miércoles, julio 15, 2015

Todo puede suceder si...

Se tumbó en la cama,  aunque aún era de día, encendió el ventilador de techo, se desnudó y dejó que la corriente de aire fluyera por su piel,  cerró los ojos, "por fin un momento de tranquilidad".

Pero sólo duró un instante su cabeza empezó a centrifugar una vez más, "¿cómo había llegado hasta a aquel estado? ¿cómo?. No había nada en aquel momento que le procurara un atisbo de esperanza, su vida había ido cayendo lentamente pero sin remisión. En otras ocasiones había pensado que ya había tocado fondo y que solo era cuestión de rebotar, "rebotar hacia arriba" se decía, sin embargo seguía deslizándose en una pendiente.

Recordó lo que una vez había leido en un blog "elcontentoblog.blogspot.com":

"Seguro que en alguna ocasión has sentido una dicha inmensa, un estado de bienestar, de felicidad, de Paz absoluta, en el que todo parecía corresponderse: el entorno, la situación, las personas, tú mismo.
Tú creaste esa realidad. Nada te impide volver a crearla.
Sé Uno contigo, aquí y ahora, para Ser Uno con todo, y con todo"


De alguna manera llevaba razón, miró al techo las aspas giraban una y otra vez, una y otra vez,  "he de afrontar mi vida, se acabó el decir sí a todo, el callar, el estar pendiente de todos menos de mi, por una vez en la vida yo voy a ser el primero para mi, Dios ayúdame, ¿que puedo hacer?"

Ese fue su último pensamiento antes de caer dormido.

A la mañana siguiente se levantó, todo seguía igual, miro arriba "está bien, ni por esas me vas a hacer ese favor ¿eh?". Se duchó, desayunó cogió sus cosas y salió camino de la oficina, al salir del ascensor se encontró a la vecina del cuarto piso y como cada mañana muy amablemente él le saludó.

- Buenos días.

Ella hizo caso omiso a su saludo, él se giró y en un tono más alto le replicó.

- He dicho buenos días, lo que pasa es que en este edificio debe haber un virus de sordera mayúsculo o quizás de una falta de educación supina.  

Se quedó sorprendido de su  propia voz, muchas veces lo había pensado pero no se había atrevido a decirlo.

- ¿Qué me ha dicho? - contestó sorprendida la mujer.
- Que todos los días le saludo, le doy los buenos días y usted me ignora, ¿es que está sorda, o simplemente carece de educación? - volvió a sorprenderse de su audacia.

La señora enrojeció, agachó la cabeza, lanzó un "buenos días" y se metió a toda prisa en el ascensor.

Él salió a la calle aún perplejo por lo que acababa de pasar.

Llegó a la oficina, al pasar vio a las dos secretarias charlar amigablemente, se acercó cuando ua de las dos se marchó.

- ¿Que tal Angeles?
- Bien, ¿ya has preparado la reunión?
- ¿La reunión? querrás decir la demostración testicular de algunos para demostrar que hacen algo  cuando somos los demás los que curramos, ellos se ponen las medallas y nosotros callamos como putas. - En cuanto hubo dicho esto cerró la boca asustado.
- ¡¡¡Guauu!!!, te ha salido del alma ¿eh?
- Si.. yo... por cierto tu compañera, la que se acaba de ir, es una zorra, en cuanto te descuidas va poniéndote a caldo, yo que tu me andaría con cuidado.

Dicho esto se alejó, "¿qué me está pasando?,  ¿porqué he tenido que decirle esas cosas?.

Dejó sus cosas en la mesa, y rápidamente le llamaron para la reunión.
Allí estaban todos, los jefes de proyecto, los dos jefes de departamento y ¡sorpresa!, el gran jefe.
Todo iba bien hasta que el jefe pidió las opiniones de todos, había unanimidad,  un gran trabajo, un gran esfuerzo, ahora le tocaba a él su turno, se levantó, miró uno a uno a los que allí estaban sentados...

- Esto es una mierda,  todos sois unos hipócritas que habéis criticado el proyecto desde que empezó pero no habéis tenido el coraje suficiente de decirlo, lo que se nos ha pedido es inviable además de una somera estupidez, ni se ha pensado en el cliente final ni siquiera en su utilidad, os habéis puesto a ello sólo para cubrir el expediente, lamer el culo a unos cuantos y listo ¿qué mas da si el dinero del proyecto acaba en un cajón?. Me pide mi opinión, es sencilla es una autentica basura, es más si me apura le diría que es una mierda con la que algunos de vosotros vais a justificar vuestros sueldos y nada más... tiempo y dinero perdido.  Y supongo que con esto estoy despedido...

- Bueno, la verdad es que has sido muy claro al respecto.. - le contesta "el gran jefe" - nadie ha tenido la sinceridad de decir  las cosas tan claras y eso tiene su valor, pero esto es una línea jerárquica en la que hay que cumplir lo que se nos dice, y sinceramente...

- Sinceramente... no se que coño pinto aquí entre tanto trepa, ya me mandaréis el finiquito - y dicho esto sale de la sala coge sus cosas, se acerca a la secretaria y le susurra, "no hagas caso de lo que dicen, vales mucho más que la mayoría de los que están sentados aquí"

Ella le mira, nunca esperó un halago, se sienta y por fin siente que vale la pena.

Baja a la cafetería, le tiemblan las piernas, " me he quedado sin trabajo, la he cagado... y si subo  y les digo ..no sé que ha sido un desvarío, un golpe de calor... algo...". 
El camarero le pone un café, el mismo de todos los días, él lo apura de un trago.

- Hoy es más temprano para su café...
- Si... sinceramente Antonio, eres tío simpático, pero tu café es una mierda, nos veremos...

Sale a la calle, de pronto se siente ligero, como si alguien le hubiera quitado una carga de los hombros.

"¿Y ahora que haré?, sin trabajo... bueno algo tengo ahorrado, puede que sea el momento de empezar  gastarlo"

Se va a casa paseando, hacía tiempo que no andaba sin prisas, mirando los escaparates, las tiendas la gente pasar. Llega a la floristería al lado de su portal, y por primera vez entra.

- Hola - le dice a la chica que lleva la tienda.
- Hola - contesta ella con un ligero rubor en su voz - tú eres el que vives en el portal de aquí al lado ¿verdad?
- Si, nos vemos todas las mañanas y todas las tardes cuando estas echando el cierre, querría un ramo de violetas, ¿tienes?
- Si claro - cuando las coge le tiemblan las manos, las envuelve y se las da.
- Bueno dime cuanto te debo
- Ummm pues es tu primera compra y  creo que ... te las regala la tienda.
. No por favor, no puedo permitir que me las regales, no para lo que quiero hacer...

Ella se queda sorprendida, le mira a los ojos y ve algo que no acierta a saber que es.

- Está bien dame ... cinco euros.

Él abre su cartera saca cinco euros y la sonríe.

- Perdona ¿tendrías una tarjeta, necesito escribir algo?
- Si, toma.. ¡ah! y un bolígrafo.

Se da la vuelta y escribe algo en la tarjeta, cuando le devuelve el bolígrafo tiende el ramo de flores hacia ella.

- ¿Hay algo malo en el ramo? - le dice la chica.
- No nada, nada, sólo... que son para ti, llevo viéndote desde que abriste la tienda y nunca me he atrevido... hasta hoy.- 

Ella calla, coge el ramo y mira la tarjeta.

- Estoy segura de que habría querido intentarlo contigo, muchas veces cuando me mirabas, esperaba que dijeras algo... ahora no se que va a pasar... como va a ir sucediendo todo...

- No te preocupes, es lógico, lo siento... habrá alguien... bueno aún así, por favor acepta las violetas.

Sube a su casa, suelta todo y se tira en el sofá, "¿con que era esto lo que me tenías reservado?" dice mirando al techo, "genial no podía callarme ¿verdad? me he quedado sin mi jodido trabajo y encima la he jodido con la chica, menudo payaso he debido parecer... ¿y esta es la solución para arreglar mi vida?..."

Sus pensamientos son interrumpidos por el el sonido del móvil.

- Si, dígame..
- ...
- Si soy yo, el mismo...
- ...
- No ya no trabajo alli... ¿pero como se ha enterado?
- ...
- Bueno... yo , claro ahora mismo podría hacerme cargo de su proyecto, ¿de freelance? sin ningún problema, entiendo, estaban hartos  de ellos y quieren trabajar directamente con los que les hacíamos los trabajos...si, yo me encargaba de su cuenta... bien mañana a las 9 estoy en sus oficinas... gracias... en serio muchas gracias...

"Ufff no me lo puedo creer, quieren que colaboren con ellos, madre mía, es mi oportunidad...."

Oye un ligero ruido en la puerta,  acerca su ojo a la mirilla pero no ve nada, abre la puerta, no hay nadie, pero cuando baja la mirada encuentra un ramo de margaritas y una nota.

"Fue sin querer es caprichoso el azar, no te busque, ni me viniste a buscar, tu estabas donde no tenias que estar y yo pasé, pasé sin querer pasar y me viste y te vi.... Acepto tu cena.. quien sabe..."

Él cerró la puerta, miró al techo y sonrió.

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