miércoles, agosto 17, 2005

Sueños son Parte 2

...
Siguió con el cuento, y en mi mente la imagen de aquel mundo, de sus dos lunas, de su gente, de su forma de ver las cosas, de sus vidas y de sus sentimientos, me transportaron también a mi. Y en aquella hora, un soplo de aire nuevo entró en mi ser, de alguna manera me sentía como un preso que después de cavar un largo túnel veía la luz y escapaba por él.

Pero la luz se apagó nada más abrir la puerta del café, y salir a la calle, me paré y vi el letrero en la entrada.

“Martes y jueves cuenta cuentos a las 19.00 horas”

Caminé con la sensaciones del cuento y de su voz aún palpitando, ¿y si existiera un mundo así, un lugar donde refugiarte, donde todo pudiera resultar diferente?
Llegué a casa y allí estabas tú y mi mundo, ese con quien mucha gente dice que sueña, me besaste ligeramente, automáticamente.

- ¿qué tal te ha ido?
- Bien, un día más, algo cansada, ¿quieres que prepare la cena?
- Deja, ya preparé yo algo, siéntate va a empezar el telediario luego cenamos.
.......

Apagué la luz de la mesilla y cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, busqué la ventana, el resquicio que dejaba ver el exterior y pensé en el cuenta cuentos y en su estrella y con esos pensamientos me dormí.

Pasé el miércoles, deseando que llegara el jueves. Y el jueves deseando que llegaran las 7 de la tarde. Por un momento me vi viviendo mas el futuro que el presente, aunque me preguntaba si alguna vez había dejado de hacerlo.
De pequeña quería tener mas años para salir con las amigas, luego llegar a ser joven para tener mas libertad, luego soñaba con ir a la universidad, luego.. luego.... luego me vi dejándome llevar, terminar los estudios, encontrar un trabajo, un novio, romper, asentarme conocer a otra persona y dejar de luchar.

¿En que momento uno olvida los sueños y se deja vencer?

Entré en el café, esta vez en el rincón no había más de tres personas, era pronto. Él llegó, miró a su alrededor y se sentó.
Sonrió.
Yo le sonreí.
Dieron las 7, sacó dos o tres hojas, miró a su alrededor, tosió ligeramente y empezó.

“... el martes os conté una historia de una estrella, de un lugar donde una persona se alejaba de un mundo que él simplemente había elegido, nada ni nadie le había obligado a vivir, y sin embargo eran esas noches de viaje las que le hacían vivir un día más con la esperanza de volver. Los cuentos son soplos, ráfagas de esperanza para el que los vive y para el que los cuenta, son como gotas de lluvia en una tarde de verano sofocante, pueden que nos refresquen, y que luego se evaporen, esos son los cuentos que pasan ligeramente sobre nuestros sentidos, luego están los cuentos que penetran, nos hacen pensar y cuando uno menos se lo espera aparecen en nuestra retina, o nuestra cabeza e incluso en nuestro corazón, y esos son los cuentos que estoy aquí para daros, pero no como un lector ante un oyente pasivo, busco corazones, mentes y almas activos, que sepan percibir que un cuento es algo vivo que nace y crece dentro de cada uno, transformándose con las vivencias que se le aportan. La estrella era un mundo para cada uno que la visitaba, hoy esa estrella será otro mundo, pues el tema del cuento es de vuestra elección, en cada mesa hay un papel, sé que al principio es duro decir en voz alta que cuento quiere escuchar, así que hoy, me lo escribiréis en un papel, y el martes que viene, será en voz alta...”

.......

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y por que pararse en la duracion de los sueños si lo importante es vivirlos, en las proximas entregas veremos, mientras tanto la vida sin sueños no es vida