jueves, febrero 24, 2005

Donde fueron a parar nuestros amores




Nieva en Madrid. Hace años que no veía nevar en Madrid, de pronto cae en mis manos una foto antigua de la última gran nevada. Está tomada en mi casa, en la que fue nuestra casa, la de mi ex y la mia. Los recuerdos se agolpan y pienso “donde fueron a parar nuestros amores”, creo que habré estado realmente enamorado una vez, y con indicios de enamoramiento dos a lo sumo tres, si exceptuamos ese cosquilleo del primer amor.
Y potencialmente enamorado alguna mas, pero ahora mirando esta vieja fotografía me pregunto que fué de aquellos amores, a mi ex la sigo viendo, aunque no reconozco la persona que tengo delante, algunos se perdieron en la niebla del tiempo, otros aparecen como hace dos veranos que me encontré con uno de ellos, nadaba junto a mi peque cuando reconocí unos ojos, el resto era mas difícil, la edad no perdona y tras cruzar unas palabras tampoco perdona el tiempo.
¡ Qué viejos nos hacemos cuando encontramos un amor pasado !
Siempre he sentido la pérdida de una persona como la pérdida de una parte de uno mismo, y más aún cuando es una persona a la que quieres, a la que te entregas y das algo de ti, algo doloroso que deja cicatrices pero prefiero estas a tener un corazón liso y pulido.
Imagino a alguno de mis amores casadas y con hijos ya camino de esa señora reconocible, a otra la imagino aún gritando consignas movilizándose por causas pérdidas, como ella que era una causa pérdida, y en general al resto con la vida sonriéndoles a mandibula batiente, deseando en lo mas intimo de mi ser haber sido un punto de inflexión en sus vidas.
En días asi, mientras caen los copos uno tiene la sensacion de taparse con la manta de los recuerdos, una canción puede llevarnos a otra ciudad a otro tiempo, quizas un baile, quizas una noche por las calles de Madrid, aunque para mi el sentido mas evocador es el olfato, la yerba mojada, o un perfume en la calle, han hecho que me pare pensando en esa persona, que me asalten sus recuerdos dejándome llevar por ellos. Viviendolos de nuevo. A todos ellos y por todo ello, gracias por haberlos vivido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tantos recuerdos..ninguno como el primer amor, desmedido, desbordado, irreflexivo, tan puro, sin contaminar, virgen..con él aprendí muchas cosas,desperté mi sentido de la posesión,( que afortunadamente con los años olvidé)..escribía su nombre en todas partes, lo dibujaba, lo adornaba..asi lo rememoraba..por eso no entendí el significado de aquel final cuando me dijo que aspiraba a ser como Robert Redford en Memorias de Africa..libre, sin ataduras..y yo me veía como Meryl Streep, aturdida, sola..lloré mucho aquel amor..años, de madrugada mirandolas estrellas, ríos de lágrimas.Hace poco, tras 20 años me llamó..no me había olvidado, curiosa paradoja de la vida.A mí solo me removió la curiosidad y su cariño ancestral.
Mi facultad para enamorarme ha sido siempre importante y directamente proporcional a la capacidad de sorprenderme del otro.. siempre han sido personas excepcionales, en sus costumbres, sus hábitos,sus trabajos, sus físicos...normalmente con una sensibilidad fuera delo común.Los pasados los recuerdo con agrado e intensidad, forman parte de mi vida..ellos moldearon con su presencia a la persona que soy ahora.Y una mención especial..a mi pareja, a mi marido..vivíamos en ciudades distintas..amor de teléfono correspondido, ansiedad por esas llamadas, primero nocturnas, luego mas frecuentes..a todas horas Javier..cuando nos veíamos nos convertíamos en uno, fusión de cuerpos eternos, no podíamos separarnos..no lo hicimos.