martes, febrero 26, 2008




Llovia.
Cuando me asomé la ventana, llovía.

Un domingo gris y plomizo se abatía sobre Madrid, como si de alguna manera buscara una complicidad con lo que sentia.

Por que dentro de mi, llovia.

Cogí mi chubasquero, mi ipod, y salí a la calle, un domingo más, otro domingo más.
Esta vez no tenía esperanzas de encontrarme con el viejito, el día invitaba más a permanecer en casa, le imaginé con un cafe caliente, y algun dulce, mientras desde su butacón miraria las calles casi vacias.

Caminé despacio, con la mirada baja, como si de esa manera todo lo que venia delante se fuera apartando a mi paso.
Pensaba en el silencio.
En esos silencios que se cuelan entre los poros de la piel, entre los surcos de las arrugas, y van calando poco a poco, como el agua que caia esa tarde.

Senti el silencio volver, no el silencio que provoca la falta de sonido, el silencio que provoca la falta conocimiento.
Camine dejandome llevar por la musica, evocando otros lugares, otros tiempos, a veces dibujando el futuro simplemente a mi antojo, tal y como me gustaria que fuese.

Llegué a la plaza de Cascorro y subi hasta la Plaza Mayor, me pare a ver la lluvia a través de los focos, una ligera cortina de agua empapaba el adoquinado, sin embargo me sentía bien, era como si a pesar de todo me estuviese empapando de vida.

Entré en la iglesia de san Gines, aun no habia empezado la misa de las 8, el silencio, otro de los silencios, solo era desnudado por un susurro de cantos Gregorianos. Me pierdo un momento, en la efigie de un Cristo crucificado, y le pido y le ruego.. en silencio, como a Judas Tadeo, su efigie parece mirar a los que alli en silencio, le hablamos.

Volvi a la calle, la lluvia segui pertinaz, por lo que Arenal estaba casi desierta, pero al fondo sorprendido le vi con un paraguas, caminaba despacio, como si disfrutara del momento.
Me acerqué a la carrera.

- Hola. - él se giró y en cuanto me vió esbozó una de sus sonrisas.
- Hombre hola, no pensaba que hoy anduvieras por aqui con la que cae.
- Ni yo que usted, pasease
- Bueno la verdad la lluvia me encanta, y a mi edad uno no sabe cuantas veces puede disfrutar de dias asi.
- Me deja que le invite a un cafe en san Gines?
- Venga perfecto. Acepto.

Y fuimos a San Gines. La mas famosa chocolateria de Madrid, Con sus mesas de mármol. Aquella tarde habia mas gente de lo habitual, pero encontramos sitio en una esquina apartada.

Como si él en el fondo supiera que lo que yo buscaba era cobijarme una vez más en sus palabras.

Se acercó el camarero y pedimos.
Permanecí un rato callado, sin decir nada, en silencio, mirando aquella cafeteria, donde en una esquina una pareja de viejitos tomaban su chocolate caliente con unos churros, y sin querer me estremecí de emoción y tristeza.
Él lo percibió.

- ¿Que envidia verdad?
- Si. - le dije, mientras mi voz se ahogaba en lagrimas deseosas de derramarse- Tengo la sensación que nunca viviré eso
- Nunca es mucho tiempo.

Y volví a callar.

- Hoy estas muy silencioso, ¿te pasa algo?
- Quizas eso mismo, que pienso en los silencios.
- Ay, chico los silencios, hay tantos, unos que lo dicen todo, otros... otros frios como la noche.
Recuerdo... no te importa que te cuente algo ¿no?
- No, por favor, estoy deseando escucharle
- Pues, como te decia, recuerdo el día que murio mi madre, llevaba enferma un tiempo, estaba en casa, cuando una mañana, al levantarme, todo era silencio, un silencio que atraviesa las paredes y va cubriendo habitación por habitación. Lo recuerdo por que ni siquiera se oía el sonido del campo, de los pajaros o de los perros, dicen que es el silencio que deja la muerte al irse. Subí a la habitación, mi padre sollozaba con la mano de mi madre entre las suyas, me acerqué a él, y toque su espalda, no nos dijimos nada, guardamos silencio, llorando quedamente, el silencio de una pena.
Luego llego el dia del entierro, cuando todo el mundo se va y tu te quedas solo en el cementerio, es otro tipo de silencio, un silencio que recoge, en el que te envuelves, por que es un silencio intimo. Dos días despues estaba en la cama con mi novia, nunca supe si ella quiso hacer el amor conmigo para quitarme la pena del dolor de mi madre, o simplemente por que se sentia atraida y enamorada. La recuerdo por su forma de gemir, casi a voz en grito, sin embargo cuando terminamos, ninguno de los dos dijo nada, y aquel silencio llego cargado de palabras que llovieron en la cama, seguro que si hubiera tenido que decir algo no lo habria hecho mejor que aquel silencio.

Le miré, en sus ojos estaba esa expresión de nostalgia, de esos tiempos donde uno ama con el ardor de la juventud, y eso nunca se olvida.

- Es cierto que hay silencios que duelen y otros que dicen todo.
- Si, asi es , pero hay un silencio que mata, lentamente, que va aniquilando los sentimientos, que te deja abandonado y destruido.
- ¿Y ese cual es?
- Te contaré, por que para mi desgracia lo viví. Recuerdo que seguí con mi novia del pueblo, pero hubo un año que tuve que irme, cuando una cosecha iba mal, debiamos buscar trabajo en la ciudad, o irnos a la capital. Ese año, tuve que irme a la capital.
La despedida fué triste, pero prometimos escribirnos a diario y asi fué hasta que un dia, no recibi ninguna carta, al principio pensé que era un problema de la entrega, pero pasó una semana y luego otra, y ese silencio, el no saber, la impotencia de no tener noticas, te va matando lentamente, sin piedad. Hubo noches que creí enloquecer de rabia y de dolor. Ese silencio casi me mata..., el no saber de ella.

Le mire y quise agarrarle la mano, quise decirle que le comprendia, que no sabía hasta que punto podia entenderle, pero no quise romper ese momento.

- ... al final, uno se recompone poco a poco, aunque en noches sin sueño te preguntes el porque de tanto silencio. Luego supe que su padre habia perdido mucho dinero en unos estraperlos y se habian tenido que trasladar a una ciudad costera, al parecer a ella la convencieron de que lo mejor era romper con todo el pasado, o al menos eso me dijo ella cuando pasado los años me la encontre una vez en el pueblo.
Por eso ahora en mi casa siempre tengo encendida la televisión o la radio, no quiero silencios. Aunque eche de menos esos que dicen tanto.

- Si, esos son los mas hermosos, cuando una mirada puede decirlo todo.
- Y ahora creo que ya he hablado bastante, debo irme.
- Le importa si me quedo yo aqui un rato mas?
- No, que va, acercame mi paraguas por favor... ahh y gracias por el cafe.
- No hay de que.
- Cuidate, y como siempre, hasta luego.
- Cuidese mucho Ud. tambien, espero volver a verle pronto.
- hasta luego.
- Adios.

Y alli me quedo yo, con mis silencios, pensando en silencio, en todos esos silencios, sabiendo que cuando llegue a casa uno de ellos me espera.

miércoles, febrero 20, 2008

Habitación 108

Habitación 108.
Siempre me ha gustado el 8, no sé desde que lo recuerdo, aunque mi memoria ha sido mala y ultimamente me juegue muy malas pasadas.

La habitación es limpia, una pequeña cama, un armario y una mesa con su respectiva silla, tengo suerte, por que hay una gran ventana que da al jardín y los días de lluvia que no nos permiten salir, me quedo sentado mirando como llueve.
Antes hubiera aprovechado esos momentos para escribir, pero la mano me tiembla en exceso y mi cabeza no está para imaginar historias.

Hoy es dia de visita.
Sé que vendrán, y me lo volverá a preguntar y yo le volveré a decir que no.
Nunca me ha gustado ser una carga y menos ahora, ellos tienen su vida, yo sólo seria un estorbo.
No es que aquí sea completamente feliz, pero bueno, al menos los dias son tranquilos y tengo mi rutina.

Me levanto pronto, y miro debajo de la cama, alli está la caja, la abro y la miro, ya sé que podria parecer una tonteria despues de años, pero ahi estan las tres cosas, una botella de ginebra no recuerdo la marca ... que cabeza la mia, un secador antediluviano,y una camiseta de tirantes con su pantaloncito para dormir. Hubo una vez que pénsé que lo guardaría y con el paso del tiempo lo daría en mano, bueno quizas un día de estos lo haga.

Ahora tengo que ir a la sala, están a punto de llegar, vamos venid conmigo y os la enseño. es un camino corto, y de paso cruzaremos por la habitacion de Aurora es la 114, me gusta, tiene unos ojos marrones vivos, su media melena es gris como las nubes que recorren la mañana, aun guarda en sus arrugas la belleza que debió tener su rostro, hace dos semanas que llegó, por lo que he oido a las enfermeras, su marido murió hace 3 meses, está sola. A veces la miro desde mi ventana sentada con un libro en sus manos en el jardín, creo que muchas veces llora por que cuando sus ojos empiezan a brillar se pone unas gafas de sol. Sólo nos saludamos pero nuestras miradas se quedan suspendidas un instante en el aire, yo las imagino como funambulistas alli en un fino hilo sobre el suelo de marmol las dos miradas cruzando despacio de cara a cara, sin llegar a caer, suspendidas....
Bueno no os aburro, eso si, ahora dejadme un rato tranquilo, que ya me estan esperando. Hoy han venido todos javier y su mujer, me encanta, tiene esa dulzura en el rostro que siempre adoré, y lo que más me gusta es ver como se miran, a veces la sorprendo a ella deslizando la mano por debajo de la mesa rozando la de mi hijo, mientras me siguen diciendo que me vaya con ellos, y yo tan testarudo como siempre contestandoles que no. Y luego estan los niños, la parejita ella Sandra, a él le pusieron mi nombre, son buenos, como lo fué su padre, vienen a mi y me abrazan, quiere que les cuente otro cuento, de aquellos que escribia hace años, suelo contarles algunas de la niña del bosque y del niño del arbol, o aquellos de sirenas, pero me los tengo que inventar mi memoria no da para más y a mis ojos les cuesta leer.
Sé que Javier se va triste cada dia, por dejarme aqui, pero yo no quiero ser ninguna carga, le pregunto por su madre, sigue feliz, vinó una vez a verme, sola, fue un detalle, aunque esa noche volvi a llorar, quizas aun no me perdono a mi mismo todo lo que pasó.

Vamos a la habitación es la hora de la cena, luego nos dejan un rato ver la tele, y a la cama, son un poco estrictos en eso, yo aún sigo con mi insomnio, me sigo despertando de noche envuelto en recuerdos de gentes que pasaron, de silencios.
Pero esta noche oigo un liguero susurro, estoy despierto y me vence la curiosidad, voy a ver, y cuando salgo al pasillo los susurros son sollozos tenues, paso cerca de la sala de enfermeras están viendo la tele y no han oido nada, camino un poco mas, salen de la 114 la habitación de Aurora, entro y entorno la puerta si me vieran me caeria una buena, esta sollozando y murmura un nombre, no llego a entenderla, pero me siento a su lado, y le cojo la mano, me mira con esos ojos dulces.

- Carlos, Carlos ¿eres tu?
- Si Aurora soy yo, venga cariño, duerme tranquila.

No me mireis asi, que iba a hacer, las palabras brotaron de mi boca sin más, no me dió tiempo a pensarlas. Ademas ¿veís? se ha dormido, y bueno hacia tiempo que no tenia una mano en las mias. Noto su calor, creo que me quedaré aqui con ella más tiempo, ¿os importa? me gustaría quedarme a solas con ella.

Hola, venga vale, os cuento... me quedé hasta tarde, solo teneis que ver entre mis arrugas las ojeras, no me podia ir, estaba alli con esa quietud, que sentia que si retiraba mi mano se despertaria. pero tuve que irme, a las 4 hay ronda de vigilancia, luego ya no vuelven a pasar. Venid, está alli en el jardín, lleva las gafas de sol puestas, creo que voy a sentarme a su lado. Luego vuelvo.

Vaya, ha pensado que era Carlos otra vez, me ha estado contando cosas de cuando estabamos uyss perdon, de cuando estaban juntos, se debieron amar mucho, luego tuve que dejarla, se acerco la enfermera y no quiero que nos vean mucho juntos no está muy bien visto, pero tuve la mala suerte de oirla comentar a su compañera que Aurora está muy enferma y que su tristeza no le hace ningun bien, temen lo peor.


He hablado con Javier, le han ofrecido un traslado, un puesto mejor, un sueldo muy tentador, pero no quiere irse sin mi, ya le he dicho que no, que acepte la oferta si no lo hace le prohibire venir a verme, me recuerda una vez una conversación en un autobús, que testarudo y cabezón puedo llegar a ser, creo que le he convencido, de todas maneras llevo días dandole vueltas a un asunto, y creo que seria lo mejor para todos.. ya os contaré.

Acabo de despertarme de nuevo, ya son asi todas las noches, lleva una semana sin parar de sollozar, sus ojos se estan apagando, ayer vino a verme Javier, ya se han trasladado le veo feliz, le he escrito un cuento, uff dos semanas me ha llevado, espero que lo entienda...

Voy a su habitación, ya sabeis la 114, y ella lo intuye.

- Carlos estas aqui verdad?
- Si amor, aqui estoy,

Ya no solo la cojo de la mano espero que sean mas de las 4 y me meto en la cama con ella la abrazo a veces sonrie ligeramente y roza sus labios con los mios, hoy los noto mas fríos que de costumbre, y me abraza, al final estoy deseando que llegue este momento en el día.

Sus ojos hoy estan mas apagados

- Carlos ¿ me quieres?
- Si mi amor te quiero mas que a nada en la vida, duerme, no me movere de aqui, estare a tu lado

Y entorna los ojos despacio, y sonrie, hay algo que siento, una tranquilidad infinita una paz, no hay dolor ni sonido alguno , y ella se va, siento como se va yendo y miro su cara y en ella hay ... tanta paz....

Es el momento, me levanto, y regreso a mi habitación, abro el frasco, en el que sin que las enfermeras lo supieran he ido guardando los tranquilizantes, tengo la dosis suficiente, me los tomo de golpe y bebo un poco de agua, miro debajo de la cama, alli esta la caja, esa que guardé hace tiempo, miro la foto una foto de hace años de un niño con ojos achinados y su padre al lado, la luz se esta haciendo mas tenue, me siento cansado pero tranquilo, todo se va apagando,y me siento bien, muy bien, hay una paz como nunca antes habia sentido, y calor un calor muy agradable......

viernes, febrero 15, 2008

Una leyenda

Cuenta la leyenda, que habia una vez un poblado, un poblado pequeño, un poblado cerca de la montaña.
De casas pequeñas, donde la gente aun dejaba por la noche las puertas sin cerrar, donde salir por sus calles, era ir saludandose unos a otros.

Y un día hasta allí llego un hombre, que se acercó a la plaza y preguntó por la última casa del pueblo, aquella que llevaba tanto tiempo cerrada.
Era de una tez cetrina, como si su piel hubiera perdido el color, sus ojos dos cuencas oscuras, de mirada triste, diriase que se le habian secado de tanto llorar, su vestimenta totalmente negra, tapando cualquier atisbo de piel.

Arrastraba las palabras al hablar, y su voz era solo un susurro como si no quisiera decir nada mas que lo indispensable.
Al final, despues de la sorpresa que causó, alguien se atrevió a indicarle la dirección de la casa. Él asintió con la cabeza, tomó su maleta, negra tambien, y se marchó, dejando atrás una estela de curiosidad y cuchicheos.


En los primeros días en el pueblo, fué transformando la casa, cerro las ventanas con unos tupidos visillos negros,
arrancó todas las flores del jardin, y cambio los colores vivos de las paredes exteriores por otros apagados.

En el pueblo no se hablaba de otra cosa, algunos decian que la oscuridad habia llegado, que la hierba sin explicación ninguna se habia secado en aquella casa, que todo era negro y triste, que nadie habia visto a aquel hombre desde su llegada. Sin embargo no todos hablaban mal de él, una chica salia en su defensa, diciendo que nadie podia juzgarle, no habia hecho mal a nadie del pueblo, es su casa y podia hacer lo que quisiera con ella, ademas eso de que no sale de ella, si que sale, yo lo he visto...
En ese momento la chica quiso morderse la lengua, habia hablado más de la cuenta y todos esperaban que dijera donde y como lo habia visto, que hacia, no habia vuelta atrás, y contó que una noche que no podia dormir, salió a pasear y lo vio, fué dificil por que iba todo de negro, pero su tez tan blanca, casi de cera, se reflejaba a la luz de la luna, tuve curiosidad y le seguí, no bajaba al pueblo se alejo camino... camino del cementerio, y alli me dio miedo y no continue, le vi internarse y perderse entre las losas.
La gente se asustó ante el relato de la chica, y aquello solo acrecentó mas aún el halo de misterio. Pero ella sentía curiosidad, se sentia atraida por ese lado misterioso, queria saber que era lo que le habia atraido al pueblo, por que nunca hablaba con nadie, por qué siempre estaba solo.

Y ella empezó a frecuentar su casa, lo veia salir, con su mirada triste, pasear entre los olmos y los chopos, perderse y despues de unas horas volver y encerrarse de nuevo. Hasta que un dia, provocó un encuentro, se cruzó en su camino, él la miro extrañado, e intento evitarla, ella le cerró el paso.

"No te vayas, habla conmigo". le dijo, pero él se negaba, "no ganaras nada conociendome, no tengo nada que ofrecerte, es mejor que sea asi, vete". "Está bien, no hablare contigo, pero al menos déjame acompañarte" .

Él no se negó y ella pudo acompañarlo por un tiempo, hasta que un día, no aguantó mas y le habló.
"Quiero saber que es lo que te ocurre, por que tu piel es de un blanco mortecino, por que vas de negro y visitas el cementerio, por que rehuyes de la gente..." Él se paró, y la miró sin decir nada, lentamente se quitó la chaqueta, y la camisa, ambas negras como la noche, y cuando su pecho quedó a la vista de los ojos de la chica, ella pudo ver un gran agujero negro como la noche alla donde debia haber un corazón.
Le miró con lágrimas en los ojos, "eso, es... dime que paso, no puedo imaginar a alguien sin..." no podia decirlo, no tenia el valor suficiente.
Él se cubrió de nuevo, y volvío sus ojos mortecinos a los de ella, con un susurro, arrastrando las palabras le habló.
"No siempre he sido así, antes mi piel era morena por el sol, y mis ojos centelleaban, disfrutaba de los colores, y bebia de la vida, fui feliz hasta casi explotar, hasta peder la razon, hasta creer no merecerlo. Pero un dia, una mano negra se introdujo en mi pecho y me arrancó todo aquello que amé, y el dolor que produce el olvido, el dolor que produce el silencio, se hizo mi amante, y empecé a odiar la luz del sol, las risas, el contacto con la gente, y me fuí refugiandome de tal manera que nada mas me hiciera dolor, y maté los recuerdos, solo que algunas veces estos se convierten en fantasmas, y huí tambien de estos, y aqui estoy. No tengo nada ya que dar, ni siquiera me quedo el valor de abandonar todo, ahora me limito a ir desgranando los dias, a perderme en el silencio y a ver mis fantasmas en el cementerio."

"pero asi no se vive, eres solo un zombie, y yo creo que sé como curarte". "No, no hagas nada, no quiero tu cura no te he pedido nada, no debí dejar que me acompañaras..."

Pero la chica se quito el jersey y dejo sus pechos níveos desnudos delante de él, cogió su mano y se la acercó a que la acariciara, él noto el calor de su piel, pero la chica empujo más y más fuerte hasta que su mano entró en su pecho y rozó su corazón, "toma un pedazo, no es mucho lo que tengo, pero es tuyo", y él cerro los dedos sobre un pedazo del corazón de la chica, y este se desprendió sin esfuerzo, ella tomó sus manos y las acercó al agujero negro del pecho de él, y lo hundió hasta el fondo de aquel pozo negro.
Y alli ese pedacito de corazón, empezó a latir, y la piel mortecina cobro poco a poco su color natural, y su mirada recobró el brillo, y sus labios esbozaron una sonrisa.

Cuentan que la chica desde aquel día se fué a vivir con él, y que plantó en el jardín azaleas, y amapolas, que pinto de arco iris las paredes de la casa, y que en una gran hoguera quemó los visillos negros.

En algun lugar alguien miraba un calendario, era un 14 de febrero, y alla más allá de las nubes, alguien comento que un dia san valentin se disfrazó de mujer.

martes, febrero 12, 2008

san valentin

Estaba en clase, la profesora nos manda una redacción para el día de san valentín, lo primero que pienso es en hablar de la fiesta, del marketing y del negocio que montan los centros comerciales, pero pensé que eso lo escribiría mas de un compañero, y al fin y al cabo san valentin no es el día de los enamorados? asi que escribire sobre el amor.

" el amor...
busqué en wikipedia la palabra:

El amor es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional entre dos personas con una importante influencia en sus relaciones interpersonales y sexuales mutuas. Sin embargo el término se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como el amor platónico o el amor familiar, y también en un sentido más amplio se habla de amor hacia Dios, la naturaleza, la humanidad en su conjunto.

Pero lo vi muy frio y academico, y entonces recordé una historia, una historia que me contaba mi padre.

"Era una tarde de otoño, de esas que el frió cubre las calles y la oscuridad de la noche mata los rayos del sol cuando aun no han dado las 6. A mi esa tarde se me estaba haciendo eterna, tenía una cita, la segunda cita y deseaba volver a verla, quizas por que en la primera todo son nervios y no da tiempo nada mas que a una toma de contacto, y hoy... , hoy seria mas relajado. Tomé el metro hacia donde habíamos quedado, estaba nervioso, cuando llegué notaba el latir de mi corazón, parecía que queria correr los 100 mtrs vallas,sentia que me ahogaba.
Esperé y de pronto allí apareció, con su sonrisa, nos dimos los dos besos de rigor, abrí la puerta y la dejé pasar.

El bar era pequeño y acogedor, unas mesas a la derecha de la entrada y al fondo, con una escalera en el centro, que te llevaba a una especie de altillo, donde habia 5 mesas, un sofa largo apoyado contra la pared, y unos sillones estrechos, junto a la pared que hacia de barandilla. Elegios sentarnos en el sofa, en la esquina opuesta habia una pareja que se comia a besos.
Subió el camarero y pedimos, nos miramos, y empezamos a hablar, las palabras se deslizaban como lo hacen las hojas al caer el otoño, yo casi no escuchaba, miraba sus ojos, el brillo de la alegria saltando en sus pupilas, el caer de su pelo sobre sus hombros, y de vez en cuando esa sonrisa que flotaba y me hacia sentir un calor especial que anidana en mi pecho, yo dejaba caer mi mano cerca de la suya intentado que se rozasen ligeramente, sentir ese leve contacto, y mi sangre fluia por mis venas bombeada por un corazon que danzaba a un ritmo loco, veia sus labios moverse al hablar y los imaginaba rozandose a los mios, su mano entrelazada en la mia, y mi brazo cruzando su cintura. de vez en cuando tenia que desviar la mirada, por que ya casi ni la escuchaba perdido en mis ensoñaciones, sentia calor, y su mirada se anclaba mas y mas en mi, no quería mirar el reloj, solo estar alli, dejandome llevar por lo que sentía.

Si alguna vez alguien me hubiese preguntado que deseaba, hubiera sido eso, quedar una tarde de otoño, donde la noche parece cobijar los sentimientos, en un lugar tranquilo, con alguien que te haga sentir bien y especial, con los nervios de las primeras citas, oir su voz, poder perderse en una mirada, reir, reir, y reir sin preguntarse por que, desear que ella deslize su mano para notar un roce, mover despacio los dedos y notar el calor de su piel, desear desde lo mas profundo, que ella incline la cabeza y sentir mas cerca sus labios, soñar que los une a los tuyos, y que de pronto ya no hay nada mas, no existe el mundo ni el tiempo nada mas que solo ella y yo.

Luego por mucho que uno no lo desee llega la hora de marcharse, y la duda ¿la beso o no?, y al final das dos besos de nuevo pero mas despacio, mas cerca de la comisura de los labios, ¿nos volvermos a ver? ... y ese tiempo que tarda en contestar es un abismo sin fin, - si, ¿te parece mañana aqui mismo?-, y uno no sabe si saltar de alegria o salir por la calle gritando que la volvera a ver.
Y cuando te vas y coges el movil, le mandas un mensaje: "ha sido una tarde maravillosa, me ha encantado estar contigo, dulces sueños, besitos"..., por que en eso consiste el amor, en esos pequeños detalles, bubujas de felicidad, que terminan envolviendote y pintando de color tu vida."

Esta es mi redaccion, aunque sea una historia que me cuenta mi padre, ya se que san valentin es un dia de febrero y no de otoño, pero... tiene el amor que celebrarse un dia o no deberia ser que todos los dias celebrasemos el amor?

Llegué a casa, y alli estaba mi madre, la miré, y pensé en que habria sentido ella sentada en el bar delante de mi padre, si lo que él me cuenta ella lo vivió de la misma manera, seguro que sintió algo muy parecido, los dos alli enamorandose perdidamente deseando que sus manos se tocasen...

Y yo soy un niño y no entiendo aún de amores y que estos acaben, quizas cuando crezca... eso si, al menos haré caso a mi padre y luchare cada dia cada segundo para que esa sensación permanezca, porque como vi en una peli, no hay nada mas maravilloso en este mundo que estar enamorado y ser correspondido.

viernes, febrero 08, 2008

Blanco y negro

Mi vida se deslizaba ligeramente, hasta que apareció.
Y todo cambió.

Aquello trastocó mi vida, al principio mis miedos, mi inseguridad, levantand muros que podrian parecer infranqueables. No queria encariñarme, no quería enamorarme. Y aunque veia que era inevitable, no quería volver a sentir ese dolor que te traspasa las entrañas.

Y alli estaba, con mi mundo cambiado, quien me lo hubiera dicho, cuando todo surgió de la nada y ahora había una nueva luz, un nuevo amanecer.

Y viendo todo aquello que me rodeaba, no podia dejar de sonreir, de sentirme feliz, aunque la armadura oxidada siguiera puesta, aunque intentara protegerme del dolor.

Tenía unos ojos negros como la noche, y su sonrisa podia iluminar cualquier estancia solo con verla, irradiaba vida, era imposible no sentirse atraido.

Y me dí, con mis errores y mis reservas, al fin y al cabo aquello habia llegado de esa manera.

Africa.

Una tierra extraña, donde habia llegado, donde mi vida cambió, en aquel poblado donde esos ojos negros y esa sonrisa me envolvieron, donde a pesar de no querer enamorarme de aquella tierra y de su gente, uno cede al final y cae rendido.

Volví a ser yo. Pese a todo, sonreia cuando sonreia, lloraba cuando por las noches bajo el cielo unico y estrellado de aquel poblado, sentía que le mundo se habia olvidado de toda esa gente, y dejaba que esos sentimientos me cubrieran.

Y me dí.
Como nunca antes lo había hecho

Porque dar es recibir y sentirte feliz.

El sol ahora es diferente, aunque abrase sus tierras,y ellos vivan en la mas mísera pobreza, a pesar de todo son felices y lo transmiten, y alli me veía con ellos, un dia apoyandolos en sus cambios, otros simplemente escuchando sus historias, durmiendo en sus cabañas, haciendo lo poco que yo podía ofrecerles.

Y lentamente me enamoré de todo aquello, y la armadura cayó y cayeron los muros, y su mundo empezó a ser mi mundo, cuando sus ojos negros como la noche me invitaban a salir de su poblado, a ir a ordeñar aquellas enjutas vacas, a amasar las semillas y preparar una cena alrededor del fuego, a oir los canticos en noches solitarias, donde los sonidos se convierten en una melodia que nunca se olvida.

Asi es esa tierra, asi es mi nuevo mundo.

De vez en cuando tengo contacto con el exterior, con mi ordenador logro volver a aquello que dejé atrás, ya casi extraño para mi, sin nostalgias, y veo en el poblado , en esos ojos negros el miedo, como si fuera a irme de alli, a dejarlos, a abandonarlos como les habia sucedido tantas veces, los olvidados del mundo.

Pero no, mi mundo es ahora su mundo, no me olvido de mi pasado, y mantengo esa unión que da una pantalla y un teclado, y luego todo se queda alli, por que de alguna manera mi corazon ahora esta en aquella tierra que es polvo, en esas cabañas y en esos ojos.

Hasta que empiezo a escribir en mi ordenador... "por fin he encontrado mi sitio, por fin este puede ser mi hogar, por fin creo que nunc...." y se corta de improviso.

Hay gritos fuera.
Me asomo.
Y el mundo que conocia esta cubierto de polvo, y metal.

Y se acercan esos ojos negros y esa sonrisa, y levanta un kalansnikov, frio como la noche apuntandolo a mi cabeza, y entonces veo que los colores se borran y ahora solo hay blanco y negro.

Miro a sus ojos, parecen que lloran, no puedo reprochar nada, me mira silenciosamente, incluso con pena, denteniendo el tiempo en unstante pero la vida es asi, y siento como desliza el dedo en el gatillo, y la bala sale silenciosa hasta estrellarse en mi cabeza con un ¡¡ BAMM !!

A veces la muerte llega asi.

lunes, febrero 04, 2008

la chica del apartamento ... Final.

Al despertar estiró el brazo y solo sintió la frialdad de las sabanas, aun la almohada conservaba rastros de su colonia, miré al despertador eran las 7.30, tenía que levantarme ducharme y salir corriendo a trabajar.
Noté a la nostalgia volver a mis ojos cristalizandose en lagrimas, se había ido, sin decir nada, calladamente, como los ladrones hacen, - pensé- .
Bueno al menos hizó que despertara de mi letargo,ahora tengo una vida por delante. Sentí el vacio, ese abismo negro de verme sola para siempre, y el silencio de mi casa me arropó como una segunda piel, el mismo que sentiría cada tarde al llegar a casa. Ya no habría mas llamadas, ni mas sms, no habría viernes a los que acogerse despues de una dura semana, quizas - me dije- no debí dejarlo, pero no, tengo que seguir adelante, seguro que algo bueno vendrá y si hay noches como las de hoy, las intentaré vivir al máximo.

Lloré mientras me duchaba, de alguna manera aquel chico que escribía, me pareció diferente, no sé cuanto ni como sería estar con él, pero no supuse que todo se quedará en una noche de sexo desenfrenado... aun asi me habia hecho sentir viva.

Salí a la calle, el frio azotó mi cara, y me devolvió un poco a la realidad, me sentía sola, si, pero era una soledad totalmente distinta a la que sentia hace unos días, empece a pensar en las cosas que podría hacer, quizas un curso de yoga, o baile de salón, dicen que se conoce mucha gente alli. No sé si estoy preparada para conocer a alguien de alguna manera me da mucha pereza, llegar a tener esa complicidad que a mi me gusta, amigos, empezar a conocerse, me hizo sentirme muy muy cansada.
La imagen del chico que escribía no se me iba de la cabeza, ¿por que no me habria despertado? ¿por que se habia ido sin decir nada? quizas no debí dormir con él, quizas deberia haberle dicho q preferia dormir sola, al menos .....

- déja de pensar en él , - me dije. Ya no está hay q empezar a trabajar, olvidarse de todo. tenía mucho, pero mucho que hacer y eso me vendría bien, ya alguna vez me habia volcado en el trabajo, mi mejor antidoto contra los recuerdos...

Había pasado cerca de una hora, cuando me llamaron de recepción, noté ciertas risitas al telefono, me acerque y alli sobre la mesa habia una rosa y un sobre.

- creo que es para ti... ya nos lo contaras. ¿no?
Mi mirada bastó para contestarlas, me volví a mi sitio, en el sobre no habia ninguna indicación, lo abrí nerviosa.
Con tanta prisa el filo del sobre me cortó, algunas notas de sangre cayeron sobre la nota. la leí deprisa casi las palabras se tropezaban unas con otras en mi cabeza...

"siento haberme ido con tanta prisa, pero estabas tan dulcemente dormida que me dio miedo despertarte, no encontré un boligrafo para dejarte una nota pero si ví una carta de tu trabajo y recordé su dirección.
Te espero esta noche a las 8 en la puerta del bar.

Hay a veces un fulgor
Hay a veces un instante
Hay a veces un simple brillo
y depues nada ya es igual.

Un beso"

Noté palpitar mi corazón, esta noche, una cita, y mi cabeza ya voló a mi armario, que ponerme, me sentía como una niña de 15 años.

Dios!! como tardó en llegar las 6.30, ir corriendo a casa ,ducharme pelearme con el armario, dejarlo todo colocado por si volviamos... uffff que estres.

Y aqui llego, como siempre con retraso, pero le veo y lo primero que hace es sonreirme, y ya me tiene ganada,
- Pense que no vendrias, ya me iba a ir.
- Pero si llego solo con 10 minutos de retraso, tan poco me hubieras esperado?
- es broma hubiera esperado toda la noche si hiciera falta.

Sonreí y creo que hasta me ruboricé un poco, él me tomo de la mano suavemente como si temiera hacerme daño.

- Hoy quiero que te olvides de todo, solo dejate ir...
- esta bien.

Y aparecimos en su casa, un lugar pequeño comparado con mi apartamente, pero muy acogedor.
me quitó el abrigo puso una música suave una barita de sándalo y la verdad es que me gustó.

Lo vi como encendia unas velas y se perdia en una rinconcito donde estaba la cocina,

- Una copa de vino?
- Si, puedo ayudarte?
- No, pero si quieres venir aqui a mi lado

Me puse a su espalda, el sitio no era muy amplio, cocina americana a un lado una ventana que da a un patio abierto enorme, con fachadas a lo lejos, unas estaterias con botes cristal de ikea, un puerta de color teja y entre esta y la puerta de un pequeño armario dos estanterias y una mesa con unos muñequitos de arcilla pense que ahi le vendría bien un libro que me encanta "Princesas" lleno de ilustraciones que seguro a el chico que escribia le gustarían.

Lo miraba como poco a poco iba haciendo la cena, y me preguntaba si me gustaba una y otra cosa, uno y otro condimento, se esforzaba por complacerme

retiro todo de una pequeña mesa de madera, sobre ella dejo caer dos manteles blancos individuales dos copas y una vela, me miro le mire y sonreimos.

hacia tiempo que nadie se mostraba tan preocupado por mi, y por un momento temí que aquello solo fuera una forma de conquistarme que fuera solo ese momento y como si oyera lo que pensaba...

- sabes? me encanta cocinar para alguien hacía mucho mucho tiempo que no ponia una mesa asi, y espero que no sea la ultima.

Cenamos, y hablamos de mil y una cosa, me sentia a gusto con él, como si todo fluyera en su estado natural.

- Te apetece helado y cafe? Nos sentamos en el sofa vale?

Y asi lo hicimos, se sentó a mi lado y acarició mi pelo retirandolo de mi cara, acerco sus labios a los mios en un suave roce, despacio sin prisas su mano acariciaba mi nuca, y mi boca se abrio a la suya.

Lentamente le rodee con los brazos y me incline para que el reposara sobre mi, levanto su cara y me miró

- quiero que seas completamente feliz, dejate llevar.. - me susurro, mientras volvia a besarme.

Nos desnudamos con prisas, con urgencia como sin la noche quisiera tomarse vacaciones, y ya entre las sábanas, nuestros cuerpos se encontraron engarzandose, anudandose en eslabones de pasión ...

Un olor a café me despertó, y él mirandome.

- Buenos dias
- Hola llevas mucho despierto?
- Si pero da igual, dime como te gusta el café

Desayunamos, no habia prisa, y nos arremolinamos en las sabana, juntos...
mis labios se despegaron y de ellos brotaron unas palabras que ni siquiera nacieron de mi cerebro

- Y ahora?
- ahora lo q sientes, lo que sentimos, durará lo que dure el amor....


Y fin.