viernes, julio 22, 2005

Cierre por vacaciones


Y por fin llegaron. Y me voy , me voy, me voy...
Sólo son 15 días pero espero se me hagan eternos largos y sin fin, disfrutaré de la playa, ese océano verde esmeralda de un azul tan intenso que se diría.....
Y disfrutare de la compañía de mi peque, 15 días para mi solito, sin tener que esperar a los fines de semana alternos, sin tener que soportar esos domingos de despedida...

Y a vosotros, los que habéis pasado por aquí, algunos dejando vuestra huella, otros silenciosamente como voyeurs, espero veros por aquí ala vuelta, y deseo que mis letras alguna vez os hayan acompañado, os hayan hecho reír o sentir, o volar o perderse un poco de este mundo que nos absorbe y devora...

Para algunos mis disculpas si en algo que hice o dije les pudo hacer sentir mal, para los que me conocen que sigan teniendo paciencia conmigo, ser extraño donde los haya, en proceso de recuperación, quien sabe si algún día—

Para los que piensan que callo, para los que piensan que soy especial, para los que piensan que “vaya coñazo de tio”, para todos mis mejores deseos que este verano suponga algo más que arena y playa, algo mas que unos días de vacaciones, es el cierre de una temporada, como en las series, y cuando septiembre nos reciba, que se abra el telón, que empiece el espectáculo, que lleguen días de vino y rosas...

Hasta Pronto.

miércoles, julio 20, 2005

el hada del lago

Aquel bosque era frondoso, verde, sus árboles cubrían todo el paraje, lo hacían hermoso. Después de haber recorrido diferentes lugares, ese bosque era mi hogar, me hacía sentir bien, pero no podía hacerme olvidar el mar. Aquellas noches en las que el mar se funde con el universo, cuando sólo deseas perderte entre los puntos de los barcos que se ven en el horizonte negro, allá donde la soledad de la noche recorre cada alma, cada madero, cada corazón.
Allí perdido en la oscuridad del bosque, sólo me unía con mi pasado, la soledad que vivía cerca del mar.
Vagaba en aquel bosque, echando de menos las estrellas y la mar, acompañantes silenciosas, mudas, pero fieles.
Fue a la vuelta de un recodo, cuando apareció un pequeño lago. Me acerqué absorto por aquella imagen, la noche iluminada por la luna lo hacía aún más bello, y cuando me senté al borde del lago pude ver su imagen reflejada en el agua. Dulce, pura, y sonriente, sus pequeños ojos se clavaron en mi, y sentí una paz inmensa. Rocé el agua con mis manos intentado atrapar esa imagen, pero con las ondas su rostro desapareció.
Entonces una voz, el duende del bosque, me habló:

- Has visto al hada del lago, difícil es verla, sólo aquellos destinados a vagar pueden ver su hermosura. Más es un arma de doble filo, por que de igual manera que podrás ver su belleza cada vez que te acerques al lago, y sentir lo que nunca los mortales son capaces de sentir, no podrás ser suyo ni ella tuya, es el pago por llegar a verla. Ahora en ti está la decisión, seguir tu camino o quedarte en el lago.


Pasé días pensando, y al final tomé una decisión, me lancé al lago nadé hasta lo más profundo y.......




y fui feliz.

Cuento de una sirena

….. en un mar lejano donde el agua rompía contra unos riscos, Vivian allí unas sirenas… había una en especial a la que le encantaba nadar sola perderse por las profundidades y de vez en cuando salir a la superficie cerca de los barcos de pesca, cosa totalmente prohibida, si su padre se enterara e eso seguramente no podría volver a hacerlo, pero ella era feliz así disfrutaba de poder nadar en plena libertad. Un día se acerco mucho a uno de esos barcos y vio un chico joven como ella tirando de unos amarres pudo ver su mirada y cuando por un instante le pareció que el clavaba sus ojos en ella una sacudida recorrió su cuerpo, nunca había sentido algo así, y pos si la veía se zambulló rápidamente en las profundidades.

Estuvo varios días dándole vueltas a lo que había visto y sentido, no podía contárselo a nadie si alguien se enteraba de que había estado tan cerca de los humanos seria la ultima vez que podría hacerlo… pero siguió nadando al lado del barco… Una tarde vio al chico que tomaba una barca de remos y se alejaba el solo del gran barco, le siguió y cuando se quiso dar cuenta había desaparecido, empezó a dar vueltas buscándole pero no le encontraba y entonces cuando emergió de nuevo apareció ante sus ojos, él sorprendido de tal aparición soltó los remos asustado, pero ella le sonrió y él sintió una tranquilidad se sentó al borde de la barca y empezaron a hablar….. ella le contaba cosas de las profundidades como Vivian y él le hablaba de bailes y de viajes.. y así tarde tras tarde se enamoraron…..

Un día, al comienzo del otoño, tras una noche de espantosa tormenta, la sirena se acercó al lugar donde se reunían pero el marinero no apareció y así pasaron varios días, ella seguía yendo todas las tardes y cuando empezaba a anochecer regresaba llorando…..
Y así pasó el tiempo, ya no le divertía salir a nadar ya no le hacia gracia perseguir a los delfines o hacer de rabiar a los caballitos de mar, solo se acercaba a los riscos y cantaba por su amor perdido,.
Un amanecer en el que el mar andaba revuelto vio unas extrañas cosas entre las piedras, cuando se acercó y las cogió pudo ver que eran restos del barco de su amor allí estaban maderas del barco, ropa y algunas cosas mas, entonces recordó la noche de la gran tormenta, el día siguiente había sido el primer día que ya no lo había vuelto a ver… y en su corazón supo que su amor había muerto…
Un honda tristeza le embargo ya no tenia sentido el esperar ya no tenia sentido el mar y las estrellas y nado hacia donde los grandes balleneros buscan sus presas… y cuando estuvo allí se pego a una gran ballena … se oyó un ligero zumbido cruzar el aire y un silbido callado desgarraba la tarde y el arpón se hundió en su pecho y la sirena se dejo ir al fondo del mar al encuentro de su marinero….

Dicen los pescadores que allí e el golfo de Vizcaya cuando las galeras impiden a los barcos salir a pescar, cuando la tarde se torna en oscuridad si fijas la mirada a lo lejos puedes oír los cánticos alegres de una sirena y las olas parecen que brincan felices por que en su interior nadan el alma del marinero y de la sirena…..

jueves, julio 14, 2005

El café


Aquel pueblo era su hogar, pero también era su cárcel. Las casas, la gente, y su forma de vida se habían convertido en muros infranqueables.
Todo había construido una enredadera en si interior, tan espesa que ya era incapaz de ver la luz, y se acostumbró, y se dejó ir.
Empezó a ver su vida pasar a través de la ventana, sin mojarse, como el que ve llover debajo de un soportal.
Sólo había un momento de ilusión en su vida, todas las tardes a las 5 en punto, entraba en el café, se sentaba en la tercera mesa, al lado del gran ventanal, pedía un cafe con leche fría, dos sobres de azúcar, y el café en vaso, por supuesto. Cogía la cucharilla, la ponía en el platito, mientras vertía los dos sobres, tres vueltas con la cucharilla, y su mirada se perdía en el remolino del café.
Lentamente y sorbo a sorbo, esperaba la llegada del autobús, este, diariamente a las 17.30 paraba enfrente del ventanal, los viajeros tenían 20 minutos para estirar las piernas, ir al lavabo o tomar algún bocadillo. Eran los 20 minutos en los que su vida tenía un aliciente. Desde donde estaba podía ver como bajaban del autobús, luego los seguía con la mirada mientras entraban en el café. En esos momentos era capaz de vivir 20 vidas, sus ojos iban de grupo en grupo, sus oídos captaban todas las conversaciones y por ese tiempo él era de otra cuidad, o viajaba a otros lugares, veía sus ropas sus andares, y vivía en ellos.
Nunca se había relacionado con ninguno, le aterrorizaba la idea. Tan dentro de sí tenia los muros que ya no quería ver lo que había detrás de ellos.
Aquella tarde, mientras daba uno de sus reposados tragos al café, el autobús llegó con cinco minutos de adelanto como si quisiera traer algo nuevo y no pudiera esperar mas.
Llegaba repleto de pasajeros que salieron corriendo para tomar sitio en el café. Cuando parecía que todos habían bajado, y ya buscaba con sus ojos en que grupo fijarse, la vio descender, pausadamente, como si a cada paso que diera ella supiera que la estaban observando, el pelo largo, recogido, una cazadora vaquera con el cuello alzado, los pantalones ajustados y una especie de zuecos. No pudo apartar la mirada de ella, quizás por que aun no había podido distinguir su rostro, la siguió mirando fijamente, hasta que en la entrada la perdió entre tanta gente.
Bajó la mirada de nuevo al café, cuando oyó una voz dulce:
- Perdona, podría sentarme aquí?
Levantó la mirada, y vio unos ojos grisáceos que se clavaban en el, sonriéndole
Dudó un instante.
- Si, claro, siéntate.
- Gracias, perdona es que está todo lleno
Llamo al camarero y le sonrió.
- eres de aquí?
Intento esquivar la conversación mirando a través del cristal, pero sintió su mirada penetrándole.
- Si soy de aquí, de este pueblo, de toda la vida
Se podía notar un acento de amargura en sus palabras.
Sin quererlo empezó una conversación, primero fueron las típicas preguntas para romper el hielo, luego cuando se quiso dar cuenta, estaba hablando de si mismo, de cosas guardadas dentro por tanto tiempo que parecían olvidadas.
Ella le miraba atenta, y por un momento él sonrió, sintiéndose el centro de aquel café, de aquel pueblo, de su pueblo.
- Perdona tengo que hacer una llamada.
Algo creció dentro de él, al principio fue un sentimiento de ansiedad, luego fue un vacío enorme, miró el reloj, en 10 minutos el mundo volvería a ser el mismo a atraparle, incluso temió que ella no regresara.
Y volvió.
- Perdona
Te dijo y volvió a sonreírte.
- Bueno y hacia donde te diriges?
En ese instante la miraste a los ojos y viste una profunda tristeza, parecía que había estado llorando.
- La verdad es que cogí el primer autobús que salió, necesitaba alejarme, quizás es una huida no lo sé. O quizás simplemente me estoy buscando a mi misma pero no quiero agobiarte con mis cosas.
- Por favor, no lo haces, continua si quieres contármelo....
- Es algo que se ha quedado dentro de mi como los posos de café, poco a poco todo lo ha ido llenando y ahora me ahoga. No me deja ser yo misma ni sentir, creo que el miedo a sentir me ha vencido por eso espero encontrar de nuevo el camino a casa.
- Pero por lo menos has tenido el valor de hacerlo y eso es el principio
El tiempo iba pasando y cada vez te sentías más a gusto, como si la conociera de hace muchísimo tiempo.
Tembló, de reojo vio que era la hora de partida, el café se estaba vaciando de viajeros, de la misma manera que se iba sintiendo mas y mas solo.
Ella se levantó, te dio dos besos.
- Gracias por el rato que hemos pasado, te deseo que todo te vaya muy bien, chao
Cuando llegó a la puerta se volvió, él vio su sonrisa por ultima vez y sus ojos.
Desde el ventanal la vio subir al autobús, algo se había roto en él, bajó la mirada al vaso, vació como él se sentía, y empezó a dar vueltas a la cucharilla como si aun tuviese café.

- ¿Podría volver a sentarme?
-
Levantó la mirada, asombrado la viste allí delante de ti.

- Pero, pero no te ibas, y tu autobús....
- Se marchó, hay más, me gustaría quedarme por aquí algunos días, ¿sabes de algún lugar barato para dormir?
-
La acompañó a la pensión y luego quedó con ella para cenar.

Pasaron los días, y la veía a menudo, dentro de él fue creciendo sentimientos enterrados en el tiempo, aquel pueblo ahora le parecía incluso mas hermoso, aun cuando a veces temblaba de miedo al pensar que un día ella se marcharía.
Fueron aprendiendo el uno del otro, las cosas que tenían en común, las que les diferenciaban. Los dos tenían miedo en su interior. El, a cualquier cambio que supusiera empezar de nuevo, conocer gente nueva, quizás por ese motivo aun seguía anclado en aquel pueblo, aunque sintiera que era una cárcel, se sentía mas seguro dentro de ella, que descubrir el exterior.
Ella, por su lado, prefería olvidar lo que era confiar , lo que era volver a amar, antes que sufrir de nuevo ese dolor insoportable que la había desgarrado el alma.

Y los miedos se conocieron y salieron a la luz, unas veces parecían desaparecer con la luz del sol, otras resurgían para recordar el daño que aun podían sufrir.
Era como si al estar los dos juntos, cada uno pudiera vencer el miedo con la ayuda del otro miedo.

Y a pesar de que las paredes que él había formado eran altas, estas empezaron a agrietarse, dejando entrar la luz y la ilusión, pero a su vez también dejaba paso al sentimiento de perdida.
Desde el momento en que ella le pidió sentarse en el café, su mundo cambió, y ya no había marcha atrás, él lo sabia, nunca nada seria igual que antes.
La incertidumbre de no saber que pensaba ella, de cómo podría reaccionar ante su miedo, le carcomía.
Y él volvía al café, algunas tardes, cuando veía en los ojos de ella la soledad, el deseo de estar sola, cuando asomaba la cercanía de su marcha.
Y allí los autobuses ya no eran los mismos, ni la gente que bajaba, ni sus mundos, solo los sueños que corrían por su mente eran lo que daban vida a ese café.

Una mañana, fue a buscarla a la pensión, pero allí le dijeron que ella había partido a primera hora, el corazón se le acelero mientras un frió helado corría por sus venas. Llegó al café y allí estaba... una nota

- Gracias. Me hubiera gustado poder decírtelo pero me da miedo, me das miedo, Tengo que vencer lo que siento y creo que debo hacerlo yo sola. Adiós, un beso muy fuerte y gracias.

Todo se desmoronó ante sus ojos.

Y los días volvieron a ser los mismo, y la cárcel volvía a ser la misma con las paredes mas altas aun.

Y a las 5 en punto, entraba en el café

Y se sentaba en la tercera mesa, al lado del gran ventanal, pedía un café con leche fría, dos sobres de azúcar, el café en vaso, por supuesto. Cogía la cucharilla, la ponía en el platito, mientras vertía los dos sobres, y al dar las tres vueltas con la cucharilla, lloraba.
A las 17.30 cuando la viajeros empezaban a entrar en el café, se le podía ver saliendo de el, caminando hacia ninguna parte.

Volar


Estaba al borde del precipicio y..........

Sonreia.

Alli se sentia libre y feliz, lejos del poblado, se dejaba llevar por la brisa del mar, en sus ojos brillaba la ilusión de ver como los albatros se dejaban caer para luego remontar el vuelo, una y otra vez, una y otra vez...

Soñaba.

Entonces le llamaban, salia de su ensoñación y sintiendo que alli se quedaba parte de su alma, volvia al poblado.
Al principio nadie le preguntaba nada, pero un dia, lo que él habia esperado tanto tiempo, surgió como un golpe frío:

-¿Pero que haces todas la mañanas alli, perdiendo el tiempo?
- Estoy aprendiendo a volar. Contesto simplemente

Las risas de la muchacha que le habia preguntado, inundaban todo su ser, y aunque al principio se llenó de rabia, esta dejó paso a la indiferencia.

- Riete si quieres, pero un dia volaré

Cada dia pasaba mas tiempo en el acantilado, y cada dia eran mas las burlas que le hacian. Ya no sólo era la chica, casi todo el poblado se reia de él, unos incluso se apartaban, no fuera a ser contagioso, y cuanto mas sentía el desprecio, más crecian en él los sueños de volar.

Unicamente habia una persona que no se burlaba, el hombre mas viejo del poblado, sólo le miraba, sin decirle nada, le escuchaba cuando contaba como los albatros abrian sus alas y tomando el aire caliente bajo sus alas, se dejaban arrastrar por el sin mover una pluma.
Cuando terminaba de contarlo, el viejo se levantaba, se le quedaba mirando, le sonreia, y murmuraba unas palabras.

El nunca las oyo.

Era un dia claro, el sol iluminaba las aguas, convirtiendo su azul en un verde esmeralda que invitaba a sumergirse en ellas.
Avanzó hasta el borde, allá abajo el mar rompia entre las rocas, finas gotas mojaban su cara y entonces saltó.

Al principio se mantuvo en el aire unos instantes y luego empezó a caer, caer y caer....

Sólo estaba el viejo, apoyado en una roca, cerca del mar, como si presintiera lo que iba a suceder, le vió, le vió caer, caer y caer...y al llegar a ras de agua, remontó el vuelo.
Y se alejó de allí para siempre, volando. Volando como habia soñado.

Y el viejo regresó al poblado riendo a carcajadas

miércoles, julio 13, 2005

Callas...



Hay quien me pregunta, quien incluso afirma o asevera, eres callado, reservado, ocultas algo o simplemente callas.
Y realmente me doy cuenta que es así. Muchas veces por que me gusta más escuchar que hablar quizás por que escuchando ejercito algo que me encanta y que es intentar comprender ponerme en la piel del que me habla y si así me lo pide aconsejarle o simplemente estar atento a lo que me dice. Pero a la vez es un arma defensiva por que mientras me hablan yo callo, no por vergüenza o timidez, no, quizás sea por que es una forma de protegerme de no dejar al descubierto excesivos flancos de llegar a ser vulnerable, y otras callo por que en mi eso se convirtió en costumbre. Una forma de pensar en como reaccionará mi interlocutor y entonces vuelvo a callar a no contar las cosas y así es como creen que engaño u oculto cosas, y nada mas lejos de mi intención solo que me acostumbre a pensar en como pensarían si dijera esto y aquello y he ahí mi error por que yo pienso desde mi perspectiva y no desde la del otro, y por tanto yerro de pleno.
Intento evitarlo, aunque no me crean, pero en serio es algo que llevo muy en serio intentar que no vuelva a ser.
Para empezar lo expongo aquí, que ya es un paso.

lunes, julio 11, 2005

Oscuridad




Amanecía.
Aquel poblado cerca del mar empezaba a ponerse en movimiento, los hombres se preparaban para otro día de pesca, mientras las mujeres ya hacia tiempo que estaban ocupadas en preparar el desayuno, leche de cabra, y una pasta hecha con harina, miel e hierbas, todo bien machacado para dar fuerza y vigor con los que afrontar el día.
Mientras, los niños correteaban ajenos a los que los mayores hacían, todos menos uno, este seguía dentro de su choza, escuchando las risas, los cánticos de las mujeres y el quehacer de los hombres.

Uno de sus amigos entró a buscarle.
- Vamos es hora de desayunar no te hagas la remolona.

Y la llevó hasta el resto de pequeños que esperaban su ración de desayuno.
Era un día mas, y como tal, sabia lo que vendría después, daría un paseo hasta el mar, llevada por los pescadores, allí estaría cerca de unas cuantas mujeres que se dedicaban a reparar las redes, era su momento, pocas veces la dejaban sola, quizás en la cabaña alguna vez, el resto siempre había alguien a su lado.
No le molestaba, pero necesitaba sentirse sola, poder concentrar todos su sentidos en cada cosa que la envolvía, y simplemente la presencia de alguien la desconcentraba.
Adoraba ese momento, como el momento cuando con las primeras sombras de la noche se reunían todos alrededor del fuego y escuchaba como contaban la jornada de pesca, o como habían salido a la selva a por mas especies, o a algún viejo contar historias de su tribu, cuando no estaban apartados y la jungla era suya, amiga y enemiga a la vez. Imaginaba las caras del resto escuchando como ella, pero no como lo sabia hacer ella, cada palabra cada letra susurrada era una imagen que se formaba como humo en su mente, que se dibujaba en la arena y tomaba forma, vida.
Así imaginaba los primeros rayos del sol reflejándose en la arena, cuando los cuerpos ya sudorosos de los hombres empujaban las barcas, arenas doradas que besaban los pies, aguas verde esmeralda que se tornaban de un azul intenso en la lejanía perdiéndose con el horizonte, confundiéndose con el azul de un cielo inmenso coronado por una gran bola de fuego, ese mismo fuego que la acariciaba la piel.
Recreaba en su mente el verde oscuro de la selva, y tomando las frangancias las convertia en un sin fin de colores, rosas, amarillos y turquesas bailaban en su mente formando las mas extrañas flores.
Y luego lo que mas amaba. la noche, repleta de sonidos, ella podía separar cualquier sonido que procedia del interior de la jungla y saborearlo, un grito de un macaco, el crujido de las hojas cuando la serpiente pasaba por encima, las pisadas de un felino en búsqueda de cena, el aletear de un murciélago cruzando la noche, que como ella, percibia, sentia donde se hallaba su presa.

Era su mundo, donde realmente vivía, donde se sumergía cada vez que la manta oscura de la tristeza la cubría. Muchas veces la habían visto con la cabeza entre sus manos, llorando desconsoladamente, y aunque se habían acercado dándole el calor que solo una mano una caricia puede dar, ella se sentía sola, sentía la pesada carga de la soledad de sentirse diferente al resto, el sabor amargo en su boca de la inutilidad.

Empezó a aislarse, primero sus palabras se hicieron mudas, luego sus ojos perdieron brillo y por ultimo pedía que la acompañaran a los lugares mas extraños y la dejasen allí durante horas.
Y así aquel mundo interior se fue adueñando del real, ahora las imágenes recreadas, los sonidos, sustituían a las caricias, la imagen de una cascada con el fragor de las aguas chocando una contra otra reemplazo la compañía de sus amigos.

Sus amigos se preocuparon, veían como cada día ella se iba desvaneciendo en su mundo, alejándose de ellos sin poder hacer nada.

Recurrieron al mas viejo de la tribu.

Tras dos noches de oraciones y plegarias, de hechizos y canticos, el chaman reunió a todos.
- La solucion es dificil, pasaremos por una dura prueba, pero si todos la amamos con el corazón ella volverá a nosotros.

Todos guardaron silencio durante unos momentos, las miradas se cruzaban, el fuego se refelejaba en aquellos ojos negros danzando, de repente uno de los mas pequeños con lágrimas en los ojos gritó:
- Hacedla volver, es mi mejor amiga.

El chaman volvió a hablar:

- Esta será la prueba. ella se ha alejado de nosotros por que no se siente util, por lo tanto estaremos tres dias como si fueran tres noches, el sol no aparecerá mañana, se ocultará y no habrá luna, dependeremos de ella, como ella depende de nosotros.

Al dia siguiente el sol no apareció, las mujeres empezaron a entonar canticos al sol, los hombres danzaban alrededor, ella preguntó que es lo que sucedia y se lo contaron.
A media mañana el sol seguia sin aparecer, los canticos cesaron y el jefe se aproximó a la chica.

- El sol se ha ocultado, nuestro chaman dice que no volvera, los dioses estan enfadados con nosotros, asi no podremos sobrevivir, nadie se atreve a salir del poblado, sin ver no quieren ir a pescar no encuentran el camino, por favor ayúdanos.

Su cuerpo se estremeció, un ligero temblor le sacudió su pecho, sintió una oleada de calor, ella tan pequeña, tan insignificante, y ahora toda la tribu dependía de lo que pudiera hacer.

Se levantó, e hizo que la llevarán ante los pescadores, los formó en una hilera dándose la mano uno a otro, colocándose la primera.
Sabia que camino tomar, en que momento debía girar a la derecha, tomar la suave pendiente y luego volver a girar a la izquierda, cuando sus plantas de los pies notasen el terreno mas arenoso.
Asi los llevo hasta la playa, alli la sentaron en una de las barcas y guió al resto, dejó que sus sentimientos percibieran el olor del aire, la temperatura del agua, el sonido del mar susurrándole donde estaba la pesca.
Volvieron con las redes llenas, recorrieron el camino de nuevo y como si el sol estuviera iluminando sus pasos, llegaron a la aldea.
A tientas preparon algo para comer, ella enseñó a las mujeres como podían ver con sus manos, la suavidad de una hoja, la rugosidad de una piel, la dureza de la roca contra la que preparar la masa.
Después de la comida, y como no podian hacer nada, le pidieron que contase como habia logrado llegar hasta el mar, encontrar la pesca, poder hacer la comida y ella les narró como los sonidos le hablaban, como los olores le susurraban, y dibujo para ellos los paisajes mas coloridos, el mar más bello que nunca habian visto y su mundo se abrió como una flor ante el resto de la tribu.
Al tercer día el sol brilló con más fuerza que nunca, cuando oyó la alegria de todos, pensó que aquel maravilloso sueño habia terminado, que ahora todo seria como antes, mas cuando el desayuno finalizó, el jefe de los pescadores fue a buscarla.

- ¿Vamos a que esperas, no sabes que el mar nos espera? Sin ti ya no podemos volver a salir a pescar, eres nuestra mejor guia, vamos.

Sintió el calor de las lagrimas correr por su cara, mientras su amiga le decia.
- No te olvides de contármelo todo esta noche, ¿lo haras?

Y en su interior su corazon brincó de felicidad.

Una tarde LOMO




El viernes participe en una reunión LOMO, para todo aquellos que no lo sepais Lomo es un tipo de cámaras fotográficas, www.lomospain.com, las hay con flash de colores, con 8 diafragmas, etc.
En esta ocasión era una camara de ojo de pez, nos daban una a cada uno y hacian un pic-nic en el Retiro de Madrid.
Cuando llegamos sobre el cesped un mantel de hule unas tortillas jamon sandwiches, coca colas y un vino (Villa Cohelo) que para que contaros, entraba de una manera... Lo cierto es que hacía tiempo que no disfrutaba tanto, la gente encantadora, fotografias de aqui y de alla, cada uno buscando el ángulo mas dificil, mas extraño y entre foto y foto un vasito de vino.
Lo disfrute, si, quizas por que me encanta la fotografia, por la gente y por el vino, que hizo que volviera a encontrarme como yo pienso que realmente soy.

Agradezco a mi amigo Emilio, www.ek10.com, la gran idea que tuvo de invitarme y hacerme pasar una gran tarde de viernes.

Al resto os animo a que entreis en la web y os apunteis por que hacen más actividades y seguro que vereis que estas cámaras son una pequeña maravilla.
Cunado tenga las fotos os las pondre.

El poder del volumen




Unos las llaman pechos otros tetas, peras, globos, melones etc...
Cuando llega el verano y las calles se llenan de camisetas, blusas y escotes, volvemos a saber del gran poder que tienen estos dos volúmnes esféricos, con ese poder de atracción como si de un iman se tratase es el objeto de todas las miradas, de todos los deseos y fantasias. ¿Pero que llegan a tener que tanto atrae a los hombres e incluso a las mujeres? Algo mágico e hipnotico, pero mientras nos hacemos estas preguntas seguiremos disfrutando de esa vision tan maravillosa.


¿Y tú que opinas?

jueves, julio 07, 2005

¡¡¡¡ BASTA YA !!!!

¡¡¡¡¡¡ BASTA YA !!!!

No sé quien leera este blog, pero desde esta ciudad, Madrid, que sufre el castigo de unos miserables terroristas (ETA, TERRORISMO ISLAMICO) quiero unirme al dolor del pueblo londinense en estos dificiles momentos ANIMO, nunca esos mal nacidos nos venceran y exigo como español que nuestro gobierno deje de bajarse los pantalones ante el terrorismo de cualquier signo.
¡¡¡¡¡ BASTA YA ¡¡¡¡


Un abrazo desde el corazón para todos los que sufren.

martes, julio 05, 2005

El accidente

El aire entraba por las ventanillas del coche.
Día de sol, música en la radio, risas del peque desde el asiento de atrás.
Las líneas discontinuas volaban sobre el asfalto, el auto parecía deslizarse suavemente.

Y ella...

Ella, conducía con vista fija en la carretera, primer día de vacaciones, el mar nos esperaba. Me giré, el pequeño juega con dinosaurios... ¡¡ Aurghh, aurghhh !!

Me recosté en el asiento y dejé vagar mi mente, cerré los ojos, aquella grata sensación de relax me invadió y me sumergí en ella. De pronto ya no oía la radio del coche, ni las risas del peque, solo la imagen de ella conduciendo dulcemente con su vestido de lino meciéndose al compás del aire...

Un estruendo.
Una sacudida.
Un fuerte impacto.

Mi cabeza se estrella contra un muro y siento como este estalla en mil esquirlas que impactan y arañan mi rostro.
El mundo gira, recibo golpes por todo el cuerpo y sin más... silencio.

Abro los ojos, estoy tendido en el asfalto, a mi alrededor todo son cristales y restos metálicos, no muy lejos una masa de hierro sobresale entre el humo.

Intento gritar, ni un grito sale de mi garganta.
Intento hablar, ni una palabra se desprende.
Y llega la noche a mis ojos...

Silencio.

Vuelve la luz, ahora veo la escena , los restos del coche, volcado, están a unos metros de la carretera, otro vehículo entre el humo, pero mi perspectiva es desde.... ¡¡ ARRIBA ¡!

¿ Qué me está pasando ?

A mi lado veo a un desconocido, también él flota, me sonríe y es absorbido por el espacio, así aparecen ante mí dos personas más, las veo como pasan a mi lado y en el mismo instante desaparecen.
Y el peque, y ella ,¿dónde están?. ¡ Por Dios, que sigan vivos !

Veo sus cuerpos en el coche, pero desde aquí no puedo saber si aún viven, ... parecen tan dormidos.

Oigo su voz. Es ella.

Tiene al peque en sus brazos y me sonríe, me siento aliviado. Se acercan a mi, flotando, suspendidos como lo estoy yo y sin embargo la distancia sigue siendo la misma.
Detrás de ellos aparecen otras personas, no las reconozco, pero puedo sentir quienes son, sí, son sus padres, su hermano... pero.... si ellos... están muertos... entonces....

¡¡ No, nooooooooooooo , no es posible...!!

Se alejan, ella y el peque, se alejan con ellos. Grito, intento moverme pero me es imposible. Y me miran y sonríen.
Y les miro... como se van.

Sin hacer nada, sin poder hacer nada.

Ahora me veo tirado de nuevo en el asfalto, veo llegar gente corriendo hacia mi, les oigo, gritan: “... aquí, sigue vivo, está vivo...” pero yo sólo quiero morir.

Algo cae sobre mis piernas y abro los ojos.

Es un dinosaurio.
¡¡ Aurghhhh ¡!
Miro.
Y allí estan, ella y el peque, el peque y ella.

- “Cariño, te quedaste dormido”.

Veo el cruce y le digo:

- “Rápido párate en el arcén”

Nos adelanta un coche velozmente.
Frena y empieza a dar vueltas de campana, cuando para, entre el humo veo salir a las tres personas.
Flotan y desaparecen.

Ella me mira y pregunta:

- “¿¿ Cómo, cómo lo has sabido...?? “


Y yo... ¿ que puedo contestarle ? ....

lunes, julio 04, 2005

Uno de esos mails...

No soy muy dado a reenviar los tipicos mails de ayuda o relatos pseudo religioso, pero este me ha gustado, a veces es bueno leerlo y pensar un poco. Por que con mucha facilidad nos dejamos llevar por la autocompasión y el victimismo, cuando quizas no estemos tan mal como pensamos...


-¿"Qué es lo más importante que ha hecho en su vida"?.

Considerando el auditorio profesional el disertante consideró que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre su trabajo, entonces respondió:

-"Lo más importante que he hecho en la vida, tuvo lugar el 8 de octubre de 2004.

Comencé el día jugando al golf con un amigo mío al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé. Mientras jugábamos, llegó el padre de mi amigo,que consternado, le dijo que al bebé se lo habían llevado de urgencia al hospital.
En un instante, mi amigo se subió al auto de su padre y se marchó.

Yo, por un momento, me quedé donde estaba, sin saber qué debía hacer.
¿Seguir a mi amigo al hospital?.

Mi presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas.

¿Brindarle mi apoyo moral?. Eso, quizás, pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas, y sin duda estarían rodeados de parientes, que les ofrecerían el apoyo necesario. Lo único que haría yo sería estorbar.

Así que decidí ir más tarde al hospital a visitar a mi amigo.

Al poner en marcha mi auto, me percaté que mi amigo había dejado su camioneta con las llaves puestas, estacionada junto a las canchas. Decidí pues, cerrar el auto e ir al hospital a entregarle las llaves.

Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares.
No tardó en presentarse un médico, que se acerca a la pareja y, en voz baja les comunica que su bebe había fallecido.

Los padres se abrazaron y lloraron, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor.

Al verme mi amigo, se refugió en mis brazos y me dijo: "Gracias por estar
aquí".

Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la sala de urgencias del
hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de él.

Esto, es lo más importante que he hecho en mi vida", y aquella experiencia
me dejó tres enseñanzas:

· Primera: lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer.
Nada de lo racional que aprendí en la universidad, ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió en tales circunstancias.
A dos personas les sobrevino una desgracia y lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar. Pero estar allí, era lo principal.

· Segunda: aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.

· Tercera: aprendí que la vida puede cambiar en un instante.

Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real, y
olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave o un accidente y muchas de otras cosas más, pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos.

Desde aquel día, busqué un equilibrio entre el trabajo y la vida; aprendí
que ningún empleo compensa perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de la familia.

Y aprendí que lo más importante en la vida, no es ganar dinero, ni ascender
en la escala social, ni recibir honores.

Lo más importante en la vida, es el tiempo que dedicamos a cultivar una
relación.

· POR ESO AGRADEZCO:

a) Por mis hijos que NO limpian sus cuartos, pero están viendo la tele, porque significa que están en casa y no en las calles.

b) Por los descuentos en mi sueldo/honorarios, porque significa que estoy
trabajando.

c) Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque
significa que estuvimos rodeados de seres queridos.

d) Por las ropas que me quedan un poco ajustadas, porque significa que tengo más que suficiente para comer.

e) Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo salir al
sol.

f) Por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar,
cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa.

g) Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que
tenemos libertad de expresión.

h) Por que no encuentro estacionamiento, porque significa que tengo auto.

i) Por los gritos de los chicos, porque significa que puedo oír.

j) Por la ropa que tengo que ordenar, porque significa que me puedo vestir.

k) Por el cansancio al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro.

l) Por el despertador que suena temprano todas las mañanas, porque significa
que ¡¡estoy vivo!!.

Y finalmente, por la cantidad de mensajes que recibo, porque significa
que tengo amigas y amigos que piensan en mí.