martes, marzo 08, 2005

Un gato llamado...



Es como una sombra, pegada, cercana imposible a veces de separar. Otras se convierte en un gatito pequeño, suave, cuando abro la puerta de mi pequeño hogar está ahi para recibirme, le veo maullar ronronea y me envuelve acariciándome, cubriendome lentamente, hay momentos en que le echo de menos, lo necesito, su compañia, sin reproches, sin juzgar, sólo sabiendo que está ahi, nunca se va, fiel como nadie. Y sin embargo es capaz de en el instante menos insospechado de sacar sus garras, afiladas como cuchillas y clavarlas en la piel, hondo, muy hondo, hasta morder el alma, y es cuando siento su frío, un frío metal que no puede derretir el mas brillante de los soles, y es en esos momentos cuando sólo puedes esperar a que pase. Con el tiempo he llegado a concerte un poco, mi querido "gato", he sabido disfrutar de ti y aunque me arranques la piel a jirones tambien he sabido disfrutar de esos momentos en los que te encanta clavarme los dientes, sentir como penentran lentamente, haces daño pero me voy curtiendo con tus dentelladas.
Abro la puerta otro día más, estas ahi verdad, debajo del edredón o quizas tumbado en el sofa, me esperabas? ya he llegado, soy tuyo, ven mi gato ya sabes tu nombre, SOLEDAD.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La soledad entendida como la ausencia voluntaria de compañía creo que es un estado agradable y necesario.En mi caso lo consigo en contadas ocasiones, suelo estar acompañada ( afortunadamente, bien)a lo largo del dia y es justamente cuando me saturo de gente, cuando busco irremediablemente el momento de alejamiento.Lo puedo conseguir físicamente, huyendo,haciendo gala de mi tiempo libre y sin preguntas..en la mayoría de los casos son momentos de involución, suelo pasear, vagar de forma solitaria por la ciudad, ir de compras , observar a la gente, sin ánimo siquiera de cruzar una palabra con nadie...Desde esta perspectiva íntima y lejana adquiero la distancia adecuada que me permite sentirme libre y sola..mi querida independencia..
Otro instante de soledad es el mental, puedo abstraerme del mundo en presencia incluso de gente a mi alrededor(las niñas gritando despavoridas entre juegos y risas)..tal es mi capacidad de concentración(gracias Dios por esa virtud).Y es la soledad impuesta, la no voluntaria la que araña, la que escuece..y mas aún cuando surge en compañía de gente..el sentimiento de nadería que envuelve asfixia los ánimos..
En cualquier caso, la dichosa soledad no deseada suele tener intrínseco un componente psicológico negativo importante, suele ir unida a la necesidad autoimpuesta, aunque no sea consciente, de huida, de escapada..que desolación..Yo entiendo que siempre hay un amigo al que poder llamar para sentir que no estamos solos, para sentir que cobramos identidad propia, que importamos a alguien y ello nos hace responsables de esa unión..desde ese instante la soledad fría y desgarradora no está justificada, si la hubiera ya sería consecuencia de un proceso de caos interior que aboca en ignorar y ser ignorado.No solo es la presencia o la ausencia de alguien lo que marca el sentimiento de soledad..entra en casa, respira hondo,y reflexiona..toma al minino,acarícialo, pero has de saber que los gatos son receptores, no dadores de cariño, por eso a la soledad como al felino ahuyéntalos cuando arañen..seguro que ninguno de los dos tiene motivos para hacerlo.