lunes, abril 27, 2015

Boxeo

Estoy sentada en el escritorio frente de la cama, cama que aún tiene las sábanas revueltas, sábanas que huelen a él, 
a él y a su ausencia.

Mi vida es como un combate de boxeo, salto al ring y allí está en la esquina, me mira amenazante e incluso me sonríe como si me quisiera decir "nena, no te voy a hacer daño", pero en cuanto chocamos los guantes me lanza un derechazo al mentón, y siento arder mi cara, doy un paso atrás, no esperaba ese golpe tan repentino, dado con la mejor de sus sonrisas.

Cuando avanza hacía mí, me lanzo a sus brazos intentando esquivar el siguiente golpe,  y me abraza, me susurra al oído,  pero el bramido de la gente me impide oírle, me empuja y se separa de mi, leo en sus labios "aprende de mis golpes, sólo así podrás aguantar todos los asaltos"

Y me confió cuando lanza un gancho a mi hígado que me deja sin respiración.

Suena la campana, y me siento en el rincón, y es cuando  tú llegas, y revuelves mis sábanas y me besas, con esos besos tan dulces y apasionados que te llevas en ellos todo el dolor del combate, todos los golpes.

Me hundo en tu  aroma, dejando de lado el otro olor, el del sudor y la sangre.

Suena la campana, vuelvo a saltar al cuadrilátero, y allí me espera con sus puños en alto, desafiante, me invita a ir a por ella, y voy, voy desconfiada, voy creyendo que no tiene por qué golpearme,  hasta que lanza un  golpe recto, logro esquivarlo pero en el último momento me impacta. y te veo allí en mi esquina, en la esquina del cuadrilátero,  entre las sábanas, con tu eterna sonrisa, y sé que en ese breve espacio que es el descanso entre asalto y asalto, estarás allí para llevarte mis golpes, para borrar por un instante este combate, mi combate de boxeo con la vida.

martes, abril 21, 2015

Muerte/Vida

Yacía en la cama. Para ser más exactos en su cama, y si aún he de ser más preciso, había dejado de yacer hacía unos instantes, con una sonrisa en su cara, pero sin vida ya en sus ojos. Su cuerpo empezaba a enfriarse.

24 horas antes....

Sonó primero como un silbido, el que hacen las bombas al caer y luego todo estalló dentro de ella, como si alguien hubiera apretado la espoleta sin avisar, sólo ese silbido, las palabras de aquel hombre vestido de blanco, desnudas de sentimiento, como la voz de un contestador automático, pero en este caso el mensaje que dejaba era desolador.

- Te quedan dos días, a lo sumo tres.

Me agarré a la silla intentando aspirar por la boca todo el aire que habían vaciado mis pulmones al oír su sentencia.
Él se levantó, pero mi gesto fue claro, y volvió a su sillón. Por un momento me imaginé que debía creerse Dios, sentado allí diciéndole a la gente qué bola le había tocado en el sorteo, vivir bola blanca, morir bola negra, ¿y por que debía ser bola negra la muerte? me pregunté.

No esperé más y salí de su despacho, cuando las puertas del hospital se abrieron la luz del sol me inundó y por un momento la sentí de diferente manera.

Tenia treinta y muchos años, una carrera universitaria, un buen trabajo, coche, y un apartamento al que podía llamar mi hogar, un corazón roto, un saco de perdones sin decir, y un cajón lleno de cartas sin mandar, un piel árida de besos, y un pozo lleno de amor por entregar.

Me senté en un banco del parque más cercano, en mi mente sonaba el eco de la voz del médico diciendo "tres días, tres días..." sentí la brisa del atardecer, y cerré los ojos, podía oír el rumor de las hojas mecerse en el viento, podía oír la risa de los niños jugando en los columpios, y todo aquello me sonaba de lo más extraño, sonidos y sensaciones nuevas.

Pensé en lo que había sido mi vida, estudiante ejemplar, horas y horas tras los libros para terminar una carrera y conseguir un buen trabajo, después horas y horas en el trabajo, ser reconocida, valorada, y ahora, cuando muera ¿reconocerán mi tumba,  valoraran el esfuerzo que hice? la respuesta es clara, NO, UN ROTUNDO NO, porque la vida seguirá y yo me  habré ido ... sin vivir.

¿Qué valor tiene ahora mi casa, mi coche, mi trabajo?  ¿Quién y porqué hemos acatado como normales unas reglas que nos marcan un camino de cómo se ha de vivir, cuando nadie te enseña a morir?
Porque aprender a morir, aceptar que vas a morir, sea la enseñanza fundamental para saber vivir, si hubiera sabido que iba a morir a los treinta y muchos ¿cómo habría sido mi vida?

Cogí el móvil y llamé a mi madre, "te quiero mama" fue lo primero que le dije y ella sorprendida me contestó "¿te pasa algo?". Cuando  a alguien le dices que le quieres y te contesta así es que la vida no funciona, hay algo que no marcha bien o  por que no se lo has dicho lo suficiente como para que ella no lo cuestione, o porque la persona que lo escucha le sorprende que se lo digas.

Cuando colgué, sin decirle lo que pasaba, sentí pena por ella, el dolor de mi ausencia, pero yo no podia hacerme responsable de ello sino al menos decirle en su momento que había sido feliz teniéndola como madre, que no me iba solo que cambiaba de estado físico.

Llamé a una compañera del trabajo, y la pedí perdón por mi forma de tratarla, quizás lo mereciera, por que no era una buena profesional, pero en el fondo hacía todo lo que estaba en su mano y yo la juzgué comparándola conmigo.

Caminé despacio hasta casa, abrí la botella de ginebra que se dejó en casa a la última persona que amé y que guardé por si un día volvía a verla. 
Vacíe de mi mente  a todas las personas que debía perdonar y enumeré a las que debía pedir perdón.
Bajé a la esquina de una calle no muy lejana dónde sabía que algún muchacho podría venderme algo de maría y papel de fumar. Nunca antes lo había hecho y aunque me lo habían ofrecido, siempre pudo más mi parte racional, "no está bien, no lo hagas" que mi instinto "una caladitas con los amigos sin mas, unas risas ".

Recorrí los cajeros autómaticos dejando mi cuenta a cero, y supuse que tendría una llamada del director del banco al día siguiente.

Terminé la botella de vino, y me fumé dos cigarrillos y en aquella locura de vivir, le mandé un whatsapp  a un amigo por el que sentía una atracción especial, muy sexual, pero nunca me había atrevido a insinuarme.
"Te invito a cenar a casa, tengo un postre especial"...

Podría decir que hicimos el amor, pero no estaba enamorada de él,  follamos como locos, como si fuera la última vez que lo hiciera en la vida... ¿y quien sabe si lo es? A veces ni follando sabemos entregarnos.

Llamé al trabajo para decir que dejaba mi puesto, invité a cenar en uno de los mejores restaurantes a mis compañeras más queridas, me dijeron que estaba loca que menudo dineral me iba a gastar, que si me había tocado la lotería, y cuando yo les dije que sólo quería vivir, no lo comprendieron.

Regalé a mis hermanos parte de mi dinero e ingresé el resto a mi madre. 
Quedé para tomar un café con la persona que más quise, para decirle que nunca había dejado de amarle,que me alegraba que fuera feliz, que aquello no significaba ni un reproche ni una petición de nada, no deje que me dijera nada, sólo un beso.

Cuando salí del café me sentí ligera como si hubiera hecho las paces con el mundo, con la vida. Pensé lo fácil que hubiera sido que nos enseñaran a morir, a que es un paso irremediable en la vida, y que si valoráramos la vida desde la perspectiva de la muerte seguro que sabríamos disfrutar más de ella, menos de las normas, por que las normas las pondríamos nosotros.

Sentí un dolor agudo en el costado. Volví a casa, puse la música, mi música, lo más alto que pude y bailé, por que no hay acto más intimo que bailar, eché de menos hacerlo con alguien , pero no me importó cuando empecé a cantar como una poseída "Too much love will kill you".

Acabé agotada y me tumbé mirando por aquel pequeño recuadro que era mi ventana, las estrellas el infinito y di gracias por estar viva, por saber que iba a morir.

Cerré los ojos.

La encontraron con una sonrisa como si estuviera dormida.
Había varias notas en la mesa, que por discreción no os voy a contar, sólo una:

"Para todos, para el mundo, para mi mundo, aprended a morir, por que en la muerte está realmente la vida"

domingo, abril 12, 2015

Feliz cumpleaños 2 parte (Relato para adultos)

.....
Empiezo a desesperarme cuando vuelvo a sentir sus manos en mis pies, un suave masaje,  su boca sube por mis piernas.. oigo un ruido extraño...

No quiero prestarle atención me concentro en su boca como besa mis piernas como subre muy lentamente, como me acaricia con la suavidad de quien no solo tiene sexo, sino que me está haciendo el amor
Siento que el colchón se hunde levemente en mi costado, me acarician los pechos suavemente como si no se atreviera a tocarlos, y por un momento me invade la sensación de que son otras manos, de que hay alguien mas en la habitación.

Me resisto a pensar que haya invitado a alguien, pero a la vez crece mi excitaci´pn, muevo la cabeza para ver si el antifaz se desprende, pero esta bien atado. Mi chico ha llegado a su trofeo, y gimo cuando noto el leve roce de su lengua en mi sexo, sabe como hacerlo con leves golpecitos de lengua, dibujando circulos sobre mi clitoris, y lamiendo de arriba abajo con toda la exension de su lengua, vibro y me sacudo de placer, siento como llega mi segundo orgasmo, sube asciende y se transforma en un grito ahogado , resoplo, y no paro de gemir mientras él sigue besándomelo, cuando empiezo a recobrarme, me besan en el cuello,, no es él, por que siento su aliento entre mis piernas, es una boca dulce, unos besos dulces lentos, su lengua recorre mi cuello, me mordisquea la barbilla y recorre mis labios,  no se si abrir mi boca y participar en el beso, pero me dejo llevar y al final siento su lengua en mi boca me besa con pasión, jugando a chocar nuestras lenguas, mientras sostiene mi nunca.

Mi chico se ha erguido, le oigo que susurra un-  "¿te gusta?"- y yo solo muevo la cabeza asintiendo, mientras siento como se situa, como su sexo se apoya en el mio lo roza, y busca mi entrada, empuja despacio y entra rozandome, llenándome, sabe que me provoca que entre tan despacio, pero le encanta hacerme rabiar, se inclina y comienza a besarme los pechos, mientras la otra boca se entretiene en mi cuello, y me dejo llevar por la situación por la sensación de que hay dos personas pendientes de darme placer, con la incognita de si la otra es un chico o una chica.

Mi chico acelera sus movimientos, he alzado mis caderas y siento como me penetra profundamente mientras una mano que no es la de él, me acaricia mi sexo, me excita frotandolo mientras él sigue follandome, sale y entra, se para, yo muevo las caderas arriba y abajo y él la saca, me vuelvo loca, le suplico que no pare que me siga follando,  mientras la otra persona sigue acariciandome el sexo besandome el estómago mis pechos y como si quisiera hacerme callar me besa la boca me muerde esta vez con fuerza, los labios, cuando él de un golpe me penetra fuerte y empieza a moverse sin parar, le siento, sé que está salvaje por como me lo hace, imagino que la situación de ver como alguien me esta acariciendo besando y yo respondo le excita mas, y le provoco.

-¿Te excita verme con alguien eh?. ¿te gustaria que nos lo hicieramos los tres?
- Es tu deseo, es tu cumpleaños, es tu fantasía...
- Pero dime ¿eres chico o chica? dime no puedo verte no puedo tocarte...

NO responde, pero me besa con mas fuerza y acentua sus caricias, mi chico no para y siento que está a punto, le oigo como gime, como me ha cogido de las caderas y me aprieta para entrar más profundamente...

Con el movimiento el antifaz se ha desprendido, y un rayo de luz llega a mis ojos, puedo ver la silueta de la otra persona puedo ver que es...

Suena la puerta, alguien abre...

- Ummm veo que te has puesto mi regalo, y por como veo la cama creo que has empezado a jugar sin mi..., pero es tu cumpleaños y tengo una sorpresa para ti.

Allí está él, vestido en el quicio de la puerta con su sonrisa y yo sudorosa, semidesnuda en la cama, con el gusto en el cuerpo de lo que ¿acaba de pasar?

sábado, abril 11, 2015

Feliz cumpleaños 1º parte (RELATO PARA ADULTOS)

Estaba que me subía por las paredes, era mi cumpleaños y sobre la cama, abierta, la caja me mostraba un conjunto de lencería negra, y una tarjeta "póntelo, espérame, tendrás el regalo de cumpleaños que siempre has deseado..."

Mi chico era así, entraba al juego como yo, nos encantaba provocarnos, whatsapp calentitos, alguna foto que dejara poco a la imaginación, mucha complicidad y sobre todo mucha confianza y sinceridad.
Yo sabía de sus gustos, de sus fantasías y él sabía de las mías, por eso aquellos puntos suspensivos.

Me preparé un baño, y me sumergí en el agua caliente, cerré los ojos e intenté adivinar cual sería su sorpresa, me excitaba pensar en ello, deslicé mi mano por mi cuerpo, el contacto con las sales de baño había dejado mi piel suave, encontré mi sexo ávido de mis dedos, me acaricié lentamente, mientras me introducía en la boca los dedos de mi otra mano, ¡cómo le excitaba a mi chico cuando lo hacía! y para picarle más le susurraba " imagínate que no son mis dedos lo que está en mi boca..." aquello le volvía loco, y yo imaginarlo me excitaba aún más.

Separé mis piernas y dejé que mis dedos entraran suavemente en mi sexo, me follaban despacio, mientras gemía al notar el calor que me estaban produciendo, aceleré el ritmo, el agua de la bañera saltaba sobre mis pezones duros, no podía más, pero no podía continuar, quería reservarme para él. Muy a pesar mío deje de acariciarme, salí de la bañera y me miré al espejo, mi cuerpo aún me gustaba pese a que la edad había empezado a dejar sus huellas.

Me puse otra copa de vino y la lencería, no quedaba mucho tiempo.

Me encontró en la cama, me sonrió y se acercó a mi.

- Hola mi amor, veo que has cumplido mi deseo, te deseo un feliz cumpleaños - y acercó su boca a la mia, sentí el calor de su lengua buscando la mia, sus labios apretando los mismo, mordiéndolos suavemente. Le agarré por la cintura y lo tiré encima mio, busque el contacto de su cuerpo, y sentí como se le endurecía bajo los pantalones.

-  Espera, espera, voy a ducharme...
- No me dejes. No hace falta...
- No, he tenido un dia largo, voy a ducharme  y enseguida estoy contigo.

No sé si lo hizo adrede, pero dejó la puerta abierta, ví como se desnudaba, me seguía encantando su cuerpo,  ya no tenía aquel estómago de cuando le conocí, una ligera curvita había ocupado su lugar, pero cuando se giró para entrar en la ducha, pude ver lo excitado que se encontraba, desafiando cual efecto de la gravedad se alzaba mi premio, instintivamente me mojé los labios con la lengua.

Cerré los ojos, deseando que la espera fuera breve, no lo oí llegar. Se puso sobre mi, su cuerpo desnudo, me cogió de las muñecas alzando mis brazos mientras me besaba con pasión, deslizaba su boca por mi cuello, mordiéndome los hombros, el lóbulo de la oreja, susurrándome "deseo que este cumpleaños no lo olvides nunca , te quiero y te amo no lo dudes"

Se sentó encima de mi estómago y se quedó mirándome con un brillo especial en sus ojos, entre sus manos vi unos lazos de seda, y supe al instante que iba a atarme a la cama,  no era la primera vez, y eso me ponía,  me ato suavemente, las manos y las piernas, 

- ¿Te gusta?
- Sabes que me encanta
- Tengo algo más...

Y sacó un antifaz que hacia juego con la lencería. 

Era la primera vez.
Se hizo de noche, dejé que mis otros sentidos sustituyeran al de la vista. 
Oía su respiración agitada, sentía el peso de su cuerpo sobre el mío, las yemas de los dedos acariciándome la piel.

Soltó el enganche del sujetador, me volvió besar en la boca con pasión con ganas, yo movía la cintura buscando la presión de su sexo sobre el mio rozándolo, me sentía muy mojada,  y empezaba a desesperarme no poder rodearle con mis piernas, no soltar mis manos y agarrar su polla entre mis dedos. Él lo sabía y demoraba mas sus acciones, me beso el cuello mordiendolo muy lentamente, apretó mas cuando lo hizo sobre mis hombros y mi clavícula sabia que era una zona que me excitaba, mordisqueo los lóbulos de mis orejas, haciéndome cosquillas...

- Para, para por Dios no puedo más...
- Sólo estoy empezando.

Y dicho esto sentí su mano deslizarse bajo mis braguitas, sus dedos jugaron a acariciar mi monte  y luego suavemente mi clítoris, en círculos despacio, para ir apretando más más. 
Yo gemia,  me estaba volviendo muy salvaje, como a él le gusta.

- Fóllame, no parés, métemela ya, quiero sentir tu polla dentro, quiero chupartela quiero comermela...
- Ufsss no sigas me estas poniendo, me encanta que seas tan salvaje, pero estamos empezando...
- Déjate ya y fóllame, desátame

Estaba totalmente fuera de mi. pero él quería seguir con el juego, dejó de acariciarme con sus manos, y senti algo suave fino, casi me provocaba cosquillas,  me estaba acariciando los pechos los pezones, intentaba adivinar que era, intuyó mi pregunta

- ¿sabes lo que es?
- ¿seda?
- No
- ¿Tirás de algodón ? dímelo
- Es una pluma de pavo real, la que tienes en el jarrón.
- ¿Si? qué ocurrencias tienes, pero sigue me está encantando.

Se levanta de mi cuerpo y me desnuda totalmente, recorre mi cuerpo con la pluma, me acaricia la parte interna de mis piernas, las sacudo me vencen las cosquillas,  entonces para. 
Pasa un minuto que se me hace eterno no está no lo oigo.

Empiezo a desesperarme cuando vuelvo a sentir sus manos en mis pies, un suave masaje,  su boca sube por mis piernas.. oigo un ruido extraño...

viernes, abril 10, 2015

Tejedor

"Era un tejedor.
Un tejedor de palabras.
No sabía como había llegado a tener ese dominio, quizás la lectura, quizás que amaba las palabras, lo que encerraban, lo que decían cuando estallaban al componer una frase.

Y de esa manera, tejiendo hilvanando letras en palabras, palabras en frases, frases en párrafos, la gente quedaba prendada, colgada de sus labios, de su papel, de como era capaz de pintar paisajes de abecedarios, mundos infinitos y lejanos tangibles con la imaginación, recreando historias, vidas, en las que el oyente, el lector tomaba el ropaje de esas palabras para ser actor de las mismas, interpretando cada frase como si fuera suya, como si de alguna manera aquel tejedor hubiera sido capaz de oír su alma y traducirla en palabras.

Sin embargo el tejedor, era simplemente eso, un tejedor de palabras con las cuales abrigaba su alma, tapaba su cuerpo, lo cubría de capas como una cebolla, disfraces de historias, en las cuales siempre había un trocito de él, pero sólo un trozo lo demás eran sueños e ilusiones que se tejen con el hilo de "me gustaría", "haría", "si pudiera".

Por que en definitiva el tejedor veía bailar las palabras mientras las iba enhebrando, pero se había olvidado de como era bailar con ellas, agarrarse a ellas, deslizarse a ellas, hacer el amor con ellas.

Hay mucha gente que se equivoca, que taparse con palabras  por muy bien enhebradas que estén solo es eso una bonita vestimenta, un bonito disfraz, lo que realmente vale es desnudarse ante las palabras, dejar que estas caigan, caminen se deslicen  provoquen se sumerjan, vuelen, se entierren y vuelva a salir, mueran y resuciten, se corrompan y renazcan.

Cuando todo eso pase, el tejedor dejará de tejer, simplemente será un contador de historias, un narrador, un simple escritor de la vida."

Todo esto lo leí en unas pequeñas cuartillas que me encontré un amanecer en una pequeña playa, mientras unas huellas se perdían en lo profundo del mar. Junto a las cuartillas había unos hilos cortados,  como si alguien hubiera estado tejiendo y finalmente los hubiera cortado con unas tijeras invisibles.

domingo, abril 05, 2015

Profesiones

Estaba en una reunión de las que tanto odiaba, de esas que tienes que ir por compromiso, pero que sabes que no pegas ni con cola. Era la enésima vez que alguien se acercaba y como si de un ritual se tratase se presenta con su nombre, su profesión y una sonrisa.

Harto de tanta hipocresía, le miré y respondí "Nicolás, sepulturero" y sonreí. ¿qué porqué se me ocurrió lo de sepulturero? No lo sé, imagino que para mi todas aquellas personas con sus composturas, sus poses  eran como si estuvieran muertas  a la vida, simples zombies.

- ... ¿sepulturero?... - balbuceó el personaje.
- Si soy de los que se encargan de meter el ataud en la fosa, o bien colocarlo en el nicho, por suerte a mi la crisis no me alcanza, siempre tengo trabajo, Digamos que ademas de un contrato indefinido, tengo un trabajo vitalicio...

Obviamente nuestra conversación no duró mas allá de otras cuatro palabras. Imbuido en mi nuevo personaje, me acerqué a un grupo, ellas colgaban de su antebrazo bolsos de marca que rivalizaban entre ellos, los chicos traje  corbata, gemelos que disimuladamente asomaban  para que el brillo del metal atrajera más de una mirada a juego con relojes de los cuales no quisera saber su valor.

- Hola, Nicolas, traductor de lenguas muertas....
- Hola Antonio, director financiero de la multinacional E.ON, ¿has dicho lenguas muertas?
- Si verás traduzco los textos de aquellos que por desgracia en el medievo la inquisición cortaba la lengua y los utilizaban como escribas, es un trabajo apasionante... en el último texto....
- ¿Cortaban la lengua...? perdon, siento dejarte pero tengo he de ir al lavabo.

Impresionante, mucha carrera, pero ni siquiera sabía que eran las lenguas muertas, me estaba divirtiendo, si no hablabas del ibex, del ultimo viaje a baqueira, o cuando ibas a ir a cenar a retsaurante de moda, no había otro tipo de conversación.

Desde la esquina alguien me observaba, bajo dos increibles pamelas de pestañas ,unos ojos azul turquesa no me perdían de vista, alce mi vaso y la saludé, ella arqueó ligeramente la ceja y me sonrió.

Mi siguiente objetivo fue un grupo de chicas de entre treinta y tantos y cuarenta y tantos, pasé a su lado y en cuanto tuve oportunidad me uní a su grupo. Charlaban animosamente del buffete de abogados al que pertenecían, y del nuevo caso del magnate ruso y su carísmo divorcio, no sólo por lo que tendría que pasarle a la "afligida" esposa, sino por el gran pellizco que se iba a llevar el buffete, cacé mi bostezo al vuelo, cuando una de ellas soltó la pregunta consabida.

- yo...Nicolás, ... bueno soy criador de caracoles... - y sonreí. eso es importante no olvidarlo.
- Venga ya ¿criador de caracoles?
- Pues si,  no sabeis lo que da de sí vuestras tersa piel,  me dedico a producir la baba de caracol, la misma con la que seguramente cada noche os dedicais a frotar esas arruguillas, para que desaparezcan...
- ¿quieres decir que la crema que nos damos está confeccionada con.... ¡dios! no puedo ni decirlo.. - soltó la que parecía más remilgada.
- Así es, no hay crema que no baje de los 100 euros el tarrito que no lleve la baba de mis caracoles, perdonad, creo que me reclaman, feliz noche.

Y allí se quedan ellas, murmurando con cara de asco sobre sus cremas y las babas de caracol, aunque alguna por su mirada más que pensar en la baba de caracol pensaba en cuanto supondría eso para la billetera que llevaba en el bolsillo.

- Asi que tú eres el pluriempleado, sepulturero, traductor de lenguas muertas, y ahora criador de caracoles... - me soltó la chica de los ojos azul turquesa.
- Bueno.. tengo una vida muy ocupada la verdad..., perdona ya que sabes tanto de mi vida, tú .. ¿eres?
- Soy Sara
- Encantado Sara, pareces un poco fuera de lugar
- Bueno soy detective privado, contratada para la seguridad del evento
- Ah, y .. ¿me vas a detener?
- Por le momento no, pero en serio necesito tu invitación, estas causando problemas...
- ¿Problemas .. yo?
- Si, confundes a la gente con tus, digamos, curiosas profesiones...
- Bien, aquí tienes la invitación, me llegó a través de un.. antiguo amigo, al que la vida trata muy bien.
- Gracias,  y dime, si no te importa ¿cual es tu verdadera profesión?
- Sinceramente... soy agente deportivo, y por lo que sé aquí hay más de un magnate con la idea de comprar un equipo de futbol y yo pretendo ofrecer a mis jugadores.
- Muy interesante...
- Sara... ¿piensas de verdad detenerme?, yo creo que entre esta gente más de uno...
- No sigas, no quiero saberlo.
-La verdad no tengo ni idea de quienes son la mayoría de estas personas.
- Ni yo..
- Pues ven - y cogiendola de la mano, vamos hasta la barra, pedimos dos copas de champán y nos unimos al grupo mas cercano.
- Hola somos Sara y Nicolas, actores porno, ¿que tal va la noche... nos preguntábamos si os interesaría...?

No llegué a terminar la frase cuando el grupo se cerró dándonos la espada.

- Espera, ¿estas loco?, me juego..
- Venga... mira aquellos... te toca.

-  Hola  ¿cómo están? - dice Sara aterciopelando la voz.
Ellos se presentan, yo callo, esperando a que Sara haga nuestra presentación.
- Somos Sara y NIcolás... nuestro trabajo es... por extraño que les parezca... inspectores de tampones..
- ¿Qué?-  preguntaron en grupo.
- Si, es sencillo yo me dedico a medir el nivel de absorción de los tampones y él la resistencia de los cordones, es un trabajo de muchísima responsabilidad.

NI que decir tiene, que alguno salió corriendo al lavabo.
Asi seguimos parte de la noche, unas veces ella era inspectora de olor de axilas para una refutada compañia de desodorantes y yo buceador afamado recogiendo pelotas de golf de los clubs más importantes, sexador de pollo, o tapador de grietas...

Al final de la noche, y tras unas cuantas copas de champán y otras tantas profesiones dejamos la fiesta.

- Bueno, encantada de haberte conocido Nicolás, soy Sara, periodista ahora en paro, una amiga me consiguió una invitación y cuando te vi con el juego... me gustó, me gustasté -
- Yo soy Nicolás ni enterrador, ni traductor.. simplemente un escritor, entre otras cosas, y si quieres me gustaria seguir contándotelas.

Y así fue, ahora  sois vosotros los que debeís imaginar... para mi me basta con decir que despues de aquella noche la mejor profesión fue la de vivir.