jueves, noviembre 03, 2005

Uno de Noviembre

Por aquellos pequeños altavoces, sonaba una voz rasgada, ahogando el silencio de la solitaria habitación. Sin luces, cerré los ojos, pude sentir mis arrugas surcando mi piel, como caminos en aquellos campos de castilla que tanto dieron por escribir.
Dejo vagar mis pensamientos que se lanzan por la línea no marcada del tiempo, y vuelvo a un hogar ya casi olvidado, a telenovelas en la radio, a series caducas, vienen a mi imágenes borrosas, que lucha por aparecer nítidas. Tengo miedo, dicen que cuando no recuerdas la cara de una persona es que el olvido se la ha llevado consigo, pero aun puedo verlas. Su cabeza nevada como montaña, sus gestos, esa imagen de autoridad que encerraba todo lo contrario, su mirada y su felicidad cuando nos veía a todos juntos. Qué duro fue la vida con él, a veces me gustaría encontrarme con el inventor de todo esto y darme de hostias con él por lo que le hizo, pero dicen que los caminos del Señor son inescrutables, y quizás sea así. Junto a él también esta otra de las personas mas queridas para mi, aunque al final todo fuera mas lejano entre nosotros, le veo sonreír y me llena .

Los ojos se me empañan, oigo en un reloj dando las campanadas que anuncian el ocaso de un día y el comienzo de otro.

Son las doce de la noche y yo abriendo los ojos digo adiós al día de Todos los santos con el olor aún presente de los que un día se fueron.

Os quiero.

1 comentario:

இலை Bohemia இலை dijo...

Hermoso, muy hermoso...
Seguro que tu mensaje llegó a su destino...
Besos de azúcar!