miércoles, noviembre 30, 2005

La camiseta

Hubo una vez un chico que siempre quería agradar a todo el mundo, hacer feliz a todo el mundo, que se cumpliera de él lo que el resto de la gente esperaba de él. Un día se compró una camiseta y cuando salió a la calle todos le decían lo guapo que estaba con ella, lo bien que le quedaba. El chico estaba encantado, pues nunca antes se habían fijado tanto en él.
Así que decidió no quitarse nunca más la camiseta.
Pero el chico creció y creció y la camiseta le iba apretando cada vez más, ya casi ni se podía mover, no fuera a ser que se rasgara y aún así se creía feliz por que la gente le decía lo hermoso que estaba con su camiseta,
Hasta que un día, tan apretada le estaba la camiseta, que le asfixió.

lunes, noviembre 28, 2005

Un paso adelante, dos atrás

(Basado en una cancion del genial Bruce Springsteen)

Cuando aun no son las 6 en el reloj, te revuelves entre las sábanas, con tu mirada penetrando en la oscuridad y tu alma lejos de alli.

Un paso adelante, dos atrás...

Te levantas haciendo las mismas cosas que ayer, que hace una semana, que hace un mes. El silencio de la casa se te clava en la piel como cuchillas afiladas.

Un paso adelante, dos atrás...

Tomas tu coche y vas a la fabrica. Murmullos, miradas perdidas, el gran horno crepita, ayer fueron siete, quizas hoy te llamen: Hey, mañana ya no vuelvas, puedes recoger tus cosas.

Un paso adelante, dos atrás...

Las 6 de la tarde, un silbato grita en la tarde, pasos cansados, cuerpos deshechos, y vas al bar en busca de consuelo.

Un paso adelante, dos atrás...

Vasos de whisky entre dedos gastados, ilusiones perdidas, sueños ahogados, gente alrededor con la esperanza partida en dos, barra de bar como puerto sin barcos.

Un paso adelante, dos atrás...

Esa noche tomas tu auto, aire en la cara, motor rugiendo, asfalto caliente que devora la noche.

Un paso adelante, dos atrás...

A lo lejos aun puedo oir la explosion rasagando la noche

Un paso adelante, dos atrás...
Un paso adelante, dos atrás...

miércoles, noviembre 23, 2005

Mariposa..

Batió sus alas, “que linda eres, mariposa”, le decían quienes la conocían. Más ella no terminaba de creérselo.
Volaba de aquí para allá, la mayoría de las veces sola, le encantaba ir a lugares desconocidos, o acercarse a la orilla del lago, posarse en una hoja y estar allí
horas y horas mirando las aguas quietas y el azul del cielo.
De vez en cuando ayudaba a las hormigas a llevar los pequeños granos a su hormiguero, o cogía algún palito y ayudaba a reconstruir el nido de sus amigos los pajaritos.
Y ella seguía con sus vuelos, con sus viajes al lago.
“Qué linda eres mariposa”, le decían quienes la conocían, más ella no terminaba de creérselo.
Y se acercó a ver a las hormigas, más estas iba a ver a cantar a la y no la hicieron caso, y se fue a ver a los pajaritos, más estos volaban raudos a ver a la cigara y tampoco la hicieron caso.
Se fue volando hasta donde ella se sentía bien y allí en las aguas del lago se miraba, “no creo que lo haga tan mal, aunque a veces me guste volar a solas y venga aquí a perderme”, pero un sentimiento de tristeza la lleno, y sin quererlo formó una crisálida y se encerró en ella, esperando la llegada de la primavera.

martes, noviembre 22, 2005

Algo falta

Esta mañana al salir de la ducha, me miré en el espejo y busqué y busqué... hasta que me dí cuenta que a Dios se le olvido ponernos algo...

¡¡¡ UN BOTÓN DE RESET !!

lunes, noviembre 21, 2005

Un test q me encanta..

Tomado del blog de bohemia, no pude resistirme...

Si yo fuera una estación del año sería...Primavera entrada a una estación deseada...
Si yo fuera un mes sería… Mayo brisa y calor...
Si yo fuera un día de la semana sería…Viernes...dia donde los sueños quizas se hagan realidad

Si yo fuera un momento del día sería…el regreso a casa como el regreso del soldado al hogar...
Si yo fuera un planeta sería… Pluton, lejano y olvidable...
Si yo fuera un animal sería… Un ave, para volar o un elefante...
Si yo fuera un mueble sería… Un perchero ...
Si yo fuera un líquido sería… Agua...
Si yo fuera un instrumento musical sería…Un piano, tocado con la levedad de novecento...
Si yo fuera un sentimiento sería…Ternura...
Si yo fuera una verdura sería… Una lechuga por como soy a veces...
Si yo fuera un verso sería...cualquier verso capaz de sacar una lagrima...
Si yo fuera una canción sería…aquella q se tararea cuando se es feliz..
Si yo fuera una comida sería… fresas...
Si yo fuera una parte del cuerpo sería…Los ojos, soy un voyeur...
Si yo fuera un olor sería…Olor de hierba después de llover...
Si yo fuera un objeto sería…Un libro...
Si yo fuera una asignatura sería…filosofia...
Si yo fuera un dibujo animado sería…Sebastián el cangrejo de la sirenita
Si yo fuera una figura geométrica sería…una figura con muchos muchos vertices...
Si yo fuera un número sería…El 8 es mi numero favorito...
Si yo fuera una flor sería...Una margarita, si, no, si , no...
Si yo fuera un coche sería…Un pequeño pero con un gran reprise...
Si yo fuera un famoso sería…Alguien con talento...
Si yo fuera un color sería…Verde...
Si yo fuera una ciudad sería…Madrid sin dudar, aunque eche de menos el mar...
Si yo fuera un dolor sería…el dolor de la pérdida...
Si yo fuera un mar sería… El mediterraneo o el caribe transparente y azul-verde esmeralda...
Si yo fuera un idioma sería…Español... sin dudar

Y si prendieran...

- La noche de las pléyades, (noche de lluvia de estrellas), nos reunimos todos en la playa con el mar de fondo, oscuro, lleno. Su breve sonido es lenta llamada que va calando el alma.
Y nos tumbamos en la arena, una, dos, tres.... ¿las has visto? a veces tiendo mi mano por si puedo atrapar alguna... mira aquella, sólo segundos pero el universo entero queda paralizado al paso de las estrellas fugaces.

Y llueve..... llueven a decenas....
Y desaparecen.... desaparecen a decenas.

A mi lado un niño se tumba, con los ojos cerrados, le pregunto: ¿no quieres verlas?, me dice: ni quiero, ni puedo, pero todas esas luces prenden en mi alma, y aunque son breves y fugaces para tus ojos, son huellas en mi alma.

Y al acabar de decirmelo, cerré los ojos, y las luces prendieron en mi alma.

lunes, noviembre 14, 2005

Un cuento...

Basado en un cuento de Papini.


Hubo una vez un hombre que cansado de oir la palabra felicidad se decidió a buscarla. Salió una mañana de su casa y empezó su camino....
Cruzó pueblos.
Cruzó ciudades.
Subió montañas.
Bajó los valles.
Pero no encontró la felicidad.
Navegó por mares.
Atravesó ríos.
Se perdió en grandes lagos.
Pero no encontró la felicidad.
Surcó los aires
Y seguía sin encontrar la felicidad.
Al final en un pueblo lejano, se cruzó con un anciano, cansado, se sentó a su lado y le contó el motivo de su viaje por si había oído donde estaba la felicidad y por que había abandonado su hogar.
El anciano rió y rió....
Te voy a contar una historia, le dijo
- en casa de un hombre, había un hermoso reloj, pero con el paso del tiempo se había estropeado y sus agujas marcaban las 7 en punto. Cuando le preguntaban por que mantenía un reloj estropeado colgado de la pared, él les contestaba : “Es cierto, este reloj parece inservible, allí en la pared estropeado, pero hay dos momentos en el día, cuando todos los relojes de la ciudad dan las 7 de la mañana o de la tarde, el reloj recobra la vida, si lo vierais en ese mismo instante no pensaríais que está estropeado, sino que funciona perfectamente, en armonía con el resto del mundo, y un instante después es el mismo reloj inservible.
Así soy yo, como ese reloj, estancado, quizás inservible con mi vida monótona, pero hay momentos, que siento la conjunción, siento esa armonía, y entonces soy capaz de hacer todo, de crear, de volar, de cantar de soñar, de sentir más cosas que en el resto de todo el tiempo.
La primera vez que me sentí así, intenté atraparlo, como quien intenta atrapar burbujas de espuma, creyendo que podría durar para siempre, pero es como mi amigo el reloj, ese instante pasa y vuelvo a mi vida, con mis historias, mis rutinas... mi vida. Pero sé que la vida es otra cosa, es la suma de aquellos instantes, que aunque fugaces, somos realmente nosotros mismos, un “yo” con el universo, somos esa burbuja de espuma anidando en nosotros.
La felicidad como un tiempo intemporal no existe, sólo esos instantes de plenitud total.”

El hombre le dio las gracias al anciano y regresó a su hogar, la búsqueda había terminado.

Nota:” La vida es breve y única, aunque todos creamos que somos inmortales, es tan breve como la caída de una hoja en el otoño, leve, suave y rápida”

jueves, noviembre 10, 2005

Rayos de luz

Aquel hombre, sin saberlo se había instalado hacía tiempo en una habitación oscura y pequeña, De vez en cuando entraba la luz.
Rayos pequeños.
Líneas que partía en dos aquella oscuridad.

No sabía cuando ni como había sucedido, únicamente amaneció de aquella manera envuelto en esas tinieblas, en esa habitación.
Rayos pequeños.

Y pasaba el tiempo, implacable, mientras él se aclimató a su mundo, la puerta se fue oxidando poco a poco, las quejumbrosas ventanas fueron dándose de si lentamente hasta hacerse casi imposible su apertura.
Y desde allí empezó a ver su vida pasar.
En rayos pequeños.

Algunos días corría las cortinas lo suficiente como para que las imágenes de fuera no le hirieran, no le trajeran aquellos recuerdos que él había arrinconado en un sótano de su corazón.

Se hizo amigo de la noche, del aire que respiraba y de la imagen que veía en aquel gran espejo.
Mientras afuera el tiempo seguía, su vida se deslizaba entre veredas sinuosas aparcadas a lo lejos de la playa, del sol, de la lluvia, de sentirse mojado, de sentirse caliente, de sentir una cama vacía pero a la vez con la esperanza de llenar su hueco, se sentir la tibieza de una piel sobre su piel.
Rayos pequeños de esperanza.

Que raro es el mundo, con sus extrañas reglas, sus compromisos, como si alguien quisiera tener marcada en la hierba con cal el camino a seguir, y ahí amontonándose como una hilera de hormigas desfilando, la gente se arremolina tras esa línea . Izquierda y derecha, derecha e izquierda, Y aquel hombre desde su ventana veía el lento desfile, algunos salían corriendo descalzos y ya no se les volvía a ver, otros volvían al cabo del tiempo a la hilera y otros habitaban en cuartos como el suyo.


Una vez, un corredor que huía de la línea, se dio la vuelta y arrojó una piedra hacia su cuarto,
con tan mala suerte que hizo añicos el cristal, rasgando la espesa cortina.
Y los pequeños rayos se convirtieron en inmensa luz.

El cerró los ojos, vano esfuerzo, aquel aroma a salitre le fue invadiendo poco a poco, tomándole lentamente, embriagándole como a un borracho.

Dicen que el sentido de la vista es el mas fuerte, que equivocados estaban, aquellos aromas le envolvieron abriendo puertas en sus recuerdos por la cuales estos huían fugaces.
Niños saltando en la orilla de aquel mar.
Risas y llantos.
El temblor de aquel primer amor bajo la luz de las estrellas.
El hondo dolor del abandono.
Saetas cruzaban de aquí a allá, de allá a aquí, abriendo huecos, dejando surcos tras de si.

El hombre no pudo resistirlo mas, y se lanzó contra la ventana, arrancó las cortinas, tiro del marco, corrió ventana tras ventana, abriéndolas de par en par, y la luz se adueño de la habitación y el olor perfumó su alma.
tomó aquella piedra verde esmeralda y vio como el lanzador ya en la lejanía parecía sonreírle,
y se perdía y se perdía.

Quizás no fuera del todo una casualidad, quizás aquella piedra iba hacia su ventana, tan solo quizás...

jueves, noviembre 03, 2005

Uno de Noviembre

Por aquellos pequeños altavoces, sonaba una voz rasgada, ahogando el silencio de la solitaria habitación. Sin luces, cerré los ojos, pude sentir mis arrugas surcando mi piel, como caminos en aquellos campos de castilla que tanto dieron por escribir.
Dejo vagar mis pensamientos que se lanzan por la línea no marcada del tiempo, y vuelvo a un hogar ya casi olvidado, a telenovelas en la radio, a series caducas, vienen a mi imágenes borrosas, que lucha por aparecer nítidas. Tengo miedo, dicen que cuando no recuerdas la cara de una persona es que el olvido se la ha llevado consigo, pero aun puedo verlas. Su cabeza nevada como montaña, sus gestos, esa imagen de autoridad que encerraba todo lo contrario, su mirada y su felicidad cuando nos veía a todos juntos. Qué duro fue la vida con él, a veces me gustaría encontrarme con el inventor de todo esto y darme de hostias con él por lo que le hizo, pero dicen que los caminos del Señor son inescrutables, y quizás sea así. Junto a él también esta otra de las personas mas queridas para mi, aunque al final todo fuera mas lejano entre nosotros, le veo sonreír y me llena .

Los ojos se me empañan, oigo en un reloj dando las campanadas que anuncian el ocaso de un día y el comienzo de otro.

Son las doce de la noche y yo abriendo los ojos digo adiós al día de Todos los santos con el olor aún presente de los que un día se fueron.

Os quiero.