jueves, junio 23, 2005

LA CHICA DEL LAGO

Hacía un calor insoportable, la radio del coche anunciaba el día más caluroso del verano, mientras yo me dirigía al lago.
La semana había transcurrido lenta y cansina, necesitaba alejarme de mi rutina y un día en el campo, solo, sería el mejor remedio para olvidar aquella semana.
Llegué, aparqué el coche, y recorrí el pequeño camino salpicado de amapolas hasta la orilla. Tendí la toalla, me despojé de la ropa, y me puse los cascos mientras sentía la brisa y dejaba que mi cuerpo se relajara al sol.
No sé cuanto tiempo había transcurrido hasta que una sombra tapó el sol por unos instantes, me incorporé y la ví.
Estaba arrodillada, dejando que el agua mojase sus pies, su cabellera rubia caía hasta sus hombros, reflejando la luz del sol, su piel blanca, mostraba los primeros colores de quien ha estado tomando el sol durante unas horas.
Era una imagen casi idílica, el suave vestido, corto parecía deslizarse sobre su piel, había logrado atrapar mi mirada, cuando se dio la vuelta y me miró fijamente, sus ojos azules se clavaron en mi, haciendo que desviara la mirada, aun así me dio tiempo a percibir en ellos una sonrisa.
Cuando volví a mirar hacia la orilla, ella ya no estaba, volví a colocarme los cascos y al ir a recostarme en la toalla, surgió una voz.

-“Hola, es la primera vez que te veo por aquí.”

Era ella, a mi lado, pude observar de cerca su inmensa belleza.

- “No, vengo de vez en cuando, pero esta es la primera vez en este año”. Consteté.
- “Yo vengo a menudo, desde la primavera, me encanta perderme aquí, dejar todo a un lado y aprovechar que es un lugar solitario para recuperar fuerzas”
- “Si, a eso vine, necesitaba descansar de la semana y olvidarla un poco, ha sido dura.”

Poco a poco la conversación se fue haciendo mas fluida, sin saber por qué, me sentía muy a gusto a su lado, y una confianza desconocida en mí se abrió paso.

- “¿Te gustaría cenar esta noche conmigo? Conozco un mesón chico, pero lindo no muy lejos de aquí.” Pregunté.
- “Me parece perfecto”. – Me dijo.- “¿No te importa si voy con este vestido?
- “ No, estas preciosa”.
- “Gracias, eres muy amable, bien, entonces, ¿vamos?

Y me tomó de la mano para ayudarme a levantar, su mano estaba fría, y una sensación extraña recorrió mi piel, más su sonrisa me devolvió la confianza.
Conduje hasta el mesón, la visión de la chica a mi lado, después de tanto tiempo de soledad, me confortaba, por un instante empecé a sentirme enamorado. Bajamos y al ir a entrar en el mesón ella se giró y me besó dulcemente en los labios.

- “Gracias, por ser tan amable”. Dijo.

Lo improvisado del beso, me dejó algo fuera de juego, y ella dándose cuenta, me cogió de la mano y me llevó hasta la mesa.

- “Venga, no seas tonto, no tienes por que avergonzarte, sólo ha sido un beso, me caes bien, y hay algo en ti que desprende ternura y confianza.”
- “A mi me pasa lo mismo contigo, tu presencia hace que me sienta tan tranquilo... como no me sentía hace tiempo.”

Pedimos la cena, cada momento que pasaba me sentía mas prendado de ella, ahora a la luz de la vela sus ojos chisporroteaban y su sonrisa me envolvía una y otra vez.

- “Ya sé que puede sonar rutinario, pero dime, ¿vives en la ciudad?, ¿trabajas allí?”
- “ En cierta manera, si, allí trabajé y allí viví, pero, ¿no crees que no deberíamos hablar de eso?, es mejor disfrutar de esta cena, de esta noche, ya habrá tiempo de hablar de nosotros.

Y me llenó la copa.

Aproveché para rozar su mano, y de nuevo sentí la frialdad, quise darle calor con mis manos y tomé la suya entre las mías, pero el frío seguía persistiendo.

-“ No te molestes”. Me dijo. “ Debo ser de sangre fría, si notases mis pies te quedarías helado”.

Ambos reímos, en verdad que me aquella chica me estaba enamorando, me incliné y esta vez fui yo quien la besó, ella abrió sus labios y me ofreció su boca, y esta sabia a... si, al agua del lago....


- “Me gustaría....”. empecé a decirle.
- “Te gustaría pasar la noche conmigo”.
- “¿Cómo supiste que te iba a decir eso?, me dejas sorprendido.
- “ Lo sentí, sentí lo que me ibas a decir, y sí, yo también deseo pasar la noche contigo.”

Mi corazón se aceleraba, todo iba muy rápido y sin embargo no tenía ningún temor a que fuera así.

- “Bien pues qué te parece si nos vamos”
- “Si, vamonos ”. Le dije. “¿Vamos a mi casa?.
- “Perfecto, quiero saber cuales son tus gustos”.

Tomamos el coche, la noche había refrescado un poco, pero ella bajó del todo la ventanilla. Su pelo se mecía con el viento, lo cual la hacia aun más bella.

- “Esta noche, va a ser muy especial”. Me dijo.

Sonreí, y ella me besó de nuevo.
Alcanzamos mi apartamento, cuando salimos del coche, ví que todo su asiento parecía empapado de agua, pero no le dí mucha importancia. En el ascensor pude, al fin abrazarla y ya no eran sólo sus manos, a través del vestido pude notar lo fría que era su piel.
Entramos, y se quedó algo sorprendida por la decoración, esta era ligera con un suave toque minimalista.

- “Pensé que tendrías la casa mas revuelta, pero veo que eres muy ordenado.”

Reí.
- “Lo que pasa es que ayer estuvo la asistenta, suelo ser algo desordenado, espero no te moleste.”

Se acercó al acuario, que había en el salón y se quedó mirándolo, largo rato.

- “¿Quieres tomar algo?
- “Ponme un whisky con hielo”. Dijo sin apartar la mirada del acuario.

Al volver con las copas, ella tenía el brazo dentro de la pecera.

- “¿Pero que haces?”
- “Oh, perdona, solo quería sentir el agua y acariciar a los peces.”

Tomó su whisky y de un tragó lo apuró.

- “No te habrás molestado, ¿verdad?
- “No, sólo me pareció raro”
- “Vamos no me digas que no te gusta hacer locuras”
- “Uhmmm si creo que como a todo el mundo, pero es la primera vez que veo a alguien tan absorto con un acuario y además con su brazo dentro de él”
- “Creo que podríamos tener nuestro propio acuario, en tu bañera ¿qué te parece?

No pude resistirme ante aquella petición, y al rato estábamos sumergidos en la bañera.
Parecía que ella se sentía en su medio, la bañera circular dejaba espacio para que dos personas se pudieran mover con total libertad, y ella así lo hacía, me atrapó con sus piernas y sentí como su cuerpo se pegaba al mío, me besaba con furia con tal fuerza que me arrastraba al fondo de la bañera asiéndome con sus piernas.
Más de una vez, tuve que sacar la cabeza fuera del agua casi sin respiración.

- “Que te parece si vamos a la cama, creo q allí estaremos mas cómodos”

Y dicho y hecho, ella salió corriendo sin secarse siquiera invitándome a que la siguiera. Caí en sus brazos y giramos sobre la cama, noté como esta se iba mojando por momentos, y mientras la besaba mi boca se llenaba a ese extraño sabor del lago. Nuestros cuerpos producían un extraño sonido como si fuera..... sí, era como un chapoteo como si estuviéramos entre agua y de pronto...

¡¡¡¡ La cama era agua ¡!!!!

La miré extrañado y ella me sonrió.

- “Ven amor mío, ven conmigo.” Y abrazándome con fuerza me atrajo hacia si.

Vi como me iba llevándome hacia las profundidades, ya no estaba en mi habitación, la cama era ahora el lago, y ella me tenía atrapado llevándome consigo, mas y mas abajo.

Noté como el agua entraba en mis pulmones y los inundaba hasta que poco a poco todo se volvió oscuro...


Ahora estoy aquí al borde del lago, siento mi piel fría y busco una chica con quien poder pasar esta noche.... espera veo una allí... tomando el sol.....

- “Hola, es la primera vez que te veo por aquí.......” Le dije.

....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo que decir que pone los pelos de punta!! pero tengo que escribir un chiste fácil que me ha salido después....

Por favor chicos, cuando os encontreis con una chica muy húmeda, no penseis que es un fantasma jajaja..

May.