miércoles, abril 30, 2014

Claro de luna

Leerlo oyendo esta canción:

http://www.youtube.com/watch?v=ja7v4JTsLVw

Lo tenía todo preparado, el mantel blanco sobre la mesa de madera, las copas de vino, la luz de las velas.
Ella llegó como siempre tarde, pero su sonrisa borró cualquier atisbo de malestar.
Dejó una suave marca de carmín en sus labios, él llenó las copas de vino y encendió el equipo de música.
A ella le gustaba ese ambiente, siempre había sido una romántica.

Sus ojos se perlaron.
Él ya lo sabía.

Cuando, ya entre las sábanas el mar buscaba encontrarse con la arena, él se incorporó y desde el mandó a distancia puso una canción.

"Dicen que es una melodia que llega al sentido del placer... siempre me ha gustado oirla mientras hacemos el amor" - le dijo.

Ella sonrió le atrajo hacia sí e hicieron el amor.
Cuando aquel adagio terminaba ella terminó de vestirse, borró el carmín de los labiios de él y cerro la puerta tras de sí.

Nunca más volvieron a verse.
Aunque él cada tarde ponga el "Claro de luna" de Debussy y sienta en su boca el sabor de su carmín.

sábado, abril 19, 2014

Una historia

Estaba sentado frente a él.
Él mira por la ventana, su mirada perdida en algún punto que yo no soy capaz de reconocer.

Recordé aquel lejano día, cuando aún la vida estaba creciendo y yo tenía el hambre suficiente para devorar el mundo y aún quedarme con hambre.

Llegué del instituto con el miedo metido en la mochila abrazando el cuaderno de notas.  Intenté pasar la tarde sin pensar en ello, en el momento en el que él llegara y tuviera que hacer frente a la entrega de aquel cuaderno de notas.

Mi mano temblaba cuando se deslizo sobre la mesa como lo haría un esquiador sobre una fina capa de hielo a punto de romperse, él me miró a los ojos, como si supiera lo que se encerraba en aquel cuadernito, y sin ni siquiera abrirlo lo desplazó a la esquina de la mesa, acercó su mano a la mia y la acarició suavemente, mientras de su boca empezaron a flotar las palabras.

- Imagino como son tus notas, pero ahora eso no tiene importancia, ya tienes la edad suficiente para saber lo que es importarte para ti y lo que no. Cómo es la vida, y lo dura que se está poniendo para saber que lo que ahora hagas va a repercurtir en el resto de tus días, pero además de eso, hay algo que nadie sabe porqué no se enseña en la escuela, quizás por que es la vida la que te va enseñando día a día, aunque el aprendizaje es duro, muy duro ya que nadie nos prepara para ello, no hay libros, ni fórmulas, que nos ayuden a resolverlo.  Tienes que aprender que tus instintos son parte de ti, óyelos porque muchas veces son ellos los que nos llevan por el camino que hay que recorrer. No te dejes llevar por las opiniones de los demás, ni por lo que ellos piensen de ti, sólo tú te conoces, sólo tú sabes como eres, cuales son tus debilidades y cuales son puntos fuertes. Ante todo cree en ti, nunca dejes de creer en que eres capaz de todo lo que te propongas, por mucho que los que te rodeen te digan que no seras capaz, que no lo lograras, lucha por ello, aunque caigas vuelve a levantarte, porque por cada caida habrá una enseñanza que te hará más fuerte. Quierete como nadie te querrá nunca, porque de ese amor por ti mismo nacerá el amor por los demás, ama cada instante como si fuera el último instante de tu vida. Nunca te creas mejor que nadie, pero tampoco te creas menos que nadie, no valores a las personas por lo que tienen sino por lo que son. Besa con la pasión del primer beso, y hazlo con la sinceridad de tu corazón.  Y aunque esto lo lleves a la práctica todos los días, no puedo prometerte que seas feliz, pero te hará sentirte mejor, aunque haya días que quieras mandarlo todo a la mierda, que te sientas solo y perdido, no olvides estas palabras, busca dentro de ti, alli encontrarás la solución.

Calló por un momento, abrió el cuaderno de notas y lo firmó sin fijarse en mis aprobados y suspensos.

- ¿Me has comprendido?

Asentí con la cabeza, aunque había cosas que ni siquiera sabía de lo que estaba hablando.  Fue el tiempo el que me demostró el valor de aquella conversación, y aunque intenté llevarlas a la práctica hubo momentos que las  dejé guardadas en un cajón olvidadas, hasta que lo volvía a abrir.

Se gira y me mira, como si por un momento supiera lo que estoy pensando, en sus ojos hay un poso de extrañeza, la misma que he visto en los últimos meses, cuando ya no es capaz de reconocerme.

Me levanto de la silla, una que el enfermero me ha dejado, quisiera decirle tantas cosas que al final solo articulo palabras mudas. En el jardín mi mujer y mis dos hijos me esperan, al llegar a la puerta de su habitación me giro y le veo con la mirada perdida a través del cristal. Sus labios se mueven...

- Me alegro que seas feliz, Javier, porque me hace sentir que algo hice bueno en la vida, cuidate y cuida a tu familia...

Cuando me acerco, vuelve a silenciarse, su mirada se pierde de nuevo y sé que de alguna manera está y no está.

Ya en el coche, miro a mi mujer y la beso, ella sorprendida me dice "¿y eso ...?" y yo le respondo "¿y por qué no?", me doy la vuelta y mirando a mis hijos les digo:

- Hoy quiero contaros una historia...

jueves, abril 10, 2014

El ascensor (Final)

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- ¿Cómo dice...?
- Hola Laura, perdona mi broma, soy Fernando...
- Don Fernando, perdone pero... ¿le conozco de algo?

Su respuesta me deja unos segundos bloqueado, el silencio lo llena todo.

- Fernando, creo que sabes gastar bromas, pero no encajarlas, te he reconocido, no me digas que te has quedado otra vez atrapado.
- Ummm... para serte sincero, he apretado varias veces el botón de parada.
- ¿Cómo? ¿Por qué has hecho eso?
- Queria volver a hablar contigo, imagino que te habrán dicho cientos de veces que tienes una voz preciosa
- Pero  Fernando, no debes pulsar el botón si no está justificado...
- Para mí había justificación, la reunión ha sido perfecta, un éxito, y quería compartirlo contigo.
- Gracias pero de verdad no sabes el problema que has ocasionado.
- ¿Por qué?
- Porque nuestro software detecta cuando el botón se pulsa sin motivo alguno, acto seguido se activa la cámara de vigilancia y son grabadas las conversaciones, con un poco de suerte... espero que no pase nada.
- ¿Pero que tiene que pasar?
- Don Fernando, en breves momentos el ascensor se pondrá en marcha, le deseamos buenos días.
- Espera... Laura... ¿Laura?

El ascensor recobra su vida, y desciende, se abren las puertas y efectivamente aparece el conserje del edificio, preguntándome por el motivo de la parada. Le contesto que he sufrido un mareo y que sin querer he pulsado el botón de parada, me mira como no creyéndo mi historia, pero sonrie, me desea que me encuentre mejor y desaparece por el vestíbulo.

Salgo a la calle aún bajo el shock de lo que acaba de pasar " no sabes el problema que has ocasionado..."  Pienso en ello y en las repercusiones que he podido ocasionarla, ¿y si por mi culpa tiene problemas en el trabajo? Me remuerde la conciencia,  entro de nuevo en el vestíbulo del edificio, me encamino al ascensor y cuando se abren las puertas observo el panel de los botones, apunto la dirección de la empresa y vuelvo a salir.

Llego a las oficinas de la empresa UpandDown, aún no sé como voy a lograr dar con ella, sólo tengo su nombre y la dirección del ascensor que le correspondía.

La entrada es amplia, espaciosa, en su parte central con forma de media luna está el acceso, junto a una señorita hay un guardia jurado detras del control de seguridad, me acerco y  mostrando la mejor de mis sonrisas le pregunto por Laura dámdole todos los datos posibles. Me mira algo sorprendida y sin dejar de sonreir me contesta que esa información no puede facilitarla. Miro a mi alrededor, en busca de alguien que me pueda ayudar pero es imposible. Decido esperar en la calle, seguro que en la hora del desayuno alguien podrá echarme una mano.

Empiezan a salir, a las dos primeras personas que pregunto me miran extrañadas y no saben quien puede ser, me acerco a una chica joven de veintantos, le cuento todo lo sucedido y me contesta que en su sección ha llegado el rumor que a una compañera le han cambiado de sector por tomarse ciertas libertades en  las conversaciones, pero que no sabe su nombre. Es desolador, no tengo ninguna imagen de ella ni ningún otro dato, le pregunto si al menos frecuentan alguna cafeteria y me contesta que generalmente suelen ir a un VIPS por que allí hay espacio para todos.

Es mi última oportunidad, la cafetería está llena de chicas, intento ver a quien podría corresponder esa voz pero es imposible, me siento en la barra y pido un café, me siento hundido, ella está pagando mi poca cabeza.

- ¡¡ Qué mierda !! - digo en voz alta sin percatarme de donde me encuentro.
- Hola, buenos días, ¿en que puedo ayudarle, algún que otro fallo en el ascensor?

Es esa voz... me giro y frente a mi está ella.

- Hola Laura...
- Hola Fernando...


**** FIN ***