camisas, dos vaqueros y ropa interior. Hizo una bola con todas ellas y las introdujo en la lavadora, cerró la puerta de cristal y observo como quedaban alli encerradas.
Sacó unas monedas de su bolsillo derecho, mientras ponía la dosis exacta de detergente.

La luz volvió a pestañear como si de un ojo que lo mirase desde arriba se tratara.
Metió las monedas, apretó el botón y oyó el agua correr por las venas de aquel aparato hasta caer en el receptaculo donde se hallaba su ropa.

Se sentó, miró a la calle, desnuda de gente, y sintió un horrible silencio cuando la canción de su ipod acabó. Buscó el botón de replay y volvió a ponerla.
Tenía veinte minutos, cerró los ojos y recordó que no hacía mucho tiempo él tenía su propia lavadora, y en ella dormian su pijama junto al de ella, sus calzoncillos junto a su brasier, sus camisas junto a las de ella.
recordó lo que le gustaba plancharle la ropa mientras ella en ropa interior tumbada en aquel pequeño sofa le tentaba a dejar la plancha.

Ahora sólo le quedaba aquel pequeño habitáculo, y como única tentación el guiño del viejo fluorescente.
Miró como su ropa daba vueltas, no tantas como había dado su vida.

Térez volvio a desgarrar un " this song is for you" y una lágrima descendió por su mejilla lavando los ultimos pedazos de su alma.

La máquina se para, expulsa el agua y deja su interior preparado para centrifugar, ronronea antes de emprender la marcha y empieza a girar, gira y gira a una velocidad endiablada, hasta que de pronto se para.
Unos instantes y se enciende una luz verde.
Él se levanta aprieta el resorte y la puerta se abre como si la escupieran.

Dobla la ropa con cuidado, la mete en la bolsa, y cuando va a salir el neón vuelve a pestañear.

En su ipod Térez termina cantando:
 "I love you in a place where there's no space or time
I've loved you for my life
You're a friend of mine
And when my life is over
Remember when we were together
We were alone and I was singing this song to you.." (*)

(*)

Te amo en un lugar en el que no hay espacio ni tiempo,
te amo por mi vida,
eres mi amiga,
y cuando acabe mi vida,
acuérdate de cuando estuvimos juntos,
estábamos solos y yo te cantaba esta canción...


Si quieres oir la canción  https://www.youtube.com/watch?v=MWEy5ep1Hdw

sábado, abril 02, 2016

Cuentos por telefono 11 - Enfadada

Suena el teléfono. Descuelgo.

- Hola
- Hola - su voz suena dura, como si las palabras que fuera a pronunciar se fueran a estrellar contra una pared de mármol.
- Hace mucho tiempo que no me llamabas
- Lo sé, he dejado pasar el tiempo, porque tras nuestra última conversación, tú ultimo cuento... no, cuento no, aquel  final a mi poema, lo escuche una y mil veces y sinceramente me dolió
- ¿Te dolió?
- Si, creo que no  llegaste a comprender lo que sentía lo que te quería decir, y tú simplemente  utilizaste tu "buenismo", creo que a veces en la vida no basta con ser positivo, no basta con decir si tiene que ser que sea, no basta con pensar que con querer es suficiente...
- Pero...
- ¿Sabes? aquella frase "Cuando tus risas apaguen el sonido de mi voz yo aún guardaré mis canciones para ti." A mi las risas se me apagaron y mi voz se quebró, no podía cantar, no podía ni siquiera hablar, hasta borré la palabra peque de mis labios.
- Yo...
-  Quizás tu no has amado, pero yo no puedo pensar en que las cosas suceden y uno las recoge  y aprende de ellas como si fueran una lección de gramática, yo no.. quizás porque en mi corazón no caben más cicatrices, y aunque sepa que  un dia oueda encontrarme mirandole a los ojos ... se que ahora vivimos vidas separadas.
- Y sin embargo creo que siempre hay un rincón de nuestro corazón donde a aquellas personas que amamos, que nos quisieron,  siguen viviendo allí, bajo aquellos recuerdos que nos hicieron vivir, besar, abrazar, soñar, sé que conviven con el dolor, el rencor y la decepción, pero siempre queda algo o eso es lo que me gustaría pensar.
- A mi no me queda nada, solo un vacío... un enorme vacío
- Y sin embargo
- ¿Sin embargo?
- Habia una vez un chico y una chica, en un pueblo de casas blancas cerca del mar, de un mar tan azul que parecia convertirse en verde turquesa. desde un primer momento supieron que eran el uno para el otro,  como en aquello cuentos  donde el final siempre es feliz, sólo que la vida no es asi y a pesar de lo que sentían su final si fue un final. Ella se mudó a otra ciudad, y a pesar de que conoció  a más gente, nunca le olvidó. Muchas veces se sorprendía cuando caminaba por una calle pensando en que estaría haciendo él, que estaría comiendo, que película estaría viendo.  pero su dolor era tam grande que borraba aquellos pensamientos de un soplido.
Él se quedo en el pueblo, intentó volver a enamorarse pero sólo conseguía tener relaciones que le dejaban más y más vacío. Se convencía que ella ya lo había olvidado y aunque hacía esfuerzos por olvidarla, siempre pensaba que no hay nada más lindo que recordar a quien te  ha olvidado.
Pasaron los años, hasta que el destino los volvió a jugar una pasada. Él viajó a aquella ciudad y como si alguna mano manejara unos hilos invisibles se cruzaron en una calle. A pesar del tiempo transcurrido, cuando sus miradas se enlazaron en el aire, fue como si una agujero en el tiempo les devorara y aquello que habían sentido les golpease de nuevo. Él siguió andando, pensando que ella no le recordaría, ella se mordió el labio, intentó cruzar la calle pero recordó la frase de aquella canción " aunque sepa que un dia me encontraré mirándote a los ojos... se que ahora vivimos vidas separadas". Ella siguió su camino.
Hubo un silencio

- ¿Y...?  - dijo ella.-  Nada - contestó él
- ¿Cómo que nada? ¿no se volvieron a ver, no se llamaron no se dijeron nada...?
- Tú que harías, me has llamado enfadada y ahora me dices...
- Ya, bueno, pero la vida es otra cosa, no es un cuento de los que tú cuentas
- ¿de verdad? No crees que puedes hacer de tu vida un cuento, y que no sea un cuento tu vida

Hubo otro silencio

- Quizás... - y las palabras de ella, como equilibristas, se mantuvieron en el aire.
- Quizás ya es algo, me ha gustado que me llamaras, por favor no te demores tanto
- Te llamaré
- Adiós
- Ciao