domingo, septiembre 13, 2015

Cuento por teléfono 2

Corría un aire cargado de otoño, en cuyos brazos el verano ya dormía, como si supiera que era el momento de irse.
Miraba el vaiven de las hojas, habia tenido un verano extraño, duro,triste y  difícil, aún podía sentir esa especie de devastación que habia dejado la época estival en su interior.

Sonó el teléfono.
Una, dos, tres veces.

- Hola.. soy yo

Su voz le era familiar, pero tenia otro color.

- ¿Te acuerdas? el otro día me equivoqué y bueno me contaste una historia, te llamo para darte las gracias y porque necesito otro cuento, otra historia
de las tuyas, una que me de fuerzas, que me abrigue el corazón.
- Las historias son historias, los cuentos son cuentos, las palabras pueden abrigarte el corazón en el momento en que se desprenden de ese hilo... pero ¿y luego?
- Luego.. no sé, quizas las cosa a mi piel, quizás las guarde en un frasco de cristal para oirlas en estas noches de insomnio solitarias, por favor lo necesito.
- Está bien, déjame que piense algo que como tu dices te abrigue te pinte una sonrisa, pero como en las películas todo parecido con la realidad quizas sea pura coincidencia o simplemente se quede en ficción.
- No te preocupes, lo sé
- Ok, ahi va:

"Había esperado mucho tiempo, demasiado, como esos barcos que temen salir a la mar por si alguna tormenta les alcanza, o por si pierden de vista la luz del faro, esperan a resguardo del puerto, varados, simplemente mirando la mar.
Así  había sido, y ahora todo lo que podía ver a su alrededor era un inmenso vacío, un ruidoso silencio que le perforaba el interior. Se decía así mismo que lo había intentado, que quizás.., que el tiempo lo curaria, que por algo sería que había tenido que ser así, pero cuando se lo decia sólo veía aquellas palabras esparcirse por el el suelo y derretirse como cubitos de hielo al sol. La realidad era bien distinta a lo que él se decía.
"has de aprender de lo errores" - pensaba - y sin embargo había vuelto a cometerlo.
Lentamente el tiempo pasó,  y aunque aún dolía, no había nada que pudiera hacer..."

- ¿pero que le pasa, es una chica, es la vida..? - le interrumpió ella.

- Ten paciencia, deja que continue, es simplemente un cuento ya sé que tu quieres "tu cuento", vale sigo:

" A veces simplemente uno cree que es mejor cerrar los ojos, taparse los oidos por que de esa manera puede tomar decisiones que parecen más fáciles, a veces te dicen que hagas  y uno cree que con todo ello la vida será más sencilla, es como montarse en un bote hinchable y dejarse llevar por la corriente, es fácil ir a la deriva, tan fácil que no tienes que hacer nada, sólo dejarte llevar... pero, al final nada es sencillo, y ella se dejó llevar, no es que le costase, que va, sólo que era una decisión que incluso sintió que no tomaba ella, la vida, el momento, los consejos.. "dejarse llevar".
Estaba bien, con él se reía, era simpático, lo pasaba bien, y a esas alturas de su vida después de haber esperado, ¿no era lo mejor que podía hacer?.

Lentamente el tiempo pasó, y la vida se convirtió en un transcuirrir como un rio va hacía la mar, lento tranquilo impasible sabiendo que su destino irrevocabelmente es ese llegar al mar, ¿que puede hacer el rio para evitarlo?

Aquella tarde soplaba un viento de otoñó con ese olor a lluvía, ella hablaba tranquila a su chico, era una tarde más, de vez en cuando sonreía, de vez en cuando había silencios, de vez en cuando, muy de vez en cuando recordaba...
Fue cuando levantó la vista, en la esquina, apareció él, iba caminando con ese aire distraido que le caracterizaba sin fijarse en nada mirándolo todo, y ella sintió que su corazón se paraba, que un súbito calor enrojecía sus mejillas, y su corazón despuiés de pararse aceleraba como en los anuncios de coches de 0 a 100 en 1 segundo. En la lejanía oyó una voz "¿te pasa algo cariño?" ella musitó un "no" que se deslizó sobre la mesa.

Bajó la vista, esperando que él no la hubiera visto, que no se acercara, que pasara de largo, por que su vida era eso, tranquila como un rio. Sin embargo él la había visto y como si de un resorte se tratará en algún rincón lejano de su interior donde había construido un muro para guardar todos los recuerdos, algo explotó y todo aquello saltó por los aires invadiéndolo, recuerdos y la imagen, la imagen de ella, la imagen de ella con él. Se mordió el labio hasta casi hacerlo sangrar, aceleró el paso y dejó todo atrás.

En la mesa estaban los dos, aunque lo justo sería decir que ya solo estaba él, ella ya no estaba, al menos no su mente, oía las palabras de él y contestaba con monosílabos. Se encontraba luchando contracorriente,  contra lo que estaba sintiendo, contra ese pellizco que sentía en su corazón, contra todas las dudas que habían surgido del fondo de ese rio que ella pensaba que era tranquilo y ahora sufria un maremoto. Le miró,  y en sus ojos, aunque él no lo vió, había una mirada distinta.
Oyó una voz, un leve susurro de su interior, "estas bien, eres feliz, ¿que haces? ¿por que piensas?" y a su vez sin poder contenerlo oyó como una parte de si contestaba "por que no te hace sentir lo que acabas de sentir, por que a pesar de todo hay algo que no te hace vibrar, que no te provoca,  por que la vida es como una montaña rusa y no como una pequeña noria para niños pequeños que gira pero sin emoción"

Aquella tarde ella le mandó un mensaje, sabiendo que probablemente no le contestaría, aquella tarde él recibió un mensaje, un mensaje que cuando vió de quien era no abrió.

- Nooooooo que lo abra, que lo mire, que lo lea, que no sea imbecíl, dime que dice el mensaje no puede acabar asi, me has prometido que era mi cuento y yo no quiero que acabe asi - dijo ella casi gritándole.
- Aún no he acabado.

"Dos días depués, él jugaba con el móvil, nunca había tenido el valor de borrarla ni de su telefono ni de la red social, y volvió a ver el mensaje no leido, Se paró un momento, quería leerlo pero sabía que aquello revolvería todo otra vez, que simplemente sería un "te he visto ¿como estas? espero que bien besos" y no quería más dolor. Pero algo le traicionó, quizas fuera que a veces la esperanza nunca se pierde, y abrió el mensaje.

"Hoy te he visto desde lejos, nunca pensé que nos volvieramos a ver, porque quizás en el fondo sabía lo que podría pasar, y no quiero volver a vivir lo que viví, ahora estoy tranquila... bueno estaba tranquila, hasta que te he visto y no he podido evitar que todo volviera, quizas sea tarde, pero quiero verte, quiero oirte, quiero tenerte delante y....  ¿querrás?"

Él sólo escribió dos palabras...

- ¡Qué... qué quéeeeeeee!, por dios no te pares dime que le dijo que si, dime que quedaron en verse....
- Es tu cuento, ahora terminalo como tu quieras, como te gustaría,  como quizas deberia acabar....
- Oh eres malo ¿lo sabes?
- Sólo soy un contador de historias, y ahora cuento cuentos por teléfono
- Gracias, eres un encanto a pesar de lo que me hiciste rabiar,  voy a acabar mi cuento, ¿podré llamarte otra vez?, y así te digo como lo termino
- Me encantaría
- Lo haré, gracias, un beso
- Ciao un besito.

Y él mira a través de la ventana abierta, el viento se lleva definitivamente el verano en sus brazos, en algún lugar el otoño empieza a despertarse, ha sido un verano extraño, dificil, triste y duro.

1 comentario:

Sofía Barral dijo...

Me ha gustado mucho tu cuento telefónico, como me gusta casi todo lo que escribes. Gracias por compartirlo.