jueves, diciembre 31, 2015

Habitación 2016

Hace tiempo pensé que quizás la vida sea como un edificio lleno de habitaciones, esas habitaciones son los años de nuestra vida.

En ellas invitamos a entrar a gente, unas se quedan por un tiempo, otras sólo pasan unas tardes, un tiempo corto, otras sólo llaman a la puerta para irse después.
Cuando llegamos a nuestra nueva habitacion, una estancia muy amplia en la que tambien podemos tener otras habitaciones, está sin amueblar, y en el transcurso del año, somos nosotros quienes vamos amueblando esa habitación que será nuestro hogar, depende de nosotros como queramos que sea.

Yo ya estoy haciendo la maleta para mudarme,  creo que va mucho mas ligera que cuando llegué a mi habitación 2015,  siento que no logré amueblarla como en un principio hubiera deseado, que se quedan en las paredes colgados algunos recuerdos, que como fantasmas atravesaran la pared a mi nueva habitación.

Que donde quise  poner una ventana solo surgió un muro.
Que cuando abrí la puerta no fue para que entrara alguien sino para que se fuera sin yo quererlo.
Que  cuando cerré la puerta la estancia quedó más vacía de lo que a mi me hubiera gustado.
Hay a veces que piensas que una de esas habitaciones estará ocupada hasta que llamas a la puerta y la encuentras vacía, quizás deba ser así, lo más triste de todo es no encontrar una carta un mensaje de despedida, tener la sensación de que ya nunca más volverá a llamar a tu puerta sea cual sea el número de la habitación.

Pero también hay zonas decoradas, pintadas de blanco, que me recuerdan a los pueblos del sur, a las calles de pueblos de Málaga, con su acento y su sonrisa, aquella tierra que vió nacer a mi padre.
Paredes de alegría, de sonrisas, de olor a salitre y a espetos.

Descuelgo algunas fotografías de habitaciones antiguas, de viajes a lugares exóticos, de sonrisas, de un niño que ha crecido y ahora me veo reflejado en él.

Hay recuerdos que son fotos, y fotos que son recuerdos, que pase el tiempo que pase, que por muchas habitaciones que nos queden, siempre estarán con nosotros.

Mi maleta es más ligera cada vez, este año la habitación ha sido más pequeña, más oscura, hubo un tiempo en este año que estuve a punto de abandonarla, de dejarla, de mudarme, hubo un tiempo....
Ahora oigo el bullicio de la calle, mientras cierro las hebillas de la maleta el silencio es mi compañero, cierro los ojos e intento oir el sonido de la mar, ver las pisadas en la arena, de una casa que no era mi casa, de un tiempo tan breve que a veces parece que no existió.

Hoy cerraré la puerta de mi habitación 2015 mucho antes de que me den la llave de la 2016, quiero dormir en el rellano, quiero dormir sin que me avisen de cuando he de cambiarme, y sólo así abrir los ojos ya en la nueva habitación, donde desharé la maleta, colocaré mis cuadros, quemaré algún recuerdo y con sus cenizas pintando mi alma iré recorriendo la nueva estancia con los mejores deseos de empezar a decorarla, de abrir ventanales que den al mar, de abrir la puerta para todo aquel que llegue pueda sentirse en su casa, para todo aquel que quiera quedarse tenga su sitio.

Ójala vuestras habitaciones sean blancas con terrazas. áticos al mar y a la montaña, ójala tengais en vuestras manos todo aquello con lo que deseáis decorarla.

Feliz habitación 2016

martes, diciembre 29, 2015

El ubicador

Agoniza el año, un año más...
Recorro el parque de el Retiro con la esperanza de encontrarme con el viejito, de felicitarle el año, de tener de nuevo  una charla con él.
Camino por el lateral del estanque, se nota que los colegios están cerrados, los chicos corren arriba y abajo, un Mickey Mouse infla unos globos ofrecíéndoselos a los niños para que los padres suelten alguna moneda, muchos parejas de chicos y chicas con el palo selfie, ellos miran fijamente a la cámara, ellas literalmente posan, besos al aire, piernas inclinadas, brazos a la cintura...

Me pierdo por caminos solitarios con la sola compañía de los árboles y en un recodo me lo encuentro. Está paseando despacio, como si sintiera cada hoja, cada seto que hay en el camino. Me pongo a su altura y le saludo, él se gira, me ve y sonríe.

- Ya has llegado - me dice con su dulzura habitual.
- ¿Me estabas esperando?
- Claro, sabía que querrías verme antes de fin de año.
- ¿Nos sentamos? - le pregunto, señalando un banco cercano.

Nos acomodamos en un banco de madera,  el suelo está teñido de ocre, con una alfombra de hojas que revolotean con el viento.

- Un año más... - le digo - feliz año.
- Bueno ... donde yo estoy el concepto tiempo es muy diferente, pero imagino que no querrás que hablemos de ello ¿no?
- Quizás en otra ocasión, ¿sabes? creo que este año se me ha ido,  se ha deslizado entre los dedos como lo haría un puñado de arena. Un año difícil, complicado, donde se han quedado muchas cosas atrás y solo queda una sensación de que ha pasado para no volver, y una vez más me deja la sensación de que hay personas que pasan por mi vida hasta que... como podría decirlo... se ¿ubican?
- Ubican... hace muchos años que no oía esa palabra, desde...
- ¿Desde?
- Desde la guerra civil cuando era joven, ¿quieres que te cuente la historia?
- Desde luego...
- Por aquel entonces yo era joven, nuestro pueblo quedó dentro de uno de los dos bandos, da igual cual,  pero cerca de la linea de fuego, cerca del territorio del otro bando, pronto surgieron las represalias, a veces llegaban milicianos y se llevaban a unos cuantos, otras entraban por la noche  grupos del otro lado y gente  desaparecía. Fue entonces cuando oí por primera vez su nombre,le llamaban "el ubicador", nadie sabe como aparecía, pero llegaba cuando alguien o varias personas tenían que pasar de un lado a otro, a él no le importaba el color, ni azul, ni rojo, solo las personas.
Estaba con ellas al menos una semana, les conocía, les indicaba los peligros, les intentaba aliviar, darles ánimo, hasta que un día llegaba y decía "es esta noche". Entonces les llevaba al otro lado, se internaban en el bosque y pasados unos días regresaba él solo. Otras veces tardaba semanas en aparecer y cuando lo hacía llegaba al pueblo con algunos niños, mujeres y hombres, personas del otro lado que venían a este.
- ¿Y qué pasó, lograste conocerle, hablar con él?
- Sólo una vez, lo vi una noche, caminaba solo por el linde del bosque, allí estaba, todo un mito, un héroe, y sin embargo cuando estuve a su lado, sólo era un chico algo  mayor que yo. Le pregunté que porqué lo hacía y simplemente me dijo "¿porque no?", empezamos a hablar, tenía miedo pero en cuanto veía los ojos de aquellas personas a las que iba a pasar de un lado a otro su miedo desaparecía. 
Sonrío cuando le dije que le llamaban "el ubicador".
Le pregunté que era lo peor que le había pasado, me contó que lo peor era no volver a saber de ellos, que muchos le decían que le escribirían, que le mandarían noticias, que seguirían en contacto, pero nunca recibió nada, ni una noticia, ni un mensaje,  cuando hablaba de "ubicarlos" su voz tenía vida, era feliz, pero cuando me contó eso, su voz solo era un hilo cargado de tristeza y nostalgia, yo pensé que tendría rencor, al fin y al cabo daba parte de su vida, pero sin embargo nunca encontré un rastro de ello en sus palabras. 
Me contó que él les buscaba un nuevo camino, quizás por que él nunca había llegado a encontrar su camino.
- ¿Y que fue de él?
- La guerra avanzó, cada vez se hacía mas difícil reubicar a los que huían, y cada vez había menos  que reubicar,  empezó a vérsele menos, hasta que desapareció, dicen que  se le oía silbar en el bosque.
Yo siempre pensé que seguía allí, en el bosque, intentando encontrar su camino, quizás intentando encontrar a alguien que le reubicara a él.
- Es una historia hermosa pero triste - le dije
- No creo que sea triste, él sabía que ese era su destino, yo quiero imaginar que al final, en ese bosque, encontró su camino.
- Creo que de alguna manera  me parezco al ubicador, tengo la sensación de que hay personas que han llegado a mi vida en momentos difíciles, y que una vez "ubicados" desaparecen , y lo más triste es que tengo la sensación que eso no ha acabado, que seguirá pasando, y que no sabré más.
- Bueno puede que sea ese tu destino, puede que no, la vida no está escrita, se nos marca un camino pero somos nosotros los que al final hemos de escribirla.
- Sabes que te quiero ¿verdad?
- Lo sé, yo también y creo que ahora ya debes irte, está anocheciendo, me gustaría desearte una feliz nochevieja pero sé como la vas a pasar y creo que  vale con que te diga que intentes disfrutarla, da igual que una noche sea nochevieja y otras no, a veces son mejores las noches que no esperas.
- Gracias, siempre me sorprendes con tus historias, siempre me dejas una sensación ... 

Le dí un abrazo, me levanté, me puse los cascos y volví a casa, faltaban horas para nochevieja, una más para olvidar.

jueves, diciembre 24, 2015

Cuentos por teléfono 8 - Cena de nochebuena

- Hola soy yo, el cuentacuentos
- ¡¡Hola!! ¿qué tal?
- Quería preguntarte una cosa...
- Dime
- ¿Te gustaria cenar conmigo en nochebuena? estaré solo y pensé que quizás .. si tú también...
- Sí, me encantaría, pero antes has de saber una cosa
- No me digas que no te gusta el marisco
- Jaja no, no es eso, es algo.. digamos mas complicado...
- Te escucho
- Verás no hace falta que me invites por que estaré contigo
- ¿estaras conmigo?
- Si, una vez dijiste que nos parecíamos mucho, ¿recuerdas?
. Si claro que lo recuerdo, me ha asombrado lo mucho que nos parecemos, las cosas que tenemos en común
- Y no te ha parecido extraño, que así de pronto...
- Bueno creo en el destino, en las coincidencias
- Si, yo también, pero esto es más que una coincidencia
- ¿Entonces?
- Es complicado, pero simple a la vez, yo soy... tú
- ¿qué tú eres yo?
- Si, soy tú, ese al que a veces ocultas, ese al que a veces no dejas sair por miedo
- Espera, espera, quiers decir que todoas estas veces he estado hablando...
- Has estado hablando con alguienal que deseabas contarle tus historias, y a la vez deseabas escuchar cosas que muchas veces te niegas a oir
- La verdad es que alguna vez sospeché algo por el estilo
- Pero nunca lo dijiste
- NO, nunca, me pareció una locura, y me gustaba que existieras
- Y existo, podrás llamarme cuando quieras, y yo haré lo mismo
- Entonces...¿ vendrás a cenar?
- Allí estaré, no lo dudes, no estarás solo
- Gracias, solo espero que te guste lo que he preparado
- Me gustará y sé que echaremos de menos esos mantelitos blancos de los que tanto hemos hablado
- Si, echaremos de menos esos y más cosas...
- Pero esta noche no, esta noche intentemos ser felices ¿vale?
- Vale, ¿sabes? te quiero
- Yo tambien te quiero

lunes, diciembre 21, 2015

Cuento por teléfono 7 - Charlar

Camino por el retiro en  un domingo extraño, en un otoño extraño, a estas horas el retiro permanece vacio pero con los brazos abiertos a sabiendas que en horas se llenara de parejas que pasean, de niños que corretean tras palomas, de magos que dejan su sombrero llamando por alguna moneda, de gitanas que te leen la mano  y no te sueltan hasta que no aflojas el bolsillo.

Me gusta perderme por caminos solitarios, a veces desconecto el ipod y escucho el aire jugar entre las hojas, ese silencio  con el que hablan los bosques, aunque este sea un bosque pequeño.
Suena el móvil y rompe ese momento.

- Hola, perdona que te llame tan pronto ¿te molesto?
- Hola, no, no molestas estaba de caminata por el retiro
- Qué envidia... es que... me gustaría... necesito hablar contigo

Me siento en un banco, frente a un riachuelo, algunos patos me mira indiferentes y siguen su camino en busca de trocito de pan.

- Cuéntame...  - le digo.
- Cuando hablo contigo, no sé por donde empezar,  en mi cerebro se agolpan tantas ideas tantos sentimientos que al transformarlos en palabras estan quedan atrapadas en mis labios sin atreverse a salir...
 ¿Sabes? el mejor regalo que me han hecho nunca ha sido una foto. En esa foto la otra persona miraba a la camara como si me estuviera mirandome y sin embargo estaba a muchos kilometros, en galicia.
 Su mirada atravesaba el objetivo y me susurraba que yo debía estar alli. Y alli no estaba.
Ni estuve y no sabes lo que me arrepiento de ello.
Hoy en mi habitacion de alquiler, en mi cama de alquiler,  en mi vida prestada aún siento ese vacío cada mañana cuando acaricio el lado vacío de la cama y sólo tengo para abrazar un corazon rojo con dos bracitos que rodean mi cuello.
Hay algo peor que te abandonen lo peor es que te olviden y uno no consiga olvidar.
Los recuerdos se cuecen a fuego lento  y cada manana te pintas la cara con sus cenizas, no hay peor epitafio que mirarte al espejo y leer : " y si hubiera..."

Vivo en historias que se inconclusas.
 Quizas por siempre sé que hay una puerta de atras para salir corriendo.
Hay quien piensa que soy como un arbol fuerte robusto al que llegas y te puedes sentar a su sombra mientras miras el cielo y le cuentas lo que no te atreves contar a nadie.
Pero no es asi, si lo fuera, sería de esos árboles que se desnudan en otoño desvalidos esperando que llegue la primavera para que  lo vistan de nuevo.
Ahora que llega la navidad creo esa sensacion, eso que llaman espíritu de la navidad, lo dejé en alguna tarjeta de navidad, en algún christmas, en algún sello, en alguna direccion  a alguien que nunca contestó.
En una silla vacia, en la mirada de alguien tendido en el frío asfalto para quien nochebuena sólo es una noche más en la calle, en una solitaria calle de esta ciudad.
A veces creo que he llegado a odiar la navidad,  quizás por que en mi cabeza existe esa navidad de mesas largas llena de gente,  de esa mirada sin palabras que lo dice todo, de la ilusión de unos niños por abrir sus regalos, de esa magia que es pensar que llegan otros 365 días nuevos, a estrenar.
Ahora sólo me quedan los recuerdos... y un sentimiento.

- Siento mucha tristeza en tus palabras - le contesto - cargadas de nostalgia, ójala pudiera las palabras abrigar tu corazon, acarciarte, pero creo que  eso sólo puedes hacerlo tú, nadie puede darte lo que tú misma no te das.  Hace tiempo leí unos poemas de amor, si mal no recuerdo decía algo así
"Soy ese personaje desgraciado que es comparable a los espejos, esos mismos que pueden reflejar pero nunca llegan a ver, como ellos mis ojos están vacíos..."  alguien una  vez me dijo no llegas a ver lo que tienes delante, y eso te lleva a la perdición" el poema sigue así " y como ellos habitados por tu ausencia que les convierte en ceguera..."Creo que cuando un amor se pierde y nos abandona sólo nos queda el consuelo de los recuerdos, esos que habitan en la memoria, pero es esa misma memoria la que nos traiciona por que arrincona los recuerdos negativos, los esconde en un armario, y sólo deja salir aquellos recuerdos que sabe que nos llenan y nos hacen sentir de nuevo vivos como si el corazón se hubiera parado y esos recuerdos fueran el desfilibrador que lo hace latir de nuevo. Pero es un chantaje emocional, por que la realidad no es esa, sólo es un espejismo.
Y sin embargo es peor que la peor de las drogas por que nos vuelve adictivos a esa sensación,  por que nos devuelve la pasión, el fulgor repentino de los primeros amores ese estallido que sólo vive en los recuerdos.
pero, mi niña si me permites que te llame así, vivir de recuerdos es solo morir lentamente.
Yo no puedo asegurarte como serán los dias venideros, bastante tengo con que dibujo en exceso unos "deberia haber, enlazados con y si hubiera" son mis cadenas que arrastro como nos han contado que llevan los fantasmas.
Sólo puedo decirte que a veces hay personas que nos dicen que nos quieren pero solo se aferran a nosotros por que estan solas y que cuando llega otro barco abandona ese puerto en el que estuvieron anclados  para no acordarse más, quizás lo mas dificil es asumir que esas personas no nos merecieron y no merecen que suframos por ello.

-  Nos parecemos más de lo que imaginas
- Creo que si, puede que tú solo seas un reflejo de mi, y que estas llamadas sean mis propias llamadas.
- Yo existo, estoy aquí... pero ahora he de dejarte, no quiero interrumpir más tu caminata
- Si, me estoy quedando helado en este banco, queda ya  nada para Nochebuena, espero que esta sea diferente y la disfrutes como un niño
- Ójala pero será una más... en soledad
- Quizás...
- ¿Quizás...?
- Nada, te llamaré antes, hazme un favor...
- Dime
- Vive, no pienses
- Lo haré, si tú lo haces...
- Vale, es un trato, hasta pronto.
- Hasta pronto, feliz caminata

Apago el móvil,  y sigo mi camino.

jueves, diciembre 17, 2015

Mi viejito

Otro año..

Camino por el parque, y aún parece que es casi primavera si no fuera por el suelo alfombrado de hojas pardas.
Me siento tan extraño como lo es este Diciembre en el que algunos pasean en mangas de camisa,y  otros con abrigo y bufanda.
A veces tengo la sensación de que no pertenezco a este mundo, que soy un extraño completo, o el extraño es el mundo...

Me siento en un banco y bajan gorriones y palomas por si de mi mano cae alguna miga de pan, sin embargo sólo puedo darles pedazos de mi soledad.

Se acerca y se sienta.
Mi viejito.

Hay una mirada extraña en el, como si estuviera cargada de melacolía, cuando intento atraparla sólo consgio atrapar mi propia mirada.

 - ¿Sabes?... - le digo
- Cuentame, a veces un cuento no es la solución, sólo hablar con alguien que escucha.
- Leí en algún lugar que " a veces,  la persona que está siempre para ayudar a todos, necesita que también se preocupen por ella" y yo no digo que sea una persona que esté siempre, no quiero ponerme esa medalla, intento estar, con todos mis errores...
- Sé lo que quieres decirme... contínua
- Quizás sean estas fechas, quizás sea que se va otro año,  y que a veces me inunda la sensación de que el tiempo se pierde como lo hace el agua del rio al llegar al mar, y que mi vida se diluye... y.. llega un momento que no me importaria diluirme con ella también.
- No deberías pensar así
- Bueno sólo te lo digo a tí, hay algo que puede parecer de locos  pero tengo un cuarto al que sólo puedo acceder yo,  con unas estaterias llenas de frascas de cristal.
  Tengo una frasca con los primeros pasos de un bebe, con el olor de sus primeros biberones, de aquel momento en el que alguien te dice "estoy embarazada", es una frasca que esta al final de la estanteria ya casi olvidada, tengo otra con la niebla de mañanas de invierno cuando te despertabas antes de amanecer para viajar en un viaje interminable a la ciudad, una ciudad que encendía las luces mientras el sueño te invade y hay una cabeza que reposa en tu hombro, tengo una frasca con paseos por un pueblo de la sierra y escenas de un cine de verano, con besos dados que simplemente volaron cuando acabó el verano.

Tengo otra cargada de letras, letras con las que a veces escribo  cuentos,  con solo desparramarlas por el suelo,  el suelo de una caja de cerillas donde suena una canción, donde en una mesa hay unas copas de vino sobre unos mantelitos blancos. Y esta frasca no la abro nunca por que temo que se escapen de su interior y no regresen más

Tengo frascas de viajes,  que al abrirlas huelen a Africa y a sonrisas y aventura, de otra sale un frio calmado con vino caliente en puestos de mercadillos de invierno donde la Navidad es la Navidad, nieve y sueños.
Hay frascas llenas de espuma de mar, de arena, de paseos al borde de las olas, con extraño acento, de prisas, de tiempos agotados antes casi de empezar, de esperas y llegadas en andenes.
Hay frascas con acento andaluz,  que me llevan a tierras de oriente de esa tierra que vió nacer a mi padre.

Y en un pequeño rincón tengo una grande llena de errores y de miedos, de perdones que nunca dije,  con una pegatina que me recuerda que si pudiera hacer un "reset"...

Tengo una  con nubes de verano, con pensamientos de lo que hubiera hecho y no hice, otra de aquellos sueños que quizas solo  pueda  verlos flotar en esa frasca.

Cuando entro en esa habitación es cuando puedo verme, cuando me encuentro reflejado en el fondo de esas frascas, y sin embargo a veces las estrellaría contra el suelo,  simplemente porque estoy cansado... muy cansado...

- Pues hoy , yo te traía algo para darte y no es una historia de las mías.

Le miro extrañado, porque no me esperaba ningún regalo de él.
Me entrega un paquete envuelto en papel de estraza, sin lazo, algo simple, pero es esa misma simpleza la que lo llena de encanto, de magia.

- Ábrelo

Y eso hago, ante mis ojos aparece... una frasca de cristal igual a las que tengo en mi pequeña habitación.

- Está vacía, a la espera de que  la llenes, eso queda en tu mano.

Mis ojos se inundan, flotan en un lago y la visión se sumerge en lágrimas.
Cuando , por fin puedo volver a ver, él ya no está, en el banco queda el papel de estraza y una frasca de crista con una nota

"Sé que sabrás llenarla,  feliz Navidad,  feliz año nuevo"

domingo, diciembre 06, 2015

Mi querida Navidad

Cae la tarde, el sol ha ido a jugar al otro lado del planeta mientras aquí se abren paso las luces amarillentas que visten el adoquinado del suelo.
Oigo una melodía de piano, mi mundo se ha reducido a una pequeña habitación, suena el teléfono.

- Hola, ¿cómo estas?
- Hola,  envuelto en la nebulosa de una tarde de domingo...
- ¿No escribes?
- Mi bolígrafo se ha ido de puente y mi mente debe estar caminando en alguna playa lejana a la que yo no llego a alcanzar... las tardes de los domingos... a veces... te detienen la vida, como si irse sólo fuera la mejor opción.
- No me gusta que digas esas cosas, pero te entiendo. Hoy no te voy a pedir un cuento, sólo quiero que me escuches ¿vale?
- Vale
- He escrito una carta y me gustaria leertela, se titula "mi querida navidad"
- Bonito título
- "Mi querida navidad, parece mentira pero ha pasado un año desde que te fuiste y ya estas llamando de nuevo a la puerta, han pasado tantas cosas...
Ahora aquí ya no te llaman Navidad, eres el solsticio de invierno, o una fiesta multicultural, ya no veo los belenes que hacetan sólo un año me encontraba en cualquier esquina...
pero tú sigues siendo mi querida Navidad, aquella que de niño me hacía sentir mariposas en el estómago, cuando de la mano de mis padres iba a ver con una carta en el bolsillo a los Reyes Magos, cuando bajo un millón de luces veía al niño Jesús con la vaca y la mula... cuando todos alrededor de la mesa sonreíamos, cantábamos, brindábamos.... ahora mi querida Navidad sólo queda un recuerdo de todo aquello  unas sillas vacías aunque en el fondo sé que  aún están ahí.
Mi querida Navidad, me encantaría volver a sentir aquellos nervios, pero ahora la gente va corriendo, nadie mira las luces, las pocas que ya ponen, todos se preocupan de comprar más y mejor, de beber más, de esperar que el día 22 unos números le resulevan la vida...
Mi querida Navidad, ha sido un año duro y difícil, por el camino se han quedado tantas cosas, sueños e ilusiones, personas que siguieron su camino sin mirar atrás, sin casi decir un adios...
Quisiera mi querida navidad, no que traigas regalos bajo el árbol, ni dinero... auqnue nunca viene mal, me gustaría que vinieras con sonrisas, y sueños, con esas ilusiones de que tras de ti llegará un año nuevo que haga vibrar de nuevo eso que llaman corazón.
Mi navidad, mi querida navidad, espero que este año te sientes en mi mesa, a pesar de que este casi vacía, a pesar de las ausencias.
Por que para mi, tú siempre serás  Navidad, no un solsticio de invierno,  por mucho que nos lo quieran vender así.
Hasta pronto, hasta que llames de nuevo a mi puerta"
-
Es bonita tu carta, creo que cuando nos vamos haciendo mayores la navidad es algo mas difícil, perdemos esos sueños de niño, esa ingenuidad y como tú dices llegan las ausencias, quizás lo mejor de la navidad es que nos devuelva la ilusión, que nos haga volver a ser un niño
- Eso me gustaría...
- A mi también, echo en falta tantas cosas...
- Tendremos nuestra Navidad, te lo prometo
- Te lo prometo...
- Un beso, hasta la próxima llamada...
- Gracias, hoy te las doy yo a ti.

domingo, noviembre 29, 2015

Cómo olvidarme

Entré en aquel viejo bar de madera y baldosas añejas cargadas de huellas a caminos sin nombre.
Abracé la última mesa, en un rincón escondido. 
El aire cargado de alcohol, vestí la mesa con mi block y un lápiz.
Jugué con unos versos de Borges mientras sus letras se deslizaban por algún rincón de mi mente.

Ella se acercó sigilosa,  "te cambio tus pensamientos por una cerveza"  me dijo, con un baile de carmín en sus labios.
"Lo que pienso no vale ni un real" le dije.
Acercó su mano a mi block e inclinándose hacía mi susurró "con una buena propina podría contarte historias que nunca te atreverías a escribir"
"Qué tal si con la propina te invito a tomar un café", ella me sonrió y dejó caer  "mejor un cubata lo más lejos de este café"

Salimos cuando el reloj daba la una y las calles mojadas dibujaban  siluetas de  tejados de aquella ciudad.
Abracé su cintura bajo el son de sus tacones mientras me fumigaba con su perfume.

"Ten cuidado escritor, hay noches que sólo se escriben con renglones torcidos"
"Y otras sólo se quedan en  páginas en blanco"  llegué a contestarle antes de que me ahogara con un beso de sabor a mandarina.

Cómo olvidarme de ella, cómo olvidarme de aquel acento sureño.

Tras un numero primo de copas, jugó conmigo al escondite bajo sus sábanas, y al amanecer aún le preguntaba su nombre.

Cómo olvidarme de ella, si pude escribir con mis dedos en sus curvas.
Cómo olvidarme de ella.

Me fuí cuando el sol entraba por su ventana, ella me miró sin preguntarme "¿porqué?" y yo sólo supe decirle en mi mente "por nada".

Pasé por su bar incontadas veces, más nunca me atreví a entrar, mejor recordar aquella noche antes de que me dejara como recordatorio otra herida en mi vida.

La ultima vez que la vi caminaba por aquella calle de la cintura de un hombre y de la mano una niña.
Juraria que al cruzarnos la oí decir "te cambio tus pensamientos por una cerveza"

Cómo olvidarme de las historias que nunca me llegó a contar, cómo olvidarme de ella.
Cómo olvidarme de ella,  cómo olvidarme de su acento sureño.

viernes, noviembre 27, 2015

Responsabilidad

Madrid se despierta  con un aire frío, como si el invierno quisiera robarle su tiempo al otoño, "aquí estoy no se te olvide" parece decir.
Recorro el retiro pintado con ocres, naranjas y pardos, me gusta perderme por sus rincones solitarios, momentos en que desconecto la musica y sólo escucho el silencio del parque.

Hay bancos de piedra y de madera, que inevitablemente me llevan a la imagen de alguien echando comida a los pájaros y a las palomas,  personas no tan viejas como para dejar correr su tiempo allí, no tan jóvenes para que alguien se acuerde de ellas, y en el fondo siento que soy una de ellas.

Giro un recodo y sobre uno de esos bancos veo una figura familar, a mi mente vuelve sin tener conexión, un baile imaginario cerca del estanque en una mañana con alguien que me concedió un deseo, casi un último deseo.

Me acerco, y es él. Me mira, le miro.
No hay sorpresa en sus ojos, una vez más sabe donde encontrarme.

- Ya no te encuentro por las calles del centro, ni por la puerta del sol.
- Lo echo de menos, pero la vida me lleva por otros caminos, estos envueltos en árboles. - le  respondo - no por ello menos hermosos que mis calles.
- Lo sé, por eso he venido aquí.
- ¿Sabes? Te echaba de menos.
- Yo también, aunque no debería decirlo.

Sin pedirle permiso me siento a su lado, y siento que me embarga una sensación de tranquilidad, como si de alguna manera estuviera de vuelta en mi cajita de cerillas.

- ¿Cómo estas?  - me pregunta.
- Lo sabes, pero gracias por preguntar...
- Tengo un cuento para ti
- Me encantará escucharlo...

Y empieza, mirándome con sus ojos negros profundos.

- "Hace ya muchos muchos años, cuando yo era un joven al que la vida corría por las venas con esa ilusión por comerte el mundo, en esta tierra estalló una guerra, no voy a entrar en  que zona estaba nuestro pueblo, ni en que bando luchamos unos y otros, ha pasado tanto tiempo que creo que hay que cerrar esa página, y en vez de dividir siempre es mejor unir.
Pero dejémosnos de divagaciones,  las locuras de joven... llegaron al pueblo y empezarón a reclutar,  tenía un primo dos años más pequeño que yo, eramos como hermanos, en el fondo yo sabía que me admiraba y me dejaba llevar,  ya sabes, te sientes admirado, querido... pero nunca supe  hasta donde podía llegar esa "admiración".

Me reclutaron para el frente a pesar de mi juventud. Nunca había empuñado un arma, nunca pensé que podría matar a otra persona, una persona que podría ser mi vecino, que hablaba mi mismo idioma y que la unica diferencia era que pensaba diferente.
Nos metieron en camiones y cruzamos bosques quemados,  de vez en cuando adelantabamos a una fila de lo que antes eran hombres.
La primera noche en la trinchera fue tranquila,  a lo lejos se oían las explosiones de morteros y se iluminaba el cielo como si desde algun lugar lejano lanzaran cohete artificiales.

Avanzaban hacia nuestra posición, alguien al que algún uniforme con más galones que él le dió el poder de decidir sobre la vida y la muerte, nos arengó para no movernos de alli, pasase lo que pasase, y en el caso de que a alguien se le ocurriese darse la vuelta  se encontraría con su pistola. Yo casi me echo a reir,  esa risa loca,  "si no nos matan ellos, nos mataras tú" quise decirle, pero me callé.

Era mediodia cuando oí gritar mi nombre, era mi primo, el loco de él al saber que me habían reclutado se apuntó voluntario, si su primo lo hacíaa el también y alli estaba con sus pantalones cortos  y  una sonrisa.

Era media tarde, cuando una bala corto el aire, atravesó el campo y se alojó, como un invitado al que no esperas, en el pecho de mi primo arrancándole la vida.
Era media tarde cuando él murio, y yo con él. 

Me culpé de no haberle parado, de no haberle dicho en todo aquel tiempo que yo sólo era su primo nadie al que admirar o seguir, nadie a quien tomar como modelo.. simplemente era nadie.

La guerra acabó a los dos meses, yo tardé en volver al pueblo tres años.

¿Cómo iba a ver los ojos de su madre? ¿Cómo iba a decirle que había muerto por mi culpa? por seguirme, simplemente por que yo era su primo... ¡¡su primo!!

A los tres años volví, a los tres años junté el valor y llamé a su puerta, a los tres años el mundo seguía hundido bajo mis pies.

Me abrió , y se quedó unos instantes mirándome, alzó sus brazos y yo me hundí en ellos. "no  fue tu culpa, no fue tu culpa..." me repetía, él te quería, quería ser como tú, pero tú no le mataste, fue esa horrible guerra, esa guerra...

Me senté en aquel salón donde él y yo habíamos jugado tantas veces, y ella me habló de la responsabilidad.
"No eres responsable de lo que pasó", me dijo, "él decidió, quizas tuvimos todos la culpa, pero él tomó su propia decisión, y nadie se puede hacer responsable de las decisiones de los otros, aunque estén equivocados. Has tardado tres años en darte cuenta de esto, y espero que mis palabras te ahorren tanta tristeza, nadie es responsable de nadie,  nadie puede erigirse como culpable de los actos de los demás por mucho que quieras, por mucho que ames a esa persona. Tú no eres culpable"

Hablamos durante horas de aquellos días felices, hablamos de los tres años que estuve perdido, hablamos y hablamos y de alguna manera sus palabras cosieron mi corazon. Entendí que cuando uno toma sus decisiones, su camino, quizás solo puedas aconsejar, apoyar y hasta a veces dejarle que lo recorra, pero nunca adueñarte de su decisión haciéndote responsable de ello"


- Esta es mi historia - me dijo -  Creo que aún te sientes culpable de muchas cosas en tu vida, y de alguna de ellas te sientes responsable por decisiones que tomaron otros. Déjalas ir.

Le abracé, como lo hubiera hecho si hubiera sido mi padre, tragué mis lágrimas, mientras las hojas de otoño revoloteaban en el suelo.

- ¿Volveré a verte?
- Si , no te puedo decir cuando ni donde pero sí. - me contestó.
- He de marcharme, gracias una vez más.
- Nos veremos.

Cuando me giré a mitad de camino, el banco estaba vacío.

sábado, noviembre 07, 2015

Cuento por telefono 6 - El robo

Suena el teléfono.

- Hola, quiero hablar contigo, necesito hablar contigo, ¿te importa?
- No, para nada sabes que estoy aqui siempre, cuentame...
- He salido por Madrid, como me dijiste, me puse mis cascos, y salí, bajo un cielo azul, bajo una tarde que se pintaba de Mayo en Noviembre, en las calles de Madrid, las mismas calles que crepitaban de gente, como ávidas por capturar un rayo de sol, y cuanta más gente había, más sola me sentía. Hace tiempo que empiezo a odiar los sábados por que me recuerdan cada vez más lo sola que estoy.
Uff vaya rollo te he soltado...
- No, no es ningún rollo, es lo que sientes, es como te sientes, ¿quieres  oir un cuento?
- Si claro.. quiero
- " Dormia. Sabiendo que en esos momentos estaba en un  mundo donde todo era diferente, un mundo que no era su mundo porque al final nunca pertenecía a el.
Oyó un crujido, No un crujido de un cristal que se rompe, pero si de algo que se había roto, que se había perdido. Se levantó, miró alrededor, pero no faltaba nada, en su pequeña caja de cerillas todo permacía en su sitio, tal y como estaba antes de dormir, pero él sabia que algo habia desaparecido, que alguien había entrado y se lo había llevado, sin embargo no sabía el qué.
Unos días más tarde se puso a escribir  y cuando quiso dibujar dos palabras en aquel block le fué imposible, volvió a intentarlo y a pesar de que el bolígrafo trazaba el dibujo de aquellas dos palabras, estas no aparecían escritas. Abrio la boca y cuando intentó pronunciarlas solo oyó el aire que salia de su boca.
 Fue cuando supo lo que le habían robado.
Volcó sus cajones, miró debajo de la cama, entre las sábanas, sacó las viejas cartas y cuando creía que lo iba a encontrar solo encontraba un espacio en blanco.
Salió a la calle e intentó encontrarlas entre los asientos de un autobus de color verde que volvía a la ciudad en amaneceres fríos pensando que quizas se hubieran quedado en un hombro donde apoyaba la cabeza en aquellos viajes que nunca debian acabar.
Se sentó en unas sillas metálicas de aquel cine de verano por si aparecían... sin saber que aquel verano ya había pasado.
Fue a una plaza, y espero en un banco a que aparecieran en en unas trenzas que le buscaban a él mientras leía un libro a la hora de comer.
Las buscó flotando entre canales de una ciudad hermosa en un invierno de frio, bajo aquellas luces rojas de escaparates prohibidos. entre setas y risas interminables.
Las buscó en una playa desierta ya de sus ocupantes de verano, en paseos descalzos en caminatas que se antojaban sin fin pero que siempre acababan antes de que quisiera, y por mas que buscaba en la arena mas se enterraban.
En una estación de tren a que cayeran al anden.
Intentó encontrarlas en un dia entre semana, siempre el mismo, siempre con la misma magia, siempre esperando que ayer fuera hoy y que mañana fuera hoy,  con la certeza de encontrarlas en la almohada.

Y cada vez como la canción se echaba a caminar, porque "es mejor caminar que parar y echarse a temblar".

Hasta que una noche, con el cuerpo cansado de tanto caminar, se fue a la ducha,  aquella ducha de agua calente, casi hirviendo que llenaba de niebla su pequeño cuarto de baño,  y cuando salíó e intento ver su reflejo en un espejo lleno del vaho  pudo ver que se dibujaba lo que tanto había buscado.

 Alli estaba, goteando, como si de lagrimas se tratase escrito, "Te quiero".

Y puso el dedo en el espejo y escribo no uno sino cientos de te quieros mientras los susurraba uno tras otro, uno tras otro."

Quizás debas escribir en tu espejo un"te quiero", quizás cuando te quieras podras decir te quiero.

- Es...
- Es un cuento, simplemente un cuento, no dejes de caminar, pero cuando lo hagas, hazlo para encontrar el camino que te está esperando,  por que hay muchos que caminan sin saber que lo que haces es huir.
- Gracias.. siempre acabas por sorprenderme
- No, eres tú quien debes sorprenderte de la capacidad que tienes para sorprenderte, yo sólo soy un cuenta cuentos por teléfono.
- Adios mi cuenta cuentos.
- Adios,  hasta la próxima.

jueves, octubre 22, 2015

Cuento por teléfono 5 - Sólo necesito

Suena el teléfono, descuelgo.
- Hola, soy de nuevo yo.
- Me preguntaba cuando volverías a llamar
- Lo sé, pero estuve guardando en cajas fotos, cartas  recuerdos que colgaban en cada rincón de mi corazón y alguna que otra lágrima
- No se te olvide cerrar la caja
- No sé si quiero cerrarla ¿sabes? si la cierro tengo la sensación que aunque duela no volveré a sentir y el dolor me recuerda que sigo viva, y a veces esos recuerdos llenan el vacío
- ¿Y crees que eso es bueno?
- Sinceramente no lo sé, pero.... me debes una carta bajo la almohada
- No creas que no me he dado cuenta que has eludido la respuesta... pero imagino que algún día te contestarás a ti misma
- A veces tengo miedo de hallar la respuesta, miedo a olvidar que he olvidado a los que he querido aunque a mi ya me hayan olvidado
- Ahora... voy a por la carta
- Vaya tú también has eludido la respuesta
- Quizás sea que compartimos el mismo miedo, aquí tengo la carta, más bien es una nota que alguien dejó bajo la almohada... y no me preguntes quien ni bajo que almohada
- Me pillaste... ¿y que decía?
- "No necesito vivir en un tiovivo para sentir que haces mi vida girar, no necesito montar en una montaña rusa para sentir que me haces subir y bajar aunque a veces me hagas sentir que enloquezco en esa misma montaña rusa, no necesito que provoques un terremoto para que me hagas vibrar.
Sólo necesito un beso por las mañanas, un abrazo cuando me sienta perdida, un susurro para cuando  te busque, una ilusión para montarme en ella camino a wonderland, sólo necesito saber que estas y que me provocas ser yo misma sin necesitarte, sólo necesito saber que siempre estarás ahí aunque no estes."
- ....
- ¿No dices nada?
- Sólo necesito volver a llamarte, solo necesito otra historia tuya para volver a creer que aún hay amor, que aún .. quizás un día vuelva a enamorarme.
- Creo que sólo necesitas volver a creer en ti
- Adios mi amigo telefónico, mi cuentacuentos por teléfono, hasta la próxima llamada.
- Hasta pronto, sé que volverás y nunca será tarde.

miércoles, octubre 07, 2015

El gato

Abrí la puerta, me dió la bienvenido un silencio extraño, al que no conocía y que me saludó con un abrazo.
Entré en el salón y allí estaba él, me miró con un brillo especial en los ojos, ese brillo con reflejos a un lago lleno de lágrimas.

"Se ha ido, la ventana estaba abierta y se marchó, al principio pensé que volvería, y estuve en el alfeizar horas y horas esperando, y dejé la ventana abierta, y le puse su comida favorita e incluso puse la música que tanto le gustaba, y sus juguetes y... y no volvió"

Le miré, ya no era un niño, pero a veces uno mira a su hijo como si siempre fuera un pequeño, como si toda la vida le fueras a llamar "peque".

Volvió a mirarme, y esta vez su mirada estaba llena de sopresa y de decepción, de esa tristeza honda como un pozo, un pozo que ni yo sabía si sería capaz de llenarlo para que no sintiera ese vacio.

"Se ha ido, y no sé dónde ni cómo buscarlo, quizás esté con otros gatos, o quizás encuentre otra familia, otro chico u otra chica que le tenga, quizás no vuelva nunca más... quizás.... ¿cómo voy a estar sin saber más de él?"

No tenía respuestas, me senté a su lado y puse un brazo sobre su hombro, si hubiera sido más pequeño le habría abrazado, pero ahora bastaba con que sintiera mi brazo sobre sus hombros.

"No lo sé...", le dije, "no tengo la respuestas a todo, a veces llega un día que se van, y lo que te ha pasado con el gato te pasará con las personas, llega un día que sin saber porqué se van y desaparecen, siguen su camino, y aunque puedes pensar que hay que reprocharselo, no hay reproche alguno, puede que las formas, las maneras no sean las que tú te mereces. Imagino que  pensaras que aquí lo tenía todo, su comida, los juguetes, y que te tenía a ti, ¿entonces porqué?, con las personas pasa igual, a veces uno cree que lo ha dado todo, que a pesar de sus fallos y errores lo ha hecho lo mejor que sabe o puede, y sin embargo no es suficiente, y te dejan, te sorprenderás al ver que la persona que habias conocido ha cambiado, a veces tanto, que es casi imposible reconocerla, a pesar de tener los mismos ojos la misma cara y la misma voz, ¿y sabes? no puedes hacer nada, como tú no puedes hacer nada para que el gato vuelva, sinmplemente deja la ventana abierta, no puedo prometerte que un dia veas su cabeza asomar de nuevo, pero es bueno para ti  saber que esa ventana sigue abierta, no será el mismo  gato que se fue, como probablemente no serás tú el mismo chico.
 Ahora tienes que aprender a vivir con esa soledad, tienes que aprender a que muchas veces te asaltará la rabia y la volcarás contra él por haberte dejado, por haberse comportado tan egoistamente y querrás cerrar la ventana y olvidarte de él, y quizás lo hagas, por que echarás de menos sus ronroneos,  o como se acurrucaba por las noches en tu pecho, y tampoco entenderás que aunque se haya ido no vuelva a visitarte aunque sea un momento. Aprenderás, porque en la vida te pasará, habrá gente que se marchará porque ha de seguir su camino, y nunca entenderás que aunque se marche lo haga de una forma que tú nunca harías, pero has de pensar que tú eres tú y no puedes esperar ni obligar a que nadie se comporte como tú lo harías, pero sigue siendo tú siempre, por más que te duela, porque sin duda alguna verás que la gente cambia, se transforma y lo que pensabas que nunca haría lo hace y puede que tu también lo hagas y los demás piensen lo mismo que tú haces ahora, entonces acuerdate de tu gato e intenta siempre ser tu mismo, no cambies por mucho que te hagan y te duela, permanece, aunque desees echar a correr y desaparecer... "

Fue entonces cuando me cogió de la mano, y me llevó a su habitación, allí sobre el alfeizar estaban sus juguetes y un bol de comida, me acercó a la ventana y los dos miramos a través del cristal, la noche vestía el cielo,y en algún lugar estaría su gato.
Me miró, le miré y supe lo que me estaba diciendo, en su mirada había un poso de tristeza pero ya era diferente.

Y entre los dos abrimos la ventana.

lunes, octubre 05, 2015

Cuentos por teléfono 4 - La carta

Sonó el teléfono.
- Hola
- Soy yo de nuevo.
- Imaginaba que serías tú, hace tiempo que no me llamabas.
- He estado liada, pero no me he olvidado de tus cuentos.
- Gracias...
- Hoy quiero otro, o algo especial, algo que me haga creer de nuevo en el amor, en que a pesar
de todo existe eso que llaman amor.
- No es fácil lo que me pides...
- Pues quiero algo más difícil, quiero algo que no sea un cuento quiero algo que lo firmarías tú, algo que nazca de tu corazón algo que tu escribirías a alguien o dirías...
- Eso es mucho, déjame intentarlo, quizás tenga algo para ti... ¿que te parece una carta, escribir una carta a mano, dejarla bajo la almohada para que la encuentren en una mañana soleada, o en una mañana de lluvia...
- Ummm me gusta, ¿y que diría la carta?
- La carta podría decir así: 

"Quiero estar y que estes, pero que cuando no tengas que estar no estes y sin embargo me pienses, quiero esperarte a la salida de tu trabajo y pasear bajo los árboles, quiero que me llames para decirme que vienes, y prepararte un baño de agua caliente mientras hago la cena.

Quiero que vayas a tomarte una copa con tus amigas, y al día siguiente tengas resaca y me pidas que vaya a verte porque te apetece tenerme entre tus brazos y que te abrace  y que nos acurruquemos. Quiero que hablemos en la cama por la mañana de todo tipo de cosas, sin tener prisa por levantarnos mientras huele a café recien hecho, quiero estar en la cama contigo tambien por la tarde mientras te veo sentada con mi camisa blanca y me cuentas tus planes para la semana, y quiero que cada uno haga lo que quiera durante el día.

Quiero que me hables sobre las noches que sales con tus amigas. Que me digas que había una chico en el bar que no dejaba de mirarte. Quiero que me mandes mensajes cuando estés de fiesta con tus amigas para que me digas chorradas, o me susurres algo subido de tono, sólo para que puedas estar seguro de que yo también estoy pensando en ti.

Quiero que antes que salgas tu sola con tus amigas, te vistas para mi, me enseñes esa ropa y me dejes que te diga lo que me gustaría que te pusieras, quiero ver que ropa interior te vas a poner, para pensar que cuando vuelvas de madrugada con sabor a alcohol en tu boca podré quitártela, quiero ver tu minifalta y tu blusa y pensar que más de un chico se moriria por tenerte en sus brazos, pero solo deseas estar en los mios.

Quiero que nos riamos mientras hacemos el amor. Y que probemos cosas nuevas aunque no tengan sentido. Quiero que estemos con nuestros amigos, para que me cojas de la mano y me lleves a otra habitación porque ya no puedes aguantarte más y tengas ganas de hacerme el amor ahí mismo.

Quiero comer contigo en un restaurante caro y ver la cara que pones cuando sientas mi pie entre tus piernas, quiero comer contigo en un parque, en casa o en un bar y que me hables de tus sueños, de tus ilusiones de cuando eras pequeña y de tu abuela y quiero hablarte de mi, de mis sueños de mis ilusiones y de mi padre. Quiero que discutamos sobre cuál viaje es mejor, si nos vamos a la playa o a la montaña, si quieres un pueblo o una ciudad si nos vamos de viaje de aventura con las mochilas o quieres ir a un spa en un hotel . Quiero imaginar el apartamento de nuestros sueños, aun sabiendo que probablemente nunca vivamos juntos. Quiero que me cuentes tus planes, esos que no tienen ni pies ni cabeza. Quiero sorprenderme diciendote: "Haz la maleta, que nos vamos".

Quiero tener miedo contigo. Quiero ver Cuarto Milenio con la luz apagada y que te abraces a mi y me digas que te quedas a dormir por que no quieres dormir sola en tu casa. Hacer cosas que no haría con nadie más, porque contigo me siento seguro. Volver a casa muy borracho después de una buena noche con amigos. Para que me cojas la cara, me beses, me uses como tu cojín y me abraces muy fuerte por la noche. Y me digas q me quieres y que todo va a ir bien.

Quiero que tengas tu vida, para que decidas irte de viaje unas semanas por puro capricho. Para que me dejes aquí, solo y aburrido, deseando que salte el whatsapp para saber de ti.

No quiero que siempre me invites a tus juergas, y no quiero invitarte siempre a las mías. Así, al día siguiente puedo contarte cómo fue la noche y tú puedes contarme la tuya.

Quiero algo que sea simple y, a la vez, complicado. Algo que haga que, a menudo, me haga preguntas a mí mismo, pero que, en el momento que esté contigoya no tenga ninguna duda de con quien quiero pasar el resto de mis días. Quiero que pienses que soy guapo, que estés orgullosa de decir que estamos juntos. Que me lleves de la mano y me presentes a tu gente.

Quiero que me digas te quiero y, sobre todo, poder decírtelo yo a ti. Quiero que me susurres y poder abrazarte por la espalda mientras te digo como la cancion "aprende a querer la espina para poder amar la rosa, que las nubes grises tambien forman parte del paisaje"

Quiero hacer planes sin saber si al final los realizaremos. Quiero ser ese amigo con el que adoras quedar. Quiero que sigas teniendo el deseo de tontear con otras chicos pero que me busques a mí para terminar la noche juntos. Porque quiero ir contigo a casa y encender unas velas y hacerte el amor.

Quiero ser ese al que le haces el amor y después te quedas dormida. Quiero despertar antes que tu para así verte dormir a mi lado, Quiero que deshagas la escarcha del rincón de mi cama que siempre está vacío hasta que  tú lo llenas .  Él que te deja en paz cuando estás trabajando y al  que le encanta cuando te pierdes con tu música y te pones a bailar. Quiero que me lleves a bailar, que pegues tu cuerpo al mio, y que no paremos hasta que me duelan los pies y tenga que volver descalzo a casa.

Quiero tener vida de soltero contigo. Porque nuestra vida de pareja sería igual que nuestras vidas de solteros de ahora, pero juntos.

Sé que un día te encontraré y entonces... entonces... quiero que nunca más te vayas".

- ¿Sabes? Me has hecho llorar, ¿eso existe, de verdad?
- No lo sé... pero me gusta pensar que sí, que existe, y que existe esa persona
- No sé que decir
- No digas nada, otro día hablamos y te cuento lo que podria contestarle a la carta
- ¿Tiene contestación?
- Quizás la encuentres bajo tu almohada
- No creo... pero gracias, un beso, ciao.
- Ciao

martes, septiembre 15, 2015

Cuentos por telefono 3

- ¿Hola? - contestó una voz
- Hola , ¿te molesto? - dijo el contador de historias.
- Noo, claro que no, después de haberte yo llamado  ¡Cómo me ibas a molestar?, ¿pasa algo?
- Nada sólo que me apetecía contarte un cuento,. ¿quieres?
- Por supuesto, espera que me voy a poner cómoda..  ya..
- Vale, ahí va:

"En una lejana radio sonaba el "Too much love will kill you"
y mientras él la tarareaba se miraba al espejo, "demasiado amor te matará" se dijo observando su pecho. este dolía una vez más como casi siempre había hecho desde que recordaba y ya de eso hacía tanto tiempo.

"Tengo el corazon viejo y cansado, igual que un viejo boxeador al que han noqueado demasiadas veces, es hora de dejarlo, de pararlo de vivir sin el, quizáss, sólo quizás así sea más fácil"

De alguna extraña manera logró sacar su corazón, en sus manos parecía un pequeño juguete desgastado, cubierto de cicatrices, que ya casí no tenía fuerzas para palpitar.
Su imagen hizo que los ojos se le llenaran de lágrimas, recordando las veces que lo había sentido explotar en su pecho henchido de felicidad, el primer beso, el susurro de un te quiero, las caricias de una mano, el compartir una noche estrellada al borde del mar...

Envolvió su pequeño corazón en una cajita, la cerró con un lazo rojo y caminó por las calles de su pequeña ciudad hasta una tienda casi escondida en un chaflan. Cuando abrió la puerta sonó una campanita y tras el mostrado apareció un viejecito con el pelo blanco y unas diminutas gafas, sonrió al verle.

- Buenas tardes, veo que me trae algo en sus manos.
- Hola, si le traigo algo que ha estado siempre conmigo, algo que he querido y a veces también odiado, algo que me ha dado la mayor de las felicidades y la mayor de las desdichas, algo que me ha hecho soñar y tambien que me ha producido el dolor que nunca imaginé
- Bueno, bueno, veamos eso tan extraño que me trae.

El anciano abre la caja, y cuando tiene a su vista el pequeño corazón, no se asombra sólo suspira y mira al portador de la caja.

- Es su corazón, ¿está seguro que quiere empeñarlo?, se le ve cansado viejo, con cicatrices, pero yo diría que aún se puede recuperar, que está sano y ...
- No quiero empeñarlo, quiero venderlo no me importa lo que de, es más creo que me llevare algo de su tienda a cambio, sólo quiero deshacerme de el., creo que ya no volverá a palpitar y ... es mejor así.
- Como usted desee, no suelen traerme este tipo de cosas, pero aún asi.. ¿quiere que se lo guarde, por si vuelve a por el? mucha gente me trae cosas y luego se arrepiente, hace poco vino un chico , uno que decía que contaba historias cargado de frascas de cristal, unas llenas de los besos no dados, otras de nubes de verano, otra de espuma del mar, otra con susurros de todo lo que nunca llegó a decir. NO dijo nada sólo me las dejó, cogio unos lápices y unos cuadernos y se fue. A las tres días volvió a por ellas, según me dijo no podía vivir sin abrir la frasca de nubes de verano, no podía  estar sin dejar que los besos no dados volaran por su ventana para llegar a las personas a las que nunca se los dió, me dijo que cada noche abria la frasca de los susurros para dormise tapado con ellos... ¿seguro que usted no volverá a por su corazón?
- No - dijo con total firmeza - me llevaré ese viejo reloj de cuco a cambio.
- Como quiera, aún así le pondré en la vitrina en una cajita de cristal.

Cerró la puerta con el reloj de cuco en sus manos, intentó sonreir pero lo unico que consiguió fue una extraña mueca en su boca.

Sólo pasó un mes cuando la campanita de la puerta volvió a sonar, cuando él, cargado de un reloj de cuco entró de nuevo a la tienda y cuando aquel viejito apareció de nuevo tras el mostrador.

- Vengo a por mi corazón, desde que lo dejé aquí ya no sueño, ya no logro sonreir,  ni imaginar, ni siquiera logro sentir mis recuerdos ni darle color a mis ilusiones, ya no siento cuando veo una foto u oigo una canción, ni siquiera cuando el sol entra en mi habitación...
- Yo... lo siento... su corazón ya no lo tengo, tan rotundo fue su no, que cuando la chica me pidió por favor que se lo vendiera, no pude rehusarme.
- Pero.. usted me dijo... ¿la chica?
- Si una chica se quedó mirando en el escaparate su corazón, no se si fue mi imaginación pero yo diriía que empezó a palpitar, ella entró y yo no pude negarme.
- ¿Y sabe donde puedo encontrala?
- No debo hacerlo, pero este caso es especial - y le entrega una pequeña hoja con la dirección.

Llama a la puerta, nervioso por saber quien tiene su corazón, y cuando abre descubre unos ojos oscuros, brillantes y una sonrisa tan dulce que a pesar de no tener corazón provoca que le tiemblen las piernas.

- Perdona que te moleste pero tienes algo que me pertenece
- ¿Cómo? no te conozco,  ¿cómo es eso posible?
- Creo que compraste algo en la tienda del anticuario.. algo que yo dejé.
- Eres... eres tú.... pero pasa por favor.

En el pequeño salón  hay una mesita, y sobre ella un cajita de cristal en la que el corazón parece bailar, aunque lo unico que hace es pum pum, palpita coo todos los corazones del mundo.

- ¿Es ese mi corazón? - pregunta él
- Claro, yo no voy comprando corazones, sólo que le ví.. y bueno...
- No se parece en nada al que yo dejé en la tienda.
- No creas que  lo he cambiado, he curado alguna de sus cicatrices las he cosido, le he susurrado algún cuento, y hemos cantado juntos, no he hecho mucho más.
- Y... ¿me lo devolverás?
- Ummm...  tu lo dejaste,  y yo lo compré, cuando lo encontré estaba viejo y cansado ahora parece feliz, no sé si sabrás cuidarlo, y me daría pena volver a encontrarmelo en la tienda, no me fio.
- ¡¡ Pero es mio!!
- No, perdona - y le enseña el ticket de compra - ahora es mio, aunque  puedo proponerte un trato, te dejaré que vengas a verlo siempre que quieras, y si un día siento que estas preparado para tenerlo de nuevo te lo devolveré.
- Está bien, acepto - Sabía que poco más podía hacer.

Y así cada mañana y cada tarde él pasaba a ver su corazón... y también a la chica, hasta que un día cuando ella le dijo:

- Creo que es el momento de devolverte tu corazón.

Él le contesto:

- Ya no es mio, ahora te pertenece, porque has sabido curarlo, y si salgo con el en mi pecho pero sin ti, sé que no volverá a ser feliz."

- Así fue como como me lo contaron, y así es como yo te lo cuento a ti
- Gracias, es precioso, como los que me cuentas, ¿puedo hacerte una pregunta?
- Claro dime
- ¿Y tu corazón como está?
- Bueno, bueno... quizas otro día en otro cuento...
- Sabía que dirías eso , si me dejas te mando besos, tantos que ni sé.
- Yo también.

domingo, septiembre 13, 2015

Cuento por teléfono 2

Corría un aire cargado de otoño, en cuyos brazos el verano ya dormía, como si supiera que era el momento de irse.
Miraba el vaiven de las hojas, habia tenido un verano extraño, duro,triste y  difícil, aún podía sentir esa especie de devastación que habia dejado la época estival en su interior.

Sonó el teléfono.
Una, dos, tres veces.

- Hola.. soy yo

Su voz le era familiar, pero tenia otro color.

- ¿Te acuerdas? el otro día me equivoqué y bueno me contaste una historia, te llamo para darte las gracias y porque necesito otro cuento, otra historia
de las tuyas, una que me de fuerzas, que me abrigue el corazón.
- Las historias son historias, los cuentos son cuentos, las palabras pueden abrigarte el corazón en el momento en que se desprenden de ese hilo... pero ¿y luego?
- Luego.. no sé, quizas las cosa a mi piel, quizás las guarde en un frasco de cristal para oirlas en estas noches de insomnio solitarias, por favor lo necesito.
- Está bien, déjame que piense algo que como tu dices te abrigue te pinte una sonrisa, pero como en las películas todo parecido con la realidad quizas sea pura coincidencia o simplemente se quede en ficción.
- No te preocupes, lo sé
- Ok, ahi va:

"Había esperado mucho tiempo, demasiado, como esos barcos que temen salir a la mar por si alguna tormenta les alcanza, o por si pierden de vista la luz del faro, esperan a resguardo del puerto, varados, simplemente mirando la mar.
Así  había sido, y ahora todo lo que podía ver a su alrededor era un inmenso vacío, un ruidoso silencio que le perforaba el interior. Se decía así mismo que lo había intentado, que quizás.., que el tiempo lo curaria, que por algo sería que había tenido que ser así, pero cuando se lo decia sólo veía aquellas palabras esparcirse por el el suelo y derretirse como cubitos de hielo al sol. La realidad era bien distinta a lo que él se decía.
"has de aprender de lo errores" - pensaba - y sin embargo había vuelto a cometerlo.
Lentamente el tiempo pasó,  y aunque aún dolía, no había nada que pudiera hacer..."

- ¿pero que le pasa, es una chica, es la vida..? - le interrumpió ella.

- Ten paciencia, deja que continue, es simplemente un cuento ya sé que tu quieres "tu cuento", vale sigo:

" A veces simplemente uno cree que es mejor cerrar los ojos, taparse los oidos por que de esa manera puede tomar decisiones que parecen más fáciles, a veces te dicen que hagas  y uno cree que con todo ello la vida será más sencilla, es como montarse en un bote hinchable y dejarse llevar por la corriente, es fácil ir a la deriva, tan fácil que no tienes que hacer nada, sólo dejarte llevar... pero, al final nada es sencillo, y ella se dejó llevar, no es que le costase, que va, sólo que era una decisión que incluso sintió que no tomaba ella, la vida, el momento, los consejos.. "dejarse llevar".
Estaba bien, con él se reía, era simpático, lo pasaba bien, y a esas alturas de su vida después de haber esperado, ¿no era lo mejor que podía hacer?.

Lentamente el tiempo pasó, y la vida se convirtió en un transcuirrir como un rio va hacía la mar, lento tranquilo impasible sabiendo que su destino irrevocabelmente es ese llegar al mar, ¿que puede hacer el rio para evitarlo?

Aquella tarde soplaba un viento de otoñó con ese olor a lluvía, ella hablaba tranquila a su chico, era una tarde más, de vez en cuando sonreía, de vez en cuando había silencios, de vez en cuando, muy de vez en cuando recordaba...
Fue cuando levantó la vista, en la esquina, apareció él, iba caminando con ese aire distraido que le caracterizaba sin fijarse en nada mirándolo todo, y ella sintió que su corazón se paraba, que un súbito calor enrojecía sus mejillas, y su corazón despuiés de pararse aceleraba como en los anuncios de coches de 0 a 100 en 1 segundo. En la lejanía oyó una voz "¿te pasa algo cariño?" ella musitó un "no" que se deslizó sobre la mesa.

Bajó la vista, esperando que él no la hubiera visto, que no se acercara, que pasara de largo, por que su vida era eso, tranquila como un rio. Sin embargo él la había visto y como si de un resorte se tratará en algún rincón lejano de su interior donde había construido un muro para guardar todos los recuerdos, algo explotó y todo aquello saltó por los aires invadiéndolo, recuerdos y la imagen, la imagen de ella, la imagen de ella con él. Se mordió el labio hasta casi hacerlo sangrar, aceleró el paso y dejó todo atrás.

En la mesa estaban los dos, aunque lo justo sería decir que ya solo estaba él, ella ya no estaba, al menos no su mente, oía las palabras de él y contestaba con monosílabos. Se encontraba luchando contracorriente,  contra lo que estaba sintiendo, contra ese pellizco que sentía en su corazón, contra todas las dudas que habían surgido del fondo de ese rio que ella pensaba que era tranquilo y ahora sufria un maremoto. Le miró,  y en sus ojos, aunque él no lo vió, había una mirada distinta.
Oyó una voz, un leve susurro de su interior, "estas bien, eres feliz, ¿que haces? ¿por que piensas?" y a su vez sin poder contenerlo oyó como una parte de si contestaba "por que no te hace sentir lo que acabas de sentir, por que a pesar de todo hay algo que no te hace vibrar, que no te provoca,  por que la vida es como una montaña rusa y no como una pequeña noria para niños pequeños que gira pero sin emoción"

Aquella tarde ella le mandó un mensaje, sabiendo que probablemente no le contestaría, aquella tarde él recibió un mensaje, un mensaje que cuando vió de quien era no abrió.

- Nooooooo que lo abra, que lo mire, que lo lea, que no sea imbecíl, dime que dice el mensaje no puede acabar asi, me has prometido que era mi cuento y yo no quiero que acabe asi - dijo ella casi gritándole.
- Aún no he acabado.

"Dos días depués, él jugaba con el móvil, nunca había tenido el valor de borrarla ni de su telefono ni de la red social, y volvió a ver el mensaje no leido, Se paró un momento, quería leerlo pero sabía que aquello revolvería todo otra vez, que simplemente sería un "te he visto ¿como estas? espero que bien besos" y no quería más dolor. Pero algo le traicionó, quizas fuera que a veces la esperanza nunca se pierde, y abrió el mensaje.

"Hoy te he visto desde lejos, nunca pensé que nos volvieramos a ver, porque quizás en el fondo sabía lo que podría pasar, y no quiero volver a vivir lo que viví, ahora estoy tranquila... bueno estaba tranquila, hasta que te he visto y no he podido evitar que todo volviera, quizas sea tarde, pero quiero verte, quiero oirte, quiero tenerte delante y....  ¿querrás?"

Él sólo escribió dos palabras...

- ¡Qué... qué quéeeeeeee!, por dios no te pares dime que le dijo que si, dime que quedaron en verse....
- Es tu cuento, ahora terminalo como tu quieras, como te gustaría,  como quizas deberia acabar....
- Oh eres malo ¿lo sabes?
- Sólo soy un contador de historias, y ahora cuento cuentos por teléfono
- Gracias, eres un encanto a pesar de lo que me hiciste rabiar,  voy a acabar mi cuento, ¿podré llamarte otra vez?, y así te digo como lo termino
- Me encantaría
- Lo haré, gracias, un beso
- Ciao un besito.

Y él mira a través de la ventana abierta, el viento se lleva definitivamente el verano en sus brazos, en algún lugar el otoño empieza a despertarse, ha sido un verano extraño, dificil, triste y duro.

jueves, septiembre 10, 2015

Cuentos por teléfono

Sonó el telefono.

- ¿Carlos? - dijo una voz femenina rota por el llanto
- Carlos, soy yo, otra vez... otra vez ha pasado...

Quise contestarle que se había equivocado, pero ella siguió hablando.

- Se ha ido, y quizás sea para siempre - el llanto entrecortaba sus palabras - y otra vez no he sabido implicarme, me ha dado tanto miedo, decirle lo que sentía,
que cuando se lo he dicho, ha sido demasiado tarde... y ahora ya no está... le echo tanto de menos,  me siento tan vacía...

Oigo sus sollozos pero no puedo decirle nada, solo escuchar.

- Ahora me he dado cuenta de cuanto le quería y lo que le echo de  menos, pero se ha ido, le he perdido,  no sé si algún día volverá, me dijo tantas cosas... creí que nunca pasaría...
y no supe verlo... ¿porqué Carlos?, por que soy tan estúpida, por que siempre dejo pasar a las personas que me quieren y no logro darme... hasta que es tan tarde...
- Perdona, no soy  Carlos...
- ¿No? - noto como su voz se endurece, se retrae asustada - perdona yo... no ...pensé que eras...
- No te preocupes, quizás sea mejor así, desahogarse con un extraño.
- Yo... no sé... ¿quien eres?
- Eso es lo de menos, soy un contador de historias, un tejedor de palabras, quizás ahora sea alguien que puede contar cuentos por teléfono, ¿quieres oir uno?

Su voz cae por el hilo del teléfono y se apaga, sé que se lo está pensando, ¿estará loco, un contador de cuentos por teléfono?,  espero  hasta que su voz nace de nuevo.

- Está bien, no sé quien eres ni sé que me vas a contar, pero siempre puedo colgar ¿no?
- Siempre que quieras, aunque  creo que no lo harás.
- Veremos...
- Este es mi cuento.

Y empiezo una historia.

- "Ella bajó a la playa,  y a pesar de ser principio de Otoño, el sol calentaba la arena, sintió que el calor de sus pies peleaba con el frío que cubría su corazón, estaba sola de nuevo, y aquella playa como un cuchillo que se hunde en la mantequilla, rasgaba la piel de sus recuerdos, recuerdos de risas, de paseos acompañada, de una casa que no era suya pero que por horas  lo era.
Anduvo como si estuviera pérdida, como si todo aquello fuera un lugar desconocido.
Vió a un chico, ya había dejado de ser un niño, pero aún no era un hombre, se sentó en la arena ni demasiado cerca para incomodarle ni demasiado lejos para no verle. Estaba construyendo un castillo de arena, despacio con detalle, cuidando cada parte,  se para y le hace una foto  un instante antes de que una ola se lo lleve. Él mira como se deshace, y en cuanto la ola se va, vuelve a comenzar a construir otro.  Hace la misma operación, y otra ola llega y se lleva su castillo.
Al tercer castillo que una ola besa, atrapa y se va con el, me acercó, él me mira y yo dudo de si preguntarle, pero las palabras caen de mis labios, - ¿si sabes que una ola puede llevarse el castillo, por que sigues haciéndolo? - le pregunto.  - No sé si se lo llevará hasta que lo hace, me gusta pensar que llegará el momento en que la ola no pueda con mi castillo y rompa contra su muralla...-  ¿Y las fotos? - le pregunto de nuevo.  - Las fotos son para recordar los que hice, para recordar donde me equivoqué, por donde la ola se llevó mi castillo, para... si acaso volver a construir otro, quien sabe quizás construya uno nuevo, o quizas construya el mismo pero sabiendo por donde no ha de caerse..."

Me despido y le dejo con otro castillo, desde lejos me doy la vuelta, él me saluda con la mano, y yo miro su nuevo castillo, este parece que será mas fuerte y aguantará el envite de la ola, y yo pienso en mis propios castillos, en prepararme para construir uno nuevo, quizás sea como el último, quizás... sin embargo sé que será más fuerte, y que no habrá ola que pueda con él."

Guardo silencio, oigo un leve sollozo, hasta que el silencio se rompecon su voz, esta vez más clara.

- Es hermoso... tu cuento - me dice - gracias.
- Gracias a ti, por no haberme colgado, por haberme escuchado, yo tambien tengo mis castillos yo tambien tengo olas que se lo llevan...
- ¿Puedo..?
- Dime
- ¿Llamarte otro día?
-  Puedes, siempre que quieras.
- Lo haré ¿cómo te llamas?
- Por ahora soy un simple contador de historias... cuentos por teléfono.
- Pues gracias por tu cuento, me siento mejor
- Yo también.
- Te llamaré
- Hazlo.. cuando quieras, quizas haya otro cuento.
- Ójala, un beso
- Un besito. ciao

miércoles, septiembre 02, 2015

Que no te escriba

Todo a su alrededor permanecía en silencio, a oscuras.
El ordenador apagado, el móvil desconectado.

Se puso un poco de vino en la copa, bebió, y dejo una ligera marca de carmín en el vaso.
Abrió la ventana y esa noche de verano entró sin ser invitada.
Miró el cielo donde alguna estrella luchaba por brillar, por ser vista.
"¿La estarás viendo? ¿la verás alguna vez, cómo yo la veo?" - se preguntó.

Tomó una pequeña servilleta y escribió:

Que no te escriba no quiere decir que me haya olvidado de ti.
Que no te escriba no quiere decir que haya dejado de pensar en ti
Que no te escriba no quiere decir que haya dejado de echarte menos
Que no te escriba no quiere decir que haya dejado de quererte

Que no te escriba no quiere decir que no eche de menos:

nuestras películas de miedo que nunca terminabamos de ver
nuestros paseos  sobre la arena de una playa casi vacía
poner la mesa mientras tu hacías la comida y yo te miraba desde  aquel pequeño salón
hacer la cama entre los dos después de que por la noche la hubieramos deshecho una y mil veces
esperarte a que llegues, ver como me despides
que me despiertes en mitad de la noche
despertarme y  ver como duermes
abrazarte mientras me quedo dormido


Que no te escriba no quiere decir que me haya olvidado de todo
Que no te escriba no quiere decir que ya no existas
Que no te escriba no quiere decir que no tenga ganas de desearte dulces sueños
Que no te escriba no quiere decir que no desee llenar tus mañanas y tus tardes y tus noches

Que no te escriba  no quiere decir que me guste el silencio.

viernes, agosto 28, 2015

Someday, somewhere

Se sentó sobre la yerba, cerca de lo que simulaba un riachuelo, sobre el flotaba un pato que la miró un instante y como si leyera su pensamiento introdujo la cabeza debajo del agua, no como ella hubiera hecho, el pato simplemente buscaba algo de comer, ella simplemente hubiera querido desaparecer.

Sintió de nuevo que una mano apretaba su corazón hasta casi hacerlo estallar en su pecho.
Miró el último mensaje en su móvil y aunque era el último de él, ya hacia tiempo que lo había recibido.
Pensó en todas aquellas personas que habían pasado por su vida y al final se habían ido, con algunas aún tenia un minimo contacto, y todas ellas tenían un denominador en común, su vida habiía continuado, habían avanzado y en la medida de lo que ella sabía eran felices, y sin embargo su vida habia quedado parada, varada al borde del camino.

El pato miró como de sus ojos caían unas lágrimas que mojaban la yerba, ella lo miró y de su boca se desprendieron unas palabras  "somewhere, someday", el pato la miró de nuevo, ignoró aquellas palabras y siguió su camino, flotando sobre las aguas.

"Si solamente hubiera esperado, si solamente hubiera querido, si solamente hubiera... " se dijo, "mi vida está llena de si solamente"  pensó.

Miró al cielo, una nube juguetona perseguía a un sol de verano, un verano que si nadie se lo hubiera dicho nunca habría pensado que lo estaba viviendo, "en algún lugar hay un mar, en algún lugar hay una playa, en algún lugar hay una sonrisa, en algún lugar hay una mirada, y una caricia y un abrazo y quizás un te quiero...  en algún lugar que nunca es mi lugar"

A pesar de que sabía donde estaba, se sintió más perdida que nunca, todo a su alrededor le pareció extraño, la vida le habia desnudado, primero arrebatándole su amor propio, su autoestima, el día en que con una carta la habían despedido. La vida y ella misma habían despellejado su corazón, como el que pela una naranja y va arrancando la cáscara, dejando al descubierto un corazon recosido demasiadas veces.

Sus ojos volvieron a lanzarse a una piscina llena de lágrimas,  a su alrededor bailaban los fantasmas que siempre la acompañaban, aquellos que alguna vez amó y la amarón, pero que nunca, sin saber porqué, se quedaron.
"Soy yo" - se dijo, y recordó las palabras qee pendían de hilos en su dormitorio, "quieres que te quieran pero solo dejas que te abracen, nunca ves lo que tienes y te quedas en lo que falta", nunca había aprendido de ello por más que lo había intentado.

Intentó borrar aquellos pensamientos, pero sabía que cuando lo hacía lo único que sucedía era que corrían a esconderse, en cualquier rincón perdido de su cabeza, para cuando ella estuviera descuidada volver a asaltarla.

Sonrió cuando pensó en las veces que había podido acariciar las nubes entre sus dedos.
Sin embargo nunca había podido atraparlas.

Miró el riachuelo, ya casi no podia ver al pato, el agua pintaba en verde, solitaria, en silencio.
Se levantó, a pesar de que se hubiera quedado allí toda una vida.

Anduvo hacia el puente de madera y cuando lo alcanzó, se giró, quiso gritar al riachuelo, al pato, al mundo "Someday, somewhere..." pero le dió vergüenza y en vez de ello, sólo susurró:

 "Someday, somewhere, There's a place for us,  a time and a place for us"

A veces

A veces llegas tarde y ya no queda nadie
A veces callas y no dices nada, cuando es el momento de decirlo todo
A veces no ves lo que tienes delante, ni siquiera abriendo los ojos
A veces la verdad es tan obvia que no te das cuenta de ello
A veces el miedo al miedo solo genera más miedo
y vivir con miedo impide vivir

A veces todo se vuelve oscuro, se desnudan los sueños perecen las ilusiones
A veces sólo a veces todo se junta y llega el caos.

Y dejas colgados del techo los besos que a veces no diste
Y cuelgas las palabras que a veces no supiste decir
Y envuelves en lazos todos  "lo siento" que a veces callaste
Y encierras en cajas de cristas todos los recuerdos que a veces, muchas veces, saltan a jugar con tu corazón.

Y a veces sonries, y a veces lloras y a veces maldices, y a veces tienes esperanza
Porque a veces, sólo a veces, recuerdas que hay que seguir viviendo.

miércoles, agosto 19, 2015

Sin latidos

Como de si un uniforme se tratara, me coloco la mochila, el ipod los cascos siempre en aleatorio, y salgo a las calles de Madrid.

Tengo ya elegida una ruta que me lleva hasta el retiro un parque que abre sus fauces a la altura de la casa árabe y me engulle en sus tripas.
Llevo días que lo recorro despacio, sabiendo que quizás sean mis últimos paseos en muchos meses, y como si de un extranjero más se tratase me fijo en cada esquina en cada rincón, descubirendo nuevos lugares.
Y a la par todos son recuerdos, recuerdos de cuando hace ya casi otra vida lo recorría a primeras horas de la mañana para ir a trabajar en un año que fue mágico, e inolvidable, y entonces como si de un resorte se tratase saltan todas las cajas de recuerdos, ¡cuantas veces he recorrido el retiro con personas que algunas siguen en mi vida otras se fueron.. sin más!. sentarse y disfrutar de una charla de una mirada de una compañia, conocer a alguien tomando una cerveza bajo la sombra de sus árboles.

Hoy el retiro me acompaña en un verano cargado de soledad y de nostalgia, de abandono, puede que quizas de esperanza,  y como las hojas caen en otoño y  vuelven por primavera, quizas sea el momento que yo abandone mis paseos , mi parque del retiro las calles de Madrid... buscaré a mi viejito, buscaré una mirada dulce, una mirada que me arropa, y sé que no será fácil, y sé que voy a dejar atrás algo más que la piel y el alma, se queda  una parte de mi, perdida en una cajita de cerillas, perdida en mis fantasmas que se esconden en un armario, dejaré colgadas mis sonrisas, mis lágrimas, mis ilusiones y mis sueños.

No sabes como voy a echarte de menos, ya lo hago, mi cajita de cerillas, mi hogar mi refugio, mi cueva, tu has visto como he crecido, he amado y he fracasado, has visto crecer a un peque que ya no es tan peque , nocheviejas solitarias y noches de velas manteles blancos y .. sueños... sueños que se me deslizaron entre los dedos para estrellarse contra el suelo.

Ahora entiendo un poco más el título de este blog, por que desde que salí de mi caja de cerillas, soy solo un armazon de huesos y articulaciones un ser sinlatidos.

echo de menos bailar como un locoa oscuras en el corazon de esa caja de cerillas, echo de menos cuando abria la puerta y detras había una sonrisa a la espera de ser abrazada, echo de menos subir las escaleras empujando una maleta, echo de menos su pequeña bañera que llenaba algunas veces,  y su cocina aquella que casi no cabian dos personas, pero que me encantaba cocinar para alguien mientras me miraban.

echo de menos a  Nico si es que alguna vez existió.

martes, agosto 18, 2015

Perdi, perdido

Miró al espejo.

- Me perdí.
- ¿Te perdiste?
- Sí
- ¿cuando?
- Cuando la puerta se cerró sin decir adios, me perdí.
   Cuando se cruzaron esas miradas que podían atravesar la piel y alma cargadas de odio, me perdí.
   Cuando todas esas películas recreaban el amor como una historia sin fin, me perdí.
   Cuando tras una enfermedad. murió, en su funeral me perdí
   Tras la sonrisa de una niña pequeña, me perdí.
   Con mis silencios, mis miedos, mi coraza, me perdí.
   Y cuando  me perdí, siempre siempre la perdía
- ¿Y que harás?
- Creo que tengo que perderme para encontrarme.
- Eso es una incongruencia
- He de perderme para encontrar lo que perdí, simplemente a veces cuando te pierdes de ti mismo vuelves a encontrarte, cuando has dejado de ser, y has perdido lo que eras, que mejor que volver a perderse para encontrar lo que quizas una vez uno fue.
- Lo que uno fue se pierde, como cuando pierdes a alguien, ya nada vuelve a ser igual
- Si, creo que llevas razón, nada vuelve a ser igual, pero puede ser diferente.
- Diferente, perderse, encontrarse...
- Me da que es una conversación que ya hemos tenido tu y yo
- Sí, es asi, quizas diferente,  pero en el fondo igual.
- Es por eso que no me he encontrado
- Es por eso que has de perderte
- Quiero perderme para encontrar todo lo que perdí
- Pero puede que haya cosas que ya no encuentres
- Me bastará si al final encuentro un trocito de mi
- ¿Bastará?
- Sí, bastara para empezar de nuevo.
- Te deseo toda la suerte del mundo
- No te me pierdas, te echo de menos
- Siempre estaré aquí, al menos soy tu reflejo
- A veces ni siquiera se si mi reflejo soy yo
- Lo soy, siempre...
- Bien, he de irme, no te me pierdas ¿vale?
- No me perderé, si me prometes que tú tampoco al menos te perderás de mi.
- Prometido.

viernes, agosto 14, 2015

Historias del viejito - Un nuevo sueño

La tarde se habia cubierto de nubes, esas típicas tarde de Agosto, donde el sol despues de estar colgado todo el dia de un cielo azul,  decide vestirse con las nubes, como si  invitara a cubrir toda la boveda de gris, trayendo olor a lluvia y tormenta.

Necesitaba salir, volver a recorrer las calles de Madrid, las mismas que año tras años me han acompañado, recorrer el retiro, perderme entre sus árboles inspirar profundamente la paz que transmiten  y con ello dejar que mi centrifugadora se detenga, pare,  y se desenchufe.

Vuelvo a la Puerta del Sol hoy llena de extranjeros, de Mickey Mouse y superhéroes que reclaman unas monedas por dejarse hacer una foto. Le busco con la mirada, pero no le encuentro. Pienso en sus últimas palabras " siempre que me busques estaré a tu lado, y me doy la vuelta, y le veo, y me sonríe y le sonrío.

- Estas aquí. - le digo.
- Te lo dije, yo no falto a mi palabra, te noto cansado. - me dice mientras me  mira a los ojos.
- Si, no puedo ocultárselo, pero no es un cansancio físico es algo más algo interior que no consigo quitármelo de encima.
- Ese es un pensamiento que acabas de anclar en tu mente, pero si pensarás lo contrario, que puedes y que estás en ello seguro que cuando no te des cuenta ya no lo tendrás.
- Me siento viejo, me siento derrotado como un viejo boxeador que han vuelto a tirar a la lona y ya no le quedan fuerzas para levantarse.
- Seguramente has visto muchos combates de boxeo por que siempre tiendes a comparar la vida con una pelea, la vida si es una pelea pero no tiene que se en un cuadrilatero ni siquiera con guantes, pero ya que te gustan las comparaciones, en el cuadrilatero hay unas cuerdas que lo rodean, y que yo sepa no esta penalizado agarrarse a ellas para volver a ponerse de pie ¿no?
- Si es cierto, pero..,
- Ays tus peros, siempre estas poniendo algún palo a la rueda...
- Ya ... quizás es que en el fonodo soy así... no lo sé,  puede que siempre haya sido así y no lo quiera ver.
- Hay tiempo para cambiar, tiempo para ser otro.
- Tiempo para cambiar... tiempo para empezar de nuevo...
- ¿Lo dices por algo?
- Creo que  debo empezar de cero, que debo crear una nueva historia en mi vida, un nuevo capítulo. o un nuevo libro, nuevos sueños... pero no se si me atrevo.
- ¿ Quieres oir una historia?
- Claro me encantan sus historias.



Nos sentamos,  y empieza a  contarme.

- "Hace mucho, mucho tiempo, cuando yo era un chico que aun no sabia atarse las botas, en el pueblo donde vivía hubo una primavera muy dura de heladas y fuertes lluvias, las cosechas quedaron muertas en la tierra,  fue un duro golpe para todos.
Recuerdo a mi padre venir con las manos agrietadas y ensangrentadas  al intentar  con la azada romper la tierra helada, aunque para aquellos imprevistos en el pueblo siempre habia una reserva, ese año  no llegaba para todos. Muchos tuvieron que partir a la ciudad.
Era un martes cuando madres y padres llevaron a sus hijos mayores a la estación, recuerdo el silencio que hubo al regresar,  nadie queria decir ni una palabra, no es como ahora que viajar es una aventura y que 300 km es aqui al lado, en aquellos tiempo ir a la ciudad era como cruzar el océano, y casi todos los que se fueron no sabían ni leer ni escribir, desde que tenían uso de razón habían ayudado a sus padres en el campo y no habían tenido tiempo para los estudios.
Se fueron todos menos mi hermano mayor, le entró miedo, él no se veía en la ciudad,  nunca había salido del pueblo, y ademas su novia estaba allí, no quería dejar nada de lo conocido por aventurarse en un mundo que él solo veía hostil e inseguro.
Al poco tiempo las familias de los que se habían ido empezaron a recibir un poco de dinero, unos trabajaban como ayudantes de albañil, otros simplemente hacían recados, o remendaban zapatos, de los que se fueron volvieron sólo dos al cabo de tres meses.
Mi padre en ese tiempo nunca le reprochó nada, pero en casa se respiraba un ambiente extraño, al poco tiempo la novia dejó a mi hermano, le llamó cobarde,  su propio hermano se habia ido  y si él no era capaz de ayudar a su familia,  ¿cómo iba a sacar a su futura familia si ella se casaba con él?
Una noche mi padre se fue con él al bar del pueblo,  volvieron muy tarde y borrachos,  mi madre casi los echa de la casa, al dia siguiente cuando hablé con mi hermano y le pregunté que le había dicho padre, sólo recordaba  unas palabras: "nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, una nueva historia o construir un nuevo sueño"

Al dia siguiente nos abandonó,  no sé a quien le dijo que  escribiera una nota, pero por la mañana sobre la mesa de la cocina habia un trozo de papel y sobre el unas letras: "Hay un tiempo para dejar que sucedan las cosas y un tiempo para hacer suceder las cosas".

No supimos de él en meses, yo pillé a mi madre llorando muchas de ellas,  pero se las arreglaba para que padre no la viera.
Un día llego el cartero con un sobre, no habia remite ni  ninguna carta dentro, sólo unos billetes, a partir de ahí cada dos meses llegaba la misma carta unas veces con algo más de dinero.
Pasado casi un año por Navidades, llego un paquete, habia algo de dinero y tambien comida y una botella de sidra. la sorpresa fue  que también había dentro un pequeño sobre.  Lo abrimos, padre se lo dió a madre por que ella sabía leer, la carta decía:
"Soy vuestro hijo,  perdonad el tiempo que os he hecho sufrir, pero me fui avergonzado de mi conducta, avergonzado de ver a padre con las manos cortadas y yo sin el valor de irme para ayudaros, ahora ya puedo escribiros, nunca podré agradecerte padre aquella noche que me llevaste al bar y en vez de regañarme, me trataste coomo un amigo, con todo el cariño del mundo y me ayudaste a tomar una decisión, nunca me obligaste a irme  y eso no lo olvidaré, pero aquellas palabras me hicieron ver que a veces la vida es lanzarse al vacío, que nada ni nadie puede asegurarte que todo vaya a ir bien, pero que uno debe construir sus propios sueños. He tenido suerte, después de varios trabajos, entré como recadero en un bufete de abogados, allí con esfuerzo empecé a aprender a leer y a escribir, y ahora estoy estudiando, ellos me pagan parte de mis estudios dicen que soy muy inteligente para mi edad y que puedo conseguirlo, yo voy paso a paso,  creando mi sueño. Me muero por veros, espero que sea pronto, os quiero."

Ni decir tengo que mi madre tuvo que parar de leer la carta varias veces,  y cuando acabó, mi padre no dijo nada, abrió la puerta de casa y se fue.
A mi no me cabe duda que salió para que no le vieramos llorar, lloró de orgullo por su hijo.
El dío de año nuevo llamaron a la puerta, era mi hermano, en el bufete le dieron unos dias libres para que visitara a la familia, montamos una gran fiesta, y recuerdo aquella navidad como una de las más felices de mi vida. Con el dinero que nos fue mandando, yo pude ir a la escuela... y bueno, parte de mi historia ya la conoces."

- No sé que decirte,  tus historias siempre son tan...
- No tienes nada que decir, sólo déjame decirte algo antes de que me vaya. "Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva historia o construir un nuevo sueño" y yo a eso le añado " hazlo pero hazlo desde lo profundo de tu corazón y poniendo toda tu vida en ello, si lo haces así seguro que todo saldrá como deseas"
- Lo haré - le dije,

Y él se levanto, sin decir nada, me abrazó, yo sabía que aquel abrazo no sería el último y que significaba que me deseaba suerte en mi nuevo camino, en mi nueva historia, en mi nuevo sueño.

jueves, agosto 13, 2015

Un viaje

Aquel verano no era ni de lejos lo que él habia supuesto, y mucho menos soñado.
Aquel verano con sus olas de calor se había convertido en un infierno.
Un infierno dificil de olvidar.

Renqueante por una herida en su pie, entró en el café,  con su mirada buscó una mesa libre alejada, como si en el fondo quisera esconderse y pasar desapercibido.
El café un viejo bar remodelado , había conservado ese aire antiguo y añejo de los cafés que se estilaban en los tiempo que las letras eran importantes, ahora los mails, los chats y el whatsapp habían asesinado al bolígrafo y al papel.

Se sentó y pidió un café con hielo, se quitó su mochila, aquella que parecia un anexo a su espalda, recogió los cascos, otro anexo más de su cuerpo del que a duras penas se deshacia cuando salía, porque la música era su eterna acompañante.

Miró a su alrededor, el café estaba casi lleno, el aire acondicionado invitaba a entrar en vez de quedarse en la terraza de verano que aparecia desnuda tras la gran cristalera de la entrada.
Algún lector de periódico apuraba su café, no muy lejos de su mesa se podía ver la luz reflejada de un portátil encendido, una novedad más en aquel café, el wifi gratuito.  Algunas parejas copaban el resto de las mesas, en ellas el fijó su mirada, si alguien le hubiera visto podría haber dicho que era una mirada cargada de añoranza, de nostalgia, incluso en un giro linguistico decorativo podría decirse que su mirada estaba vestida de envidia.

Sacó su cuaderno, un boligrafo cuya capucha aún conservaba las marcas de sus dientes. Esperó a que le trajeran el café, dió las gracias, y antes de ponerse a escribir volvió a mirar a su alrededor.

" Me gustaría escribir una historia de humor, donde no hayan carcajadas pero si una sonrisa que no se despega de los labios,  una historia de esas que no quieres que se acabe que sonries sin saber por que, y que cuando acaba  aún permanece en el aire  esa sensación, la dulce sensación de una sonrisa.
O por el contrario me gustaría escribir una historia de pasión y lujuria, de sexo y desenfreno, donde no hay espacio para pensar solo para sentir, como si se abriera un paréntesis en la vida donde se puede permitir de todo y las fantasias se convierten en realidad... hasta que ese paréntesis se cierra.

Sin embargo cuando inento hacerlo el papel se vuelve negro y el bolígrafo se niega a escribir. Ellos saben que acabo de volver de un viaje,  un viaje que hago de vez en cuando, no muy a menudo, pero que siempre está presente esperándome, no hace falta maletas, no hace falta avión, ni coche, solo basta con hacerse con un poco de valor y emprender el camino. Quizás no todos podamos hacer ese viaje,  no lo sé, pero no lo creo.

El viaje, un viaje a  un edificio pequeño en un rincón de algún lugar que llamamos corazón. Es un rincon pequeño,  con unas pocas, muy pocas habitaciones, pero todas ellas amplias, llenas de luz. Cuando llego las puertas siempre estan cerradas, a veces solo acaricio la madera de esas puertas y siento en mis dedos, en la palma de mi mano, todo el tiempo que pasamos juntos, puedo sentir aún las caricias y rozar las palabras que detrás de esa puerta aún flotan si sabes abrir el arcón donde están guardadas. Por que detras de esas puertas están las personas que una vez habitaron en mi corazón, no son muchas, al reves  alguien podría decir que ¡¡ son tan pocas !! y sin embargo no habria excavadora en el mundo que pudiera derribar este rincón.
A veces no soy capaz de abrir la puerta, por que sé que nunca cierro bien el arcón donde guardo los recuerdos, las letras las voces las caricias las imágenes que con el tiempo se van haciendo cada vez mas borrosas pero  que extrañamente ganan en intensidad al sentirlas.
Cuando, por fin, me atrevo a abrir la puerta, hay una estancia amplia y blanca, de grandes cristaleras que dan a la playa, una playa que está siempre vacía, pero a la que suelo bajar con algunas cajitas de cristal, me gusta hacerlo a la luz de la luna cuando está llena y se refleja en las aguas. pongo las cajitas en línea y voy abriendo una a una, no todas son iguales y en cada habitación son diferentes.
Me gusta abrir las cajitas que me llevan a rincones, a lugares conocidos,  a mis paseos por Madrid  a calles recorridas de la mano, con miradas y sonrisas, a mesas de mármol con un cafe caliente en frias mañanas, a horizontes de edificios que se ven en la lejania cuando aun el sol perezoso lucha por levantarse.
Me gusta las cajitas de las que salta un fantasma que baila delante del espejo de mi cama, que deshace la escarcha del lado de mi cama que permanece siempre vacio, a la espera.
Me encanta cuando el fantasma me sonrie aún y puedo ver sus ojos, y  yo me convierto en otro fantasma que pone manteles blancos y enciende velas, y busca entre sus cd's  a veces a maxwell otras a Teddy Pendergrass otras  a  Bruce Springsteen.
De juegos en un puff de color rojo,
Me gusta cuando de la cajita sale una proyección que se dibuja en la arena y puedo verte durmiendo a mi lado mientras yo despierto te observo.

Y abro otra cajita y salen olores a incienso a tu perfume a ciudades lejanas tan lejanas que me parecen solo un sueño que una vez ¿viví o simplemente soñé?.
Hay cajitas con olor a mar, a paseos por la playa,  a maletas que suben una escalera que lleva a un tiempo que vuela, vuela y ya no regresa.

Pero todo tiene un precio, poder abrir las cajitas tiene su precio, por que para volver a cerrarlas o al menos a dejarlas entre abiertas se necesita dejar un trocito de corazón, se necesita dejar unas lágrimas.

Cuando vuelvo a cerrar la puerta y sigo mi viaje, siempre llego  a dos habitaciones que nunca se terminaron,  que empezaron a construirse  y quedaron inacabadas. Me da miedo entrar en ellas, un miedo que se aferra al cuello que te agarra las entrañas hasta axfisiarte, ese mismo miedo que impidió terminar la habitación, ese que te sella la boca con costuras, y  que te grapa los ojos para que no veas,  el mismo que para regocijarse en tu dolor te  susurra una y otra vez, una y otra vez, " y si... y si  hubieras tenido el valor, y si no te hubieras lanzado... y si...". ese susurro se convierte en eco, un eco que aún cuando termina mi viaje sigue conmigo.

Siempre antes de volver de mi viaje, me siento fuera  a ver ese rincón, y siento como cada espacio me amó, me quiso, unos más otros menos,  y me preguntó si yo supe amarles de la misma manera, si supe devolver aunque fuera en una milesima de parte todo lo que me dieron, y siempre me llega la misma respuesta "no",  no supe amar de la misma manera, no supe darme de la misma manera, no supe deshacerme de esa coraza que es el miedo y que lo unico que ha conseguido es que todo esté ahora en cajitas de cristal, guardado en un rincón de mi corazón, un corazón que ya esta viejo y demasiado roto."

Suelta el bolígrafo, los hielos se han diluido y el café solo es un agua marrón, tras los cristales de las gafas un lago amenza con desbordarse, bajo su pecho aquel rincon le zarandea como si fuera un muñeco de trapo, solo y simplemente un mucho de trapo.

Si pudiera escribir una historia de humor, o simplemente una historia de pasión y lujuria  que haga olvidar todo.

Olvidar todo.